Este hombre de 89 años enfrenta a una multinacional por una cabina telefónica
En Sharrington, Reino Unido, un hombre de 89 años lucha contra una multinacional para evitar que desaparezca la histórica cabina telefónica que ha sido clave para su comunidad rural.
Un símbolo en peligro: la lucha de un pueblo por su cabina telefónica
En el corazón del pequeño pueblo de Sharrington, en Norfolk, Inglaterra, una icónica cabina telefónica roja se convirtió en el centro de una inesperada batalla entre tradición y modernidad. Derek Harris, un veterano de 89 años, decidió enfrentar a la multinacional BT para impedir que este histórico punto de comunicación desaparezca.
Para Harris, la cabina no es solo un vestigio del pasado, sino una necesidad presente. En una zona rural donde la cobertura de telefonía móvil es deficiente y muchos habitantes son personas mayores sin teléfonos móviles, esta cabina sigue siendo un salvavidas en situaciones de emergencia.
La noticia del desmantelamiento apareció en la agenda de una reunión del consejo parroquial, y Harris supo que debía actuar. “Pensé: ‘Será mejor que haga algo al respecto’”, explicó al diario The Guardian Weekly. Su lucha recuerda a la historia de David contra Goliat: un hombre mayor enfrentándose a una empresa con vastos recursos y un plan implacable de modernización.
El declive de las cabinas telefónicas en Reino Unido
Hace apenas 30 años, el Reino Unido contaba con 100,000 cabinas telefónicas. Hoy, ese número se redujo drásticamente a 14,000, de las cuales solo 3,000 mantienen el icónico diseño rojo.
La compañía BT, responsable de estas cabinas, ha estado eliminando aquellas que considera obsoletas. Sin embargo, hay regulaciones que impiden su retirada si cumplen ciertos criterios, como estar ubicadas en zonas con mala cobertura móvil o registrar al menos 52 llamadas al año.
En el caso de la cabina de Sharrington, solo se realizaron unas pocas llamadas en el último año. Para BT, esto es una justificación suficiente para su eliminación, pero Harris argumenta que cada una de esas llamadas pudo haber sido crucial.
Ya en 2016, cuando la cabina enfrentó una amenaza similar, la comunidad logró salvarla. Harris confía en que esta vez también podrán hacerlo. “Ella se enfrentó a la muerte en 2016 y todavía está aquí”, dijo con orgullo.
Más que una cabina, un símbolo de identidad
La cabina de Sharrington es un modelo K6, diseñado en 1935 por Sir Giles Gilbert Scott. Su distintivo color rojo y su corona dorada la convierten en un símbolo británico, un elemento que forma parte del paisaje y la memoria colectiva del país.
BT quiere eliminarla, pero este hombre hará lo imposible por salvarla
Harris nació el mismo año en que este diseño icónico fue creado, lo que refuerza su vínculo con ella. Su vida ha estado marcada por la resistencia: sobrevivió a los bombardeos alemanes en la Segunda Guerra Mundial, sirvió en el ejército y superó graves heridas que, según los médicos, acortarían su vida. Pero hoy, a sus 89 años, sigue en pie, luchando por preservar lo que considera un legado valioso.
“Cuanto más te acercas al final, más quieres ver las cosas vivas”, reflexionó. “No me gustaría verlas morir. Eso es por lo que estoy luchando.”
Para Harris y muchos otros en la comunidad, la cabina no solo es un objeto del pasado, sino un testimonio de la historia y la identidad de Sharrington.
¿Un futuro para la cabina telefónica?
El concejal local Andrew Brown apoya la causa de Harris y coincide en que la cabina es un elemento de comunicación y un patrimonio cultural.
En varias partes del país, muchas cabinas telefónicas han sido transformadas en bibliotecas comunitarias, estaciones de desfibriladores o pequeños centros de información. Sin embargo, Harris se opone a esa idea.
“No fue diseñada para eso”, insiste. “Fue diseñada para la comunicación. ¿Por qué debería transformarse en otra cosa?”
Por ahora, Harris y sus aliados han logrado una prórroga de un mes para defender su caso. La batalla sigue abierta, y la comunidad espera que su esfuerzo no sea en vano.
En un mundo donde la tecnología avanza sin pausa y muchas tradiciones desaparecen, la lucha de Harris nos recuerda que algunos símbolos merecen perdurar. Porque, aunque todo cambie, hay objetos y lugares que siguen teniendo un propósito, incluso si su mayor valor es recordarnos quiénes somos y de dónde venimos.