Los platos que JAMÁS debes PEDIR en un RESTAURANTE

El secreto mejor guardado por los chefs profesionales, que cuidan tu salud y bolsillo.

Imágenes Ilustrativas (Freepik)

Salir a comer a un restaurante implica más que solo disfrutar de la comida: es una experiencia en la que buscamos calidad, sabores frescos y, sobre todo, una preparación adecuada de cada plato. Sin embargo, varios chefs profesionales han revelado que hay ciertos platos que deberías evitar pedir, incluso si parecen tentadores en el menú. Desde cortes de carne hasta ingredientes que podrían estar en mal estado, estos son los platos que, según los expertos, es mejor no elegir en los restaurantes.

Carne muy cocida: ¿qué cortes estás comiendo realmente?

Cuando decides pedir carne muy cocida, quizás te estés perdiendo de una experiencia gastronómica completa. Según James Briscione, director de Investigación Culinaria del Instituto de Educación Culinaria, pedir carne muy cocida en un restaurante puede no ser la mejor opción. Briscione explica que, en muchos casos, los chefs optan por utilizar cortes de carne de menor calidad para las preparaciones que exigen un alto punto de cocción. Al cocinar la carne hasta este nivel, se pierde mucha de su jugosidad y sabor original, lo cual permite enmascarar la baja calidad del corte utilizado.

De acuerdo con Briscione, los cocineros suelen poner menos empeño en preparar estos platos, ya que consideran que la carne pierde muchas de sus cualidades cuando se cocina en exceso. En lugar de una experiencia culinaria, recibirás un trozo de carne reseca que no hará justicia al precio que estás pagando. Si disfrutas de los cortes bien cocidos, considera pedirlos en puntos de cocción medianos, para asegurarte de que el chef te entregue una pieza más jugosa y mejor preparada.

Pescado y mariscos los lunes: frescura cuestionable en el inicio de la semana

Los amantes del pescado y los mariscos deberían tener cuidado con los días en los que deciden pedir este tipo de platillos. Según la tradición de muchos restaurantes, el pescado fresco suele recibirse a mediados de semana, como los jueves o viernes. Esto implica que, al llegar el lunes, el pescado y los mariscos ya tienen varios días en refrigeración, y aunque sigan siendo seguros para el consumo, pueden haber perdido su frescura y sabor original.

Pedir pescado o mariscos un lunes puede llevarte a recibir un platillo que no está en su mejor punto. Con menos sabor y una textura comprometida, esta elección podría no cumplir tus expectativas de frescura. La sugerencia de los chefs es optar por pescado y mariscos entre jueves y sábado, cuando es más probable que los ingredientes sean frescos y de calidad óptima. Así, disfrutarás del auténtico sabor del mar sin riesgos ni decepciones.

Mejillones: un riesgo potencial para el estómago

Los mejillones son una delicia para muchos, pero pueden ser una fuente de problemas si no se manejan adecuadamente. Según Mary Dumont, chef y directora general del restaurante Cultivar en Boston, los mejillones son un platillo que debería ser evitado en los restaurantes, sobre todo si no tienes la certeza de que el establecimiento maneja estos ingredientes con extremo cuidado. Los mejillones son muy sensibles y se echan a perder con rapidez, por lo que un solo mejillón en mal estado puede ser suficiente para desencadenar problemas estomacales serios.

A diferencia de otros mariscos, los mejillones necesitan un manejo específico y extremadamente cuidadoso. Si bien muchos restaurantes cumplen con las medidas de seguridad, otros podrían no prestar suficiente atención, especialmente en momentos de alta demanda. Para evitar estos riesgos, considera disfrutar de este plato solo en restaurantes de confianza y especializados en mariscos, o mejor aún, en casa donde puedes controlar la frescura y calidad de los ingredientes.

Platos con aceite de trufa: trampa de marketing en un plato caro

Los platos que llevan “aceite de trufa” en la carta suelen parecer sofisticados y llenos de sabor, pero en realidad podrían ser una gran trampa. Según chefs consultados, muchos restaurantes utilizan aceite de trufa artificial, que es en realidad una mezcla de químicos que imitan el aroma y el sabor de las trufas. En lugar de emplear trufas auténticas, se recurre a compuestos como el bis(metiltio)metano, que replica el aroma terroso de la trufa, pero sin los beneficios o la calidad de este costoso ingrediente.

Este truco permite a los restaurantes cobrar precios elevados por platos que, en realidad, no contienen trufa verdadera, lo cual es una gran desventaja para los comensales. En lugar de disfrutar del auténtico sabor de este ingrediente de lujo, terminas pagando por un platillo que te da "gato por liebre". La recomendación es evitar los platos que incluyan aceite de trufa en su descripción, a menos que estés en un restaurante de alta gama que garantice la autenticidad de sus ingredientes.

¿Por qué los chefs revelan estos secretos?

Aunque pueda parecer extraño que los mismos chefs adviertan sobre estos platos, el motivo detrás de esta transparencia es simple: brindar a los comensales la mejor experiencia posible. Muchos chefs sienten la responsabilidad de educar a sus clientes y evitar que se lleven una decepción o, peor aún, que experimenten problemas de salud. Además, compartir estas recomendaciones fortalece la confianza en los establecimientos, pues demuestra que se preocupan por la calidad de lo que ofrecen.

Los chefs suelen conocer los procesos internos y saben bien cómo funciona la industria de la restauración. Este conocimiento les permite identificar cuáles son los platos que no siempre cumplen con los estándares de frescura, autenticidad o calidad que esperan los clientes. Además, al evitar pedir estos platos, ayudas a los restaurantes a ofrecer solo lo mejor de su menú y a reducir desperdicios de ingredientes que pueden no estar en óptimas condiciones.

Otros consejos para disfrutar de una experiencia gastronómica segura y satisfactoria

Para maximizar tu experiencia y asegurarte de que cada plato esté a la altura de tus expectativas, aquí te dejamos algunos consejos adicionales:

  • Pregunta sobre el origen de los ingredientes: En muchos restaurantes, el personal estará encantado de hablarte sobre la procedencia y frescura de los ingredientes, especialmente si son de mar o carnes específicas.
  • Prefiere platos recomendados: Pregunta al camarero o mesero cuáles son los platos más populares o los especiales del día. Estos suelen ser los que se preparan con ingredientes frescos y con más cuidado.
  • Observa el ambiente del restaurante: La limpieza del lugar y la atención del personal suelen ser buenos indicadores de los estándares de calidad que maneja el restaurante. Un lugar que cuida los detalles probablemente mantendrá también buenas prácticas de seguridad alimentaria.
  • Evita el menú de lunes a miércoles: En términos generales, los lunes son días de menor movimiento en la mayoría de los restaurantes, lo que puede significar menos rotación de ingredientes frescos. Si tienes la opción, elige visitar los restaurantes entre jueves y domingo.

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Redacción Vida Positiva