El divorcio y el casamiento, motivos para subir de peso

Así lo confirmó años atrás una investigación de la Universidad Estatal de Ohio.

Parecen situaciones antagónicas, pero tienen algo en común. Contraer matrimonio y divorciarse hacen ganar peso a sus protagonistas. La edad crítica parece ser después de los 30 y en el caso de los hombres, el peligro de engordar se observa especialmente, en el caso de la separación. En cambio, la mujer aumenta de peso en los dos años de transcurrido su casamiento.

La publicación de esta información se conoció a través de la revista "Mue interesante", y dio cuenta de cómo en dos momentos claves en la vida de los hombres y las mujeres repercuten en su salud y calidad alimenticia. La investigación se sustentó en el análisis de datos a partir de más de 10 mil personas, en un lapso de más de 10 años, desde 1986 hasta 2008. A cada uno de los hombres y mujeres estudiados se les midió en Índice de Masa Corporal (IMC) y así se relacionó el peso y la altura, considerando variables como embarazos, educación y estatus socioeconómico.

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El estudio arrojó como conclusión que el cambio de estado civil, de soltero a casado, o de casado a divorciado, es uno los momentos decisivos en la ganancia de peso.

Dmitry Tumin, autor del estudio y estudiante de doctorado en Sociología de la Ohio State University, declaró a Europa Press que "el efecto de las transiciones civiles en los cambios de peso varía según el sexo". Además agregó que los divorcios en los hombres y, en cierta medida, los matrimonios en las mujeres promueven ganancias de peso que pueden ser lo suficientemente grandes como para representar un riesgo para la salud.

Por su parte, d Zhenchao Qian destacó que una de las razones por las cuales las mujeres aumentan de peso en el matrimonio se relaciona con la calidad de vida: "Las mujeres casadas suelen tener un papel más importante en la casa que los hombres, y pueden tener menos tiempo para hacer ejercicio y mantenerse en forma que las mujeres solteras similares". Además, afirmó que los estudios demostraron que en los hombres al casarse su salud mejora pero la pierden cuando se divorcian, y lo más frecuente, es que aumenten de peso.

La variable de la edad también fue tomada en cuenta. "Tanto el matrimonio como el divorcio -advierte la investigación- contribuyen a ese riesgo de aumentar peso, pero se producen más cambios de peso en las edades comprendidas entre los 30 y 50 años, por lo que el efecto es más fuerte en edades más avanzadas".

Zhenchao Qian y Dmitry Tumin explican que una de las causas de este fenómeno está vinculada con ciertos patrones de actividad física y de dieta a través del tiempo. "A medida que se envejece, si se tiene un cambio repentino en la vida como puede ser un matrimonio o un divorcio, puede afectar a su peso porque le puede afectar más que cuando se es joven", sostienen.

La conclusión final de la investigación es que en un corto o largo plazo la tendencia puede cambiar o bien, permanecer. Pero por el momento, el peso, el divorcio y el matrimonio son caras de la misma moneda.

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