Ejercicios efectivos para combatir la depresión
La depresión sigue siendo un tema tabú en muchas sociedades. El estigma de la depresión impide que muchos busquen la ayuda que necesitan. Aquí, exploramos cuatro ejercicios efectivos recomendados por expertos.
La depresión, una enfermedad mental que afecta a millones de personas en todo el mundo, sigue siendo objeto de estigma y prejuicios en muchas sociedades. Este estigma no solo perjudica a quienes la padecen, sino que también limita su capacidad de buscar ayuda y apoyo. Según el licenciado Ignacio Enríquez del Grupo INECO, es esencial entender que el estigma de la depresión es una construcción social compleja y dinámica, influenciada por factores históricos, culturales y sociales.
La construcción del estigma de la depresión
El estigma relacionado con la depresión no puede explicarse simplemente con una definición de diccionario, ya que es una construcción social con múltiples aristas. Este fenómeno se alimenta de la percepción de que la depresión es vergonzosa, penosa o invalidante. En diferentes sociedades, esta percepción varía, pero el resultado suele ser el mismo: quienes sufren de depresión ocultan su condición por miedo al juicio social.
“Para quienes experimentan la depresión, enfrentar la enfermedad no es solo un desafío médico y emocional, sino también una lucha contra el estigma y la posible alienación social”, menciona Enríquez. Este ciclo de ocultamiento y vergüenza limita la capacidad de las personas para expresarse auténticamente y buscar el apoyo necesario.
Ejercicio 1: Brainstorming sobre la tristeza
Un primer paso para combatir el estigma de la depresión es la introspección y la reflexión. Enríquez sugiere un ejercicio de “brainstorming” donde las personas anoten sus pensamientos sobre la tristeza y la depresión. Esta actividad puede revelar prejuicios y estigmas internos que uno ni siquiera sabía que tenía.
- Anotar pensamientos: Escribir lo primero que venga a la mente sobre la tristeza y la depresión.
- Reflexionar sobre opiniones: Analizar qué se piensa de las personas depresivas conocidas y de uno mismo si se estuviera en esa situación.
- Identificar estigmas: Detectar ideas que invalidan sentimientos o que juzgan negativamente estos estados emocionales.
Reconocer estos estigmas internos es el primer paso para abordarlos y cambiarlos.
Ejercicio 2: Compartir la tristeza
Compartir experiencias y sentimientos negativos tiene un efecto positivo en la lucha contra el estigma. Este ejercicio consiste en abrirse a una persona de confianza sobre los sentimientos de tristeza, incluso si parece innecesario.
- Elegir a alguien de confianza: Encontrar a una persona que pueda escuchar y acompañar sin juicio.
- Compartir sentimientos: Hablar abiertamente sobre la tristeza y cómo afecta.
- Aceptar la ayuda: Permitir que la otra persona ofrezca apoyo y perspectivas.
“Es un buen ejercicio compartir la tristeza con una persona que uno sienta que lo puede escuchar y acompañar”, destaca Enríquez. Este acto de vulnerabilidad no solo ayuda a quien comparte, sino que también fomenta una cultura de apertura y comprensión.
Ejercicio 3: Reflexionar sobre la tristeza
Otro ejercicio recomendado es la reflexión periódica sobre los propios sentimientos de tristeza. En lugar de evitar estos sentimientos, es útil volver a ellos y analizarlos.
- Registrar sentimientos: Tomar nota de los momentos en que se ha sentido tristeza durante la semana.
- Reflexionar sobre el origen: Preguntarse qué ocurrió y qué tan importante es realmente.
- Cuestionar la percepción: Evaluar si la tristeza está siendo exagerada o si se puede manejar de otra manera.
Este ejercicio ayuda a normalizar los sentimientos de tristeza y a verlos como una parte natural de la experiencia humana.
Ejercicio 4: Preguntar y escuchar
En lugar de asumir que la tristeza de alguien más es temporal o manejable, es crucial preguntar y escuchar activamente. Este ejercicio promueve la empatía y la comprensión.
- Preguntar sobre la tristeza: En lugar de suponer que la tristeza pasará, preguntar cómo está la persona con esos sentimientos.
- Mostrar interés genuino: Preguntar si la tristeza sigue presente, si ha mejorado o empeorado.
- Evitar ser psicólogo: No se trata de diagnosticar o tratar, sino de mostrar interés y apoyo.
“El punto importante es poder sentir que al menos alguien más preguntó y se interesó sobre este malestar”, explica Enríquez.
Trabajando en contra del estigma
No todos tienen la capacidad de registrar emociones e incluirlas en la toma de decisiones. Para trabajar contra el estigma de la depresión, es útil lateralizar el trabajo emocional:
- Lectura consciente: Leer textos que expliquen las emociones y su impacto.
- Exploración emocional: Explorar los propios estados emocionales y aprender a diferenciarlos.
- Espacio privado: Tener momentos para preguntarse cómo se está emocionalmente.
“El propósito de estos ejercicios es practicar el antónimo del estigma”, concluye Enríquez. Reconocer y aceptar la tristeza como una parte válida de la experiencia humana nos acerca a pedir ayuda y mejorar.