La historia de Francisco de Asís que cambió para siempre la fe y hoy resuena tras la muerte del Papa Francisco

La historia de San Francisco de Asís cobra un nuevo significado tras el fallecimiento del Papa Francisco, quien eligió su nombre en homenaje al santo.

La vida de San Francisco de Asís: la elección que inspiró a un Papa y cambió la Iglesia.

La historia de Francisco de Asís vuelve a adquirir relevancia mundial tras el fallecimiento del Papa Francisco, el primer pontífice jesuita que, en un gesto sin precedentes, eligió su nombre en honor al humilde santo italiano. La vida de Francisco de Asís, marcada por la renuncia a las riquezas y la búsqueda radical de la pobreza evangélica, resuena hoy con más fuerza que nunca en una Iglesia que enfrenta el desafío de volver a sus raíces.

Un joven rico que renunció a todo

Francisco de Asís, nacido como Giovanni di Pietro Bernardone en 1181 o 1182 en la próspera ciudad italiana de Asís, era hijo de un comerciante de telas. Durante su juventud, llevó una vida acomodada y despreocupada, caracterizada por los lujos y las fiestas. Su familia esperaba que continuara el negocio familiar, pero su destino tomó un rumbo inesperado.

Según las crónicas de la época, una serie de enfermedades y experiencias en la guerra llevaron a Francisco a reflexionar profundamente sobre el propósito de su vida. En un acto que escandalizó a su entorno, renunció públicamente a su herencia frente al obispo de Asís, declarando: "Desde ahora no diré más: Padre mío Pietro Bernardone, sino Padre nuestro que estás en los cielos".

Este episodio marcó el inicio de una existencia dedicada a vivir el Evangelio de manera literal, abrazando la pobreza y el servicio a los más necesitados.

El llamado de Dios ante el crucifijo de San Damián

Una de las escenas más emblemáticas de la historia de Francisco de Asís ocurrió en la pequeña iglesia en ruinas de San Damián. Mientras rezaba, escuchó la voz de Cristo desde el crucifijo que le decía: "Francisco, repara mi iglesia, que como ves, está en ruinas".

Inicialmente interpretó el mensaje de forma literal y comenzó a reconstruir templos en mal estado. Con el tiempo, comprendió que su misión era mucho más profunda: revitalizar una Iglesia que, en su época, estaba sumida en el lujo y la corrupción.

La claridad de esta vocación llevó a Francisco a predicar una vida de humildad, amor a la naturaleza y fraternidad universal, conceptos revolucionarios para su época.

La fundación de la orden franciscana

En 1209, tras reunir a un pequeño grupo de seguidores, Francisco redactó una regla basada estrictamente en los Evangelios y viajó a Roma para solicitar la aprobación del Papa Inocencio III. Aunque inicialmente escéptico, el pontífice, según relatos históricos, tuvo un sueño en el que veía a Francisco sosteniendo la basílica de San Juan de Letrán. Esto fue interpretado como una señal divina, y la regla de los franciscanos recibió su bendición.

Así nació la Orden de los Frailes Menores, más conocida como la Orden Franciscana. Sus miembros se dedicaban a la predicación itinerante, el trabajo manual y la asistencia a los pobres, siempre viviendo sin bienes propios.

Este estilo de vida radical fue considerado escandaloso por muchos, pero también inspiró a miles de personas que buscaban una forma auténtica de vivir el cristianismo.

Un amor incondicional por la creación

Otro rasgo distintivo de la historia de Francisco de Asís es su profundo amor por toda la creación. Consideraba a los animales, las plantas, el sol, la luna y el agua como hermanos y hermanas. Su famoso "Cántico de las criaturas", también conocido como "Cántico del hermano sol", es una de las primeras obras literarias en lengua italiana y celebra la belleza del mundo natural como reflejo del amor divino.

Este enfoque ecológico adelantado a su tiempo lo convierte en el santo patrono de los ecologistas modernos. Su visión de la naturaleza como parte integral del plan divino resuena hoy en debates contemporáneos sobre el medio ambiente y la sostenibilidad.

La última etapa de su vida y su muerte

A medida que su fama crecía, también lo hacían las tensiones dentro de su orden. Muchos miembros querían suavizar la estricta pobreza que Francisco había impuesto. Decepcionado pero sin perder la fe, Francisco se retiró a vivir en la soledad de la Verna, en la Toscana.

En 1224, recibió los estigmas, las marcas de la Pasión de Cristo, convirtiéndose en el primer santo conocido en tener este fenómeno místico. Murió el 3 de octubre de 1226, a los 44 años, cantando salmos y acostado sobre la tierra desnuda, tal como había vivido: sin posesiones.

Fue canonizado apenas dos años después de su muerte por el Papa Gregorio IX.

El legado eterno de Francisco de Asís

La influencia de Francisco de Asís ha atravesado los siglos. Su mensaje de amor, humildad y respeto por la vida continúa inspirando a creyentes y no creyentes. Su vida ha sido objeto de múltiples estudios, obras de arte y películas.

Incluso líderes mundiales y religiosos han evocado su figura para encarnar ideales de sencillez, compasión y reforma.

El Papa Francisco y el renacer del espíritu franciscano

Cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa en 2013, sorprendió al mundo al elegir el nombre de Francisco, una decisión inédita en la historia de la Iglesia. "Quiero una Iglesia pobre y para los pobres", declaró en sus primeras palabras como pontífice, reflejando el espíritu del santo de Asís.

El fallecimiento del Papa Francisco reaviva la reflexión sobre su decisión de identificarse con el "poverello" de Asís. Durante su papado, impulsó reformas profundas en la Curia, denunció los excesos económicos, defendió a los migrantes y puso la crisis climática en el centro del magisterio católico, en perfecta sintonía con la sensibilidad ecológica de San Francisco.

Su encíclica "Laudato Si'", que toma su nombre del Cántico de las criaturas, es un homenaje explícito a este santo y un llamado urgente a cuidar la "casa común" del planeta.

La muerte del Papa Francisco no solo cierra una etapa en la Iglesia, sino que también reafirma la vigencia del mensaje de su patrono espiritual: una invitación a vivir con sencillez, amar sin condiciones y proteger la creación.

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Redacción Vida Positiva