El Papa Francisco cambia la Iglesia Católica para siempre

El Papa Francisco cambia la Iglesia Católica para siempre al incorporar por primera vez a una mujer en un cargo de control económico clave en el Vaticano.

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Por primera vez en su historia, el Vaticano sumó a una mujer en una posición directiva clave. Con esta decisión, el Papa Francisco cambia la Iglesia Católica para siempre, promoviendo una transformación de fondo en una de las instituciones más conservadoras del mundo. La incorporación de Concetta Brescia Morra al organismo de control financiero del Vaticano no solo es inédita, sino que representa un punto de inflexión para la participación femenina en espacios de liderazgo eclesiástico.

Designada el 25 de julio de 2024, Brescia Morra pasó a integrar el Consejo de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera del Vaticano, órgano que fiscaliza las operaciones económicas de la Santa Sede. Es la única mujer en el equipo, y su inclusión responde a una estrategia del papa para dar mayor protagonismo a las mujeres en la estructura de poder vaticana.

Hacia una Iglesia con mayor protagonismo femenino

El nombramiento de Brescia Morra no fue aislado. Se inscribe dentro de un plan de reformas que el papa Francisco impulsa desde hace años para abrir espacios reales de toma de decisiones a las mujeres. Su presencia en un organismo de control económico demuestra que el cambio es más que simbólico: es funcional y estratégico.

El pontífice ha sido claro al pedir a los obispos de todo el mundo que integren mujeres en sus equipos de trabajo. A su vez, promovió en 2022 la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, que permite que cualquier laico —incluidas mujeres— pueda dirigir oficinas de la Curia Romana, un privilegio que hasta entonces estaba reservado exclusivamente al clero masculino.

¿Quién es la mujer que rompe una tradición milenaria?

Concetta Brescia Morra es una experta en derecho económico. Profesora en la Universidad Roma Tre, dirigió el Centro de Investigación sobre Derecho Bancario y Financiero Europeo y formó parte del Instituto Bancario Europeo. También trabajó como investigadora visitante en la Universidad de Harvard.

Su trayectoria técnica encaja perfectamente con los objetivos del organismo al que fue asignada: garantizar transparencia financiera en el Vaticano. El Consejo en el que ahora participa se reformó en 2020 para reforzar los controles económicos, tras varios escándalos vinculados a la mala administración de fondos.

La transparencia como bandera papal

El pontificado de Francisco ha estado marcado por la necesidad de limpiar la imagen del Vaticano en materia de finanzas. Su decisión de convocar a especialistas como Brescia Morra se alinea con esta visión. Ella trabajará junto a figuras como Carmelo Barbagallo, ex jefe de Supervisión del Banco de Italia, en una estructura que también cuenta con una unidad de asuntos legales y regulatorios.

En palabras del propio papa, “una Iglesia cerrada al mundo no puede responder a las necesidades del pueblo de Dios”. Por eso, su insistencia en incorporar a mujeres preparadas en roles de gestión apunta a fortalecer la credibilidad institucional.

No es la única: otras mujeres ya ocupan cargos relevantes

El camino hacia la inclusión no comenzó con Brescia Morra. En 2021, el papa ya había nombrado a sor Raffaella Petrini como secretaria general de la Gobernación del Estado Vaticano, el segundo puesto más alto en esa estructura. También designó a Nathalie Becquart como subsecretaria del Sínodo de los Obispos y a Barbara Jatta como directora de los Museos Vaticanos.

Con cada nombramiento, el papa Francisco consolida su intención de ampliar la presencia femenina en puestos estratégicos. Aunque la posibilidad del sacerdocio femenino sigue fuera de discusión, las puertas administrativas y de gestión ya están abiertas.

La reforma estructural de la iglesia católica más ambiciosa en siglos

La Constitución Praedicate Evangelium, vigente desde junio de 2022, representa un antes y un después en la gobernanza eclesiástica. Permite que laicos y mujeres accedan a cargos anteriormente exclusivos para los clérigos, lo que marca una evolución sin precedentes en la estructura institucional del Vaticano.

El texto también reorganiza la Curia Romana, reduce la burocracia y promueve un modelo más ágil de gestión pastoral. Es, según muchos expertos, la transformación más importante de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II.

Lo que el Papa espera de este cambio

Al incluir mujeres en espacios de decisión, el papa Francisco apunta a cambiar no solo el organigrama del Vaticano, sino también su cultura interna. Sabe que la presencia femenina aporta otras perspectivas y que esto es clave para una Iglesia que busca dialogar con la sociedad contemporánea.

“Las mujeres tienen la capacidad de leer la realidad con una mirada distinta. Y esa mirada es necesaria”, declaró en una entrevista. Con estas reformas, el papa no solo responde a demandas sociales, sino que construye una Iglesia más representativa y diversa.

¿Es este solo el comienzo?

Todo indica que sí. La llegada de mujeres a posiciones relevantes seguirá creciendo, sobre todo en áreas administrativas, académicas y diplomáticas. Francisco ha dejado claro que el futuro de la Iglesia será con las mujeres adentro, no afuera.

La inclusión de Brescia Morra marca el inicio de una etapa en la que la formación, el mérito y la experiencia superan las barreras de género. Y aunque aún queda camino por recorrer, la dirección está clara.

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Redacción Vida Positiva