Cómo prevenir la rabia en mascotas y proteger la salud humana

La conciencia sobre esta enfermedad debe mantenerse alta, especialmente en fechas como el Día Mundial de la Lucha contra la Rabia y el Día Mundial de los Animales

Imágenes Ilustrativas (Freepik)

La rabia es una de las enfermedades más peligrosas que puede afectar tanto a animales como a humanos. Se trata de un virus mortal que, aunque prevenible, sigue siendo una gran amenaza para la salud pública en muchas partes del mundo. Por esta razón, es fundamental entender la importancia de la vacunación en animales de compañía para evitar la transmisión del virus y, sobre todo, proteger tanto a las mascotas como a las personas que interactúan con ellas.

Qué es la rabia y cómo se transmite

La rabia es una enfermedad viral que afecta a todos los mamíferos, incluidos perros, gatos y murciélagos. Este virus ataca el sistema nervioso central y se transmite principalmente a través de la saliva de animales infectados, por lo general mediante mordeduras o rasguños. Una vez que el virus entra en el cuerpo, comienza a moverse lentamente a través de los nervios hasta llegar al cerebro, donde provoca inflamación y la inevitable muerte del individuo infectado.

El Dr. Juan Enrique Romero, médico veterinario, destaca que esta enfermedad ha sido documentada desde tiempos antiguos debido a los signos aterradores que causa en sus víctimas, tanto animales como humanos. Estos incluyen ataques de agresión desenfrenada, hidrofobia (miedo al agua, característico en los humanos) y muerte por parálisis respiratoria. Si bien estos síntomas son graves, lo que más alarma es que, una vez que se manifiestan, el desenlace es fatal en todos los casos.

Aunque la rabia está presente en todos los continentes, excepto en la Antártida, la mayoría de los casos humanos se concentran en áreas rurales o en países con bajos niveles de vacunación en animales. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 150 países tienen reportes de casos de rabia, lo que subraya su prevalencia y la importancia de las medidas de prevención.

La vacunación como principal medida de prevención

La vacunación anual de las mascotas es la herramienta más efectiva para combatir la rabia. Esta medida no solo protege a los animales, sino que también reduce drásticamente el riesgo de transmisión del virus a los humanos. Las campañas de concientización en comunidades, junto con la aplicación masiva de vacunas, han logrado reducir significativamente los casos en algunas regiones del mundo, pero el trabajo aún no está terminado.

Por ejemplo, en las Américas se ha logrado un avance impresionante: la rabia humana transmitida por perros ha disminuido en un 98%. Sin embargo, en los últimos años, la rabia transmitida por murciélagos ha adquirido mayor relevancia, lo que pone de relieve la necesidad de no bajar la guardia en la prevención de esta enfermedad.

Organizaciones internacionales como la OMS y la Fundación Mundo Sano insisten en que la vacunación preventiva en animales de compañía debe ser una prioridad para evitar las enfermedades zoonóticas, que son aquellas que se transmiten de animales a humanos. Además, la vigilancia epidemiológica es crucial para detectar cualquier caso sospechoso y evitar que se convierta en un brote a gran escala.

Ciclos de transmisión de la rabia

La rabia tiene dos ciclos de transmisión principales: el ciclo urbano y el ciclo rural.

  1. Ciclo urbano: En este ciclo, los principales reservorios de la rabia son los animales domésticos, como perros y gatos, que pueden entrar en contacto directo con humanos. Estos animales son los más comunes en las áreas urbanas y, por lo tanto, representan un riesgo significativo si no están vacunados. Además, los murciélagos insectívoros también pueden transmitir la rabia en zonas urbanas, aunque su participación en la cadena de contagio es menor en comparación con los perros y gatos.

  2. Ciclo rural: Aquí, el reservorio de la rabia incluye a mamíferos silvestres, como zorros, coyotes y otros animales que habitan en áreas rurales o selváticas. En este ciclo, también juega un papel importante el murciélago hematófago, o vampiro, que se alimenta de sangre y puede infectar tanto a animales como a personas en zonas rurales.

Estos dos ciclos representan distintos desafíos en cuanto a prevención y control, pero la vacunación masiva de animales y la vigilancia epidemiológica son las estrategias más eficaces para reducir los casos en ambas áreas.

La rabia en los murciélagos: un peligro creciente

Si bien se ha avanzado mucho en la reducción de casos de rabia transmitida por perros, los murciélagos han cobrado mayor relevancia en la transmisión del virus, especialmente en las Américas. Estos animales, que por lo general tienen hábitos nocturnos, son un riesgo especial cuando se observan activos durante el día, ya que puede ser un indicativo de que están enfermos. En estos casos, la recomendación es no tocarlos, cubrirlos con un balde o caja y avisar a las autoridades sanitarias para que se encarguen de su manejo y análisis.

Romero comenta que la vigilancia epidemiológica en Argentina es un claro ejemplo de cómo un buen sistema de salud puede evitar casos mortales, ya que el país cuenta con mecanismos eficientes para monitorear y actuar rápidamente ante la aparición de animales infectados.

Qué hacer en caso de una mordedura

La rabia es una enfermedad que no se puede tomar a la ligera, especialmente en caso de una mordedura de un animal potencialmente infectado. Si una persona es mordida, el primer paso es lavar la herida inmediatamente con abundante agua y jabón durante varios minutos. Este simple acto puede reducir la posibilidad de infección. Después de limpiar la herida, se debe acudir inmediatamente a un centro de salud para recibir tratamiento.

El tratamiento postexposición consiste en la administración de la vacuna antirrábica. Esta vacuna es sumamente eficaz para prevenir el desarrollo de la enfermedad, siempre que se administre antes de que aparezcan los síntomas. Por eso, la rapidez con la que se actúe es crucial. Sin el tratamiento adecuado, el desenlace de la rabia es siempre fatal.

La importancia de la notificación de casos

Todo caso sospechoso de rabia debe ser notificado al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud en un plazo de 24 horas. Además, es fundamental localizar al animal agresor para que sea sometido a observación durante 10 días. Este monitoreo lo deben realizar las áreas de zoonosis, epidemiología o un veterinario, según corresponda. Esta medida es clave no solo para confirmar si el animal está infectado, sino también para prevenir posibles contagios en otros animales o personas.

Una responsabilidad compartida

La lucha contra la rabia requiere de un esfuerzo conjunto entre la sociedad, los gobiernos y las organizaciones de salud. No se trata solo de vacunar a las mascotas, sino también de educar a la población sobre la importancia de esta medida y sobre qué hacer en caso de una mordedura o contacto con un animal infectado. Además, los programas de vacunación masiva y vigilancia epidemiológica son esenciales para evitar la propagación de la rabia y proteger la salud de todos.

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Redacción Vida Positiva