Chequeo exprés de salud: dos horas, una vez al año

Incluye análisis de laboratorio, radiografías y ecografías, entre otros estudios, y sirve para detectar factores de riesgo o enfermedades en fases tempranas.

Entre dos y cuatro horas, una sola vez al año. Eso es lo que demanda realizarse un chequeo completo de salud que incluye análisis de laboratorio, estudios cardiovasculares, ecografías varias, placas, control de presión y pruebas de esfuerzo y que posibilita detectar y tratar a tiempo un importante abanico de enfermedades, incluso antes de que aparezcan los síntomas. Cada vez más clínicas y hospitales incluyen entre sus servicios este tipo de controles cuyo objetivo central es la prevención.

“Para la gente es una oportunidad de entrar en contacto con el médico, porque muchas personas no van ni una vez al año ni cada dos, solamente concurren cuando tienen un problema. Esto, al tener cierto grado de comodidad porque se realizan todos los estudios juntos en dos horas, ha logrado que las personas se decidan y que por lo menos una vez al año se hagan un chequeo general de salud que los orienta por dónde seguir después”, sostiene en diálogo con Clarín Cristian Fuster, director médico del Hospital Universitario Fundación Favaloro, institución pionera en el país en realizar este tipo de controles y en el que practican unos 40.000 al año.

Quienes más solicitan estos controles tienen entre 35 y 60 años. Orientados a la población en general, los chequeos preventivos están especialmente aconsejados para los fumadores, las personas con obesidad o quienes tengan antecedentes hereditarios de trastornos cardíacos, hipertensión o diabetes. También para deportistas o aquellos que vayan a iniciarse en el mundo de la actividad física.

Como si fuera un juego de postas, la evaluación arranca en la entrevista con un médico que indaga en antecedentes de salud y hereditarios del paciente, tras lo cual se inicia la amplia rutina de estudios que varía según la institución en la que se realice el control pero que, en líneas generales, comprende análisis de laboratorio (orina y sangre, por lo que hay que concurrir con 12 horas de ayuno), radiografías, exámenes cardiológicos (ecodoppler, electrocardiograma y ergometría), ecografías (abdominal, renal, tiroidea, vésico-prostática o ginecológica), prueba de función pulmonar (espirometría) y chequeo de la presión arterial. Algunas clínicas segmentan paquetes de estudios por edades.

Más allá del esquema propuesto, “no hay una receta única que encuadre a todos los individuos de la misma edad. Hay un básico y a partir de eso vas viendo, porque en el interrogatorio pueden surgir cosas nuevas”, explica Cristian Sarquis, del Centro de Diagnóstico Enrique Rossi, y ejemplifica: “Si la persona tiene un familiar que falleció de muerte súbita hay que estudiarlo mucho más a fondo”. Por eso, en la consulta inicial el médico clínico puede aconsejar la realización de exámenes complementarios opcionales.

Con los resultados en la mano, el paciente elige entre solicitar que el médico que lo examinó le haga una devolución y, en caso de ser necesario, lo derive a un especialista; o puede llevárselos a su profesional de cabecera. “Los chequeos sirven como detección de patologías prevalentes o factores de riesgo. Es un filtro inicial en el que se pueden hallar ciertas alteraciones que sirven como puerta de entrada para hacer análisis más profundos. Si no se detecta nada, la persona volverá en un año”, afirma Fuster. Sarquis, en la misma línea, apunta: “En los chequeos de sangre podés detectar problemas en el colesterol o en la glucosa, hay mucha gente que tiene hipercolesterolemia o es diabética y no lo sabe. Muchos también desconocen que tienen arritmias. Cuanta más complejidad vas agregando, mayor es la capacidad de hacer diagnóstico”.

Los médicos enfatizan que el control no reemplaza al profesional de cabecera, ni la visita periódica a los especialistas de cada área (ginecólogos, o urólogos, por ejemplo). “La intención es prevenir, pero ningún estudio supera a la perspicacia y a la experiencia de un buen clínico”, subraya Sarquis. “Lo que atrae de este estudio es que la gente siente que en un día puede abarcar todo y rápido”, añade. Para Fuster, “es una oportunidad para que uno pueda conocer un poco más en qué estado está y cómo se encuentran sus parámetros generales”.

La mayoría de las prepagas cubren los controles o los realizan en sus centros propios. Por lo general hay que solicitar turno con bastante antelación, ya que hay mucha demanda, que crece notablemente ante la muerte súbita de algún famoso.

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Por Florencia Cunzolo / www.clarin.com