Vacaciones de verano y nuestra alimentación lejos de casa
Durante las vacaciones uno se relaja y come diferente. A pesar de esto es importante no perder el control.Llegan las vacaciones de verano y con ellas una inmensa felicidad de poder escaparnos unos días de la rutina. Así como cambiamos de lugar, de horarios, de actividades, es muy probable que nuestra forma de alimentarnos también sea distinta. Ahora bien, no por el hecho de que sean vacaciones, voy a elegir el camino del desborde porque sería una justificación errónea que llevaría al malestar y a un probable aumento de peso con posterior frustración. Intentemos dejar los extremos por un rato y permanezcamos en ese gris que tanto nos cuesta.
¿Qué pasaría si el desayuno, almuerzo y merienda es saludable y ordenado, pero en la cena elegimos un plato no tan saludable?
María José Villanueva y Florencia Brunello de @Real_Nutrición, establecen que primero estaría bueno elegirlo desde un lugar de disfrute, dejar la culpa de lado y sentir el placer que está generando ese alimento en vos, en ese momento. Seguramente lleguen alimentos diferentes a los que estamos acostumbrados a comer porque, justamente, estamos de vacaciones. La culpa la dejamos en casa. Esa comida que disfrutamos y salió de nuestra rutina no va a “engordarnos” per se, lo que si hará que aumentemos de peso es el consumo de comida “chatarra” en exceso y la frecuencia de su consumo.
Por su parte, Agustina Murcho de @nutricion.ag agrega que durante las vacaciones lo mejor es no comer comida alta en grasas y azucares todo el tiempo. Hay que tratar de que el consumo de frutas y verduras este la mayoría del tiempo, dentro de las posibilidades y también depende mucho del lugar a donde uno viaje. Por ejemplo, si es un almuerzo simple donde no se va a comer cierta comida a cierto lugar, tratar de pedir algo dentro de todo más saludable, para dejar lo "menos sano" para otras ocasiones donde se sabe que se va a comer otro tipo de alimento.
La profesional que concientiza a través de sus redes sociales, explica que durante nuestras vacaciones es clave no ir pensando en la comida. Sino comer en el momento que uno se sienta a comer. Dejar que fluya, disfrutar. Un día comer algo más sano, otro día comer algo típico del lugar donde se esté. Tratar de poner el foco en el lugar, en la playa, en los paisajes, conocer lugares nuevos. Pensar que mientras respetemos nuestra señal de apetito y saciedad, no habrá grandes cambios. También es importante no estar picoteando todo el día "porque si", sino comer porque lo necesitamos para vivir, y porque nos genera placer, pero no por eso comer durante todo el día sin prestar atención.
Según Daniela Natale, nutricionista especializada en Obesidad: “Durante las vacaciones uno se relaja y come diferente. A pesar de esto es importante no perder el control y poder registrar que comemos y cuento de eso. Es importante no saltear comidas y mantener un orden. Hidratarse y darse los gustos. Quizás algo que pueda servir es sacar el foco da la comida y ponerlo en disfrutar con la familia, amigos y aprovechar cada momento. Sumar actividades como nadar, caminar por la playa, jugar a pelota, también es una buena idea".
Para @Real_Nutrición, estar de vacaciones implica, relajarse y disfrutar. Sacar el foco de la comida y conectar con el lugar en el que nos encontramos. Las personas, nuestros afectos, vínculos, naturaleza. La comida es un placer súper importante, pero no tiene por qué ser todo. ¡Encuentren algo para hacer! Alguna actividad física. Si están en la naturaleza, aprovechen salir a caminar o hacer algún deporte. Esto les va a generar hormonas de la felicidad (endorfinas, serotonina, dopamina) que ayuda a contrarrestar el estrés acumulado y a bajar el cortisol (hormona del estrés) además de afectarles el estado de animo de manera positiva.
Sabemos que en las vacaciones uno come distinto, pero la clave es medir las porciones, tratar de moverse y no ir con la mentalidad de "como estoy de vacaciones me puedo comer todo". Es disfrutar de lo que hay, medido y hacer el ejercicio que se pueda. Y si se vuelve con 1 o 3 kilos más, tampoco atormentarse, se vuelve a la rutina y el cuerpo se acomoda. Agrega Murcho de @Nutricion.Ag
No podemos vivir presos del cuerpo y la balanza. No sirve y hace que vivamos obsesionados sin darnos lugar al disfrute.