Las monedas del no tan futuro
“¡Yo hago Yuan digital, ella hace Dólar digital!” - ChinaPor Santiago Bellomo
Fund Manager : ETL Capital
:: Argentina ::
Antes que nada quiero agradecer a todo el público lector, que alienta a seguir escribiendo estos artículos de opinión, a los cuales intento ponerle el mayor esmero posible durante mis mañanas de fin de semana. Es un placer muy grande poder comunicar ideas, reflexiones y entablar debates respecto de los acontencimientos globales que toman forma y determinan el futuro económico que nos rodea.
Un futuro que veo cada día más digitalizado, centralizado en la especulación y no en la economía real. Cuando pensé el tema para este artículo, hace un par de semanas, el sector de divisas digitales no era más que un mar, con peces como monero, tiburones como bitcoin. Hoy es un océano en potencia, con ballenas como el Dólar digital y leviatanes como el Yuan digital. No será sorpresa para nadie que China haya empezado a testear una beta de su divisa digital, que sigue los mismos parámetros de existencia que las famosas criptomonedas y busca reemplazar completamente al Yuan físico.
Para recapitular, y para aquellos que no estén al día con este tipo de realidad económica, existen instrumentos de valor que se exentan de su forma física para ser transaccionados, recurriendo a la tecnología de la información. Los denominamos criptomonedas (una oferta de la humanidad a la demanda de una divisa virtual, capaz de ser transaccionadas en el anonimato por morales e inmorales motivos) y hoy día llegamos a un avance tal que ocurren los primeros avistamientos de divisas digitales, mantenidas por gobiernos de estados.
Las divisas digitales no son un concepto nuevo. El concepto nace en la ciencia ficción, se materializó intelectualmente por Keynes en 1944 y el Fondo Monetario Internacional creó los SDRs (Special Drawing Rights, por sus siglas en inglés) en 1969, como “divisa internacional” para depositar rescates económicos a países en necesidad. Durante 1971 y 1981 (además del pánico de 2008/9) el FMI hizo pagos usando los SDRs, que son completamente virtuales y se transaccionan únicamente a través de las cuentas bancarias estatales que cada país mantiene con la entidad.
En 2011, el FMI propuso reemplazar el Dólar estadounidense por SDRs. En 2015, votaron a favor de incluir el Yuan en el listado de monedas intercambiables por SDRs, abriendo las puertas al estado chino para obtener fondos y también aportarlos. Mientras tanto, desde 2009, China viene acumulando ya 12.000 toneladas de oro, netamente en importación.
¿Por qué es interesante extrapolar estos dos datos?
Simple, pero no tan simple: existe un problema muy ramificado que pone a la deuda global como principal protagonista. Los países desarrollados y emergentes suman 11 trillones de Dólares en deuda entre ellos, de los cuales 3,9 trillones deben ser abonados durante lo que nos queda del 2020. Las economías emergentes poseen inconvenientes notables a la hora de pagar sus obligaciones, ejemplos cercanos, Argentina y China como los más representativos. Parece cómico poner a los dos países en la misma bolsa, comparando sus economías, pero el déficit que presentan en cuanto a sus deudas es impresionante.
No es entonces sorpresa que, sumando los factores, encontremos el verdadero motivo de la acumulación de oro por parte del gigante rojo: siendo el oro una reserva de valor indiscutida incluso en el siglo XXI, cuyo valor crece cuando la inflación global también lo hace (al ser el oro un activo “defensivo” ante la inflación), China acumula tales cantidades para basar su moneda en este metal, haciéndola imperbe a la inflación global y aplacando su problema crediticio, al posicionarse como principal acreedor del FMI. El valor del Yuan se devaluó a niveles no vistos en 11 años contra el Dólar, siendo esta debilidad de especial nota a la hora de usarla para préstamos (ya que las tasas pueden fijarse mucho más altas de lo normal, fijando ganancias para China cuando se estabilice su situación).
Pero, si esto es tan importante, ¿por qué no está en boca de todos? ¡Semejante conspiración debe aprovecharse! Error, esto no es una sorpresa, es un hecho que se viene gestando desde el año 2009 tras la última crisis crediticia. No es noticia porque no se puede mantener una “noticia” durante once años en los medios. Los acontecimientos económicos de largo plazo llevan eso, un largo plazo, en materializarse por completo. Como las pantallas touch, simplemente se dan, pasado el tiempo necesario.
El precio del oro comenzó una sustancial suba, como hablé en mi artículo anterior, catalizada a la crisis COVID-19 y debido la suma de otros factores como los aumentos en expectativas de inflación, déficit y desempleo del mundo. El fondo que presido, ETL Capital, mantiene el precio del oro en un target de USD 2.000 por onza del metal, al igual que la mayoría de los inversores institucionales en el mercado para el dorado. Al día que escribo, 19 de abril 2020, se encuentra en USD 1.684,75 /oz. Si bien es cierto que el precio se golpea cuanto más suba el desempleo estadounidense, una vez finalizada la crisis, analizamos que volverá a los rieles normales de crecimiento estable hasta llegar al objetivo.
Esta lejanía del precio target para el oro pone a China en una posición ventajosa, la cual aprovechó esta semana para lanzar una prueba piloto o “beta” del Yuan digital. Las agencias y empresas del distrito de Xiangcheng, de Suzhou, comenzarán el pago del 50% de los subsidios de transporte de los trabajadores locales con la nueva moneda digital del CBDC (banco central de China). El Yuan Digital se llama formalmente DCEP (“pago electrónico” en Chino). Será emitido por los cuatro más grandes bancos del país, con los cuales las empresas subsidiadas van a firmar un acuerdo de emisión.
Según los analistas, el objetivo del gobierno Chino es eliminar los intermediarios en la red de pagos local, que hasta el momento se realiza a través de canales de pago online como WeChat y Alipay (ambos de empresas privadas). Sin embargo, Alipay, afiliada de Alibaba, fue la principal colaboradora tanto en los procesos de investigación y desarrollo del hardware como en la distribución y la tecnología para el Yuan digital.
China logró estos días estabilizar sus números respecto a los infectados y víctimas del coronavirus, va a lanzar también la denominada “Red de Servicios basada en Blockchain” (o BSN), con la cual se busca estrenar a nivel nacional el Yuan digital. En ETL Capital estimamos que sea lanzada entre este mes y mitades de mayo. Lo impresionante, es que incluso la población rural china se encuentra completamente a favor de la nueva tecnología, teniendo en cuenta que podrán cobrar y pagar con una rapidez inédita hasta ahora, contra la lentitud derivada de la mala (¿o aceptadamente arcáica?) infraestructura en las zonas de agroindustria del país.
Estados Unidos no se queda atrás. Republicanos o demócratas, todos son oportunistas a la hora de hacer política. Con la crisis virológica que todos atravesamos y el modo particular en el que impactó a EEUU, el Congreso pasó antes de ayer la “Automatic Boost to Communities Act” (Acta ABC), una de las tantas ramificaciones del pago extraordinario universal que el país determinó como ayuda social a sus ciudadanos.
Lo más interesante de este acta, es que demanda un pago mensual de 2.000 dólares per cápita durante toda la crisis a los ciudadanos, y luego un ingreso mensual de 1.000 dólares para los aplicantes que cumplan los requisitos. Se pagaría en alguna moneda digital en cuanto fuera posible, mientras tanto, vía transferencias bancarias normales, extraíbles en efectivo por un ATM. ¡¿El primer ejemplo y nacimiento del famoso ingreso básico universal, además hecho en dólar digital?!
No tan así. El acta ABC generó confusión porque se piensa que está relacionada a la Digital Dollar Foundation, proyecto iniciado por Christopher Giancarlo (ex-presidente de la Comisión de Negociación de Futuros y Opciones de EEUU) quien es el estandarte de la creación del dólar digital. La fundación niega su participación en la creación del acta, argumentando que el dólar digital no es algo que pueda lograrse en semanas, pero que la resolución ayuda a su creación en el futuro cercano.
He aquí los ecos de la ciencia ficción que nos hablan desde las novelas utópicas -y también las distópicas- en las cuales se refiere al dinero como “créditos”, utilizados en todos los rincones del planeta, el sistema solar y la galaxia.
Sin lugar a dudas, una realidad interesante, novedosa. Año 2020, llegaron las divisas digitales. En menos de cinco años, no tendremos mucho más uso para nuestras billeteras que el de guardar fotos y tarjetas de crédito. Si es que el crédito no implosiona.