La inspiración en tiempos modernos

La escritora y guionista Daniela Sanguinetti, autora de libros como “Lo que calla la noche” y “Con la fuerza de un león”, nos cuenta qué es la inspiración, cómo surge y cuál es el fin principal que persigue.

Sentada frente a la computadora, el cursor titila sobre la página en blanco de un procesador de texto que espera llenarse de aquellas palabras con gracia y talento, capaces de atraparme y atrapar, luego, a quien me lea. El mayor desafío se encuentra precisamente ahí. ¡Atrapar! Solamente esperar que llegue a la mente esa primera línea que será el puntapié inicial de una nueva novela. La frase debe resultarme lo suficientemente buena para destapar el viejo arcón de la prosa; debe tener el poder necesario para mantenerme sentada, durante horas, venciendo la ansiedad de mi alma inquieta y movediza.

Pero… ¿De dónde surge la inspiración? ¿Cuales son las musas que llegan a nosotros y nos envuelven con su poder para dejarnos ser artífices de la gran hazaña de convertirnos en escritores?

Escribir ficción es, quizás, una manera más de indagar los misterios de la existencia humana, saciar nuestro espíritu hambriento de nuevas historias, con personajes que nos colmen de emociones y páginas que dejen su huella.

A través de los tiempos, la literatura ha sido el campo fértil donde sembrar incontables historias que tienen su raíz en todo aquello que envuelve nuestra existencia. Aunque éstas se paseen desde el más real de los relatos hasta el más fantástico, todas nacen de lo tangible de nuestra realidad y nuestro entorno; y en todas ellas, sea cual sea el género elegido para desarrollar la trama, podremos encontrar las emociones humanas más básicas así como también las más complejas.

La vida cotidiana, la rutina, el trabajo, nos sumergen en la vorágine de los tiempos modernos, donde se vive con prisa, con impaciencia y hasta con algo de desencanto. En la literatura, también esa realidad se ve plasmada. Los personajes hablan de la rapidez con la que caen los días. Ya sea un ser común y corriente perdido en la apatía o un vampiro moderno que conduce un auto de lujo, todos usan su voz para reflejar las problemáticas actuales. Los héroes románticos del pasado, que usaban sus trajes medievales adornados por la grandeza shakespereana, se visten hoy con modernos ornamentos y dejan de lado a la formalidad para usar su lenguaje más casual y ganarse la empatía o la desaprobación del lector.

La transformación literaria más grande en estos últimos años, puede verse reflejada en el rol activo que han adquirido las mujeres protagonistas de la actualidad. Ellas han sabido derogar los antiguos mandatos patriarcales, alejándose de las responsabilidades y el encierro de aquel rol de únicas responsables de la vida hogareña, para hacerse escuchar, convertirse en heroínas rebeldes de historias en donde la superación personal, la entrada triunfal en el mundo de los negocios y el profesionalismo son sus principales armas. Demostrando con esto, sin lugar dudas, de lo que ellas son capaces de lograr. Estas mujeres guerreras van haciéndose fuertes, rompiendo cadenas y presentando batalla en campos, donde antes, sólo los hombres conquistaban.

La sexualidad abierta y la libertad de pensamiento también les han dado a los personajes actuales la posibilidad de expresarse, en ese sentido, sin tapujos ni reservas, haciendo más fácil la identificación del lector con estos seres que, aunque ficticios, se perciben más auténticos y tangibles que nunca.

La literatura, la escritura audiovisual y las distintas formas de expresión artística se inspiran hoy en los sucesos y transformaciones sociales que van teniendo lugar en el mundo entero, permitiéndoles a los autores ser capaces de plasmar historias de alto contenido actual.

¿Si las musas cambiaron? Creo que van mutando y transformándose al igual que lo hace la raza humana. Los géneros son los mismos pero ahora, cada uno de ellos, hace su entrada triunfal bañado de ideología y libertad de expresión como nunca antes se hizo.

Nos toca a los autores, por tal motivo, esforzarnos para seguir siendo capaces de satisfacer y atrapar a nuestro público ante el desafío de los tiempos que corren y la exigencia de un lector moderno que ya no se conforma con historias simples y tradicionalistas. Y no claudicar ante la ardua tarea de seguir haciendo del arte el lugar donde ellos elijan pasar su tiempo libre que, lamentablemente, se va haciendo cada vez más acotado.

Lo difícil no es, entonces, encontrar la inspiración sino, buscar el mejor modo de plasmarla para lograr que, quien nos lee, se sienta cautivado por la historia desde el comienzo hasta la última página.

Al fin y al cabo, ¿Quién dijo que ser escritor era un trabajo fácil?

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