Escuchar música mientras hacemos ejercicios: ¿aliado o enemigo?
Salir a correr, o hacerlo en una cinta, es considerado “aburrido” por algunas personas, quienes para contrarrestar recurren a estas “distracciones”. ¿Está bien o está mal hacerlo?
Después de más de 25 años en los que las diferentes asociaciones médicas –incluyendo la American Heart Association y la Sociedad Argentina de Cardiología– vienen promoviendo el ejercicio físico como la herramienta más importante para el cuidado de la salud, hoy existe más conciencia sobre la necesidad de seguir un plan de actividad física regular y una dieta balanceada para mantenerse saludable. El tema relevante es que a un gran número de personas (según estadísticas recientes de nuestro país, aquí es mayor al 50 % de la población), no les resulta fácil eso de ejercitarse de manera regular; intelectualmente saben que lo necesitan, pero no logran incorporarlo como un hábito.
Entre quienes decidieron empezar a moverse, hay muchos que para no “aburrirse” encuentran fundamental escuchar la radio, algo de música o, incluso, mirar la televisión mientras caminan en la cinta o corren. En mi consultorio es frecuente la pregunta acerca de si está bien o mal “evadirnos” del esfuerzo físico que estamos haciendo, por eso decidí centrar esta columna en esta cuestión.
En primer lugar, considero que cualquier ayuda extra que permita cumplir con la importantísima misión de mover el cuerpo tiene que ser bienvenida. Los médicos cardiólogos, deportólogos y nutricionistas que nos dedicamos a proponer cambios de hábitos, sabemos lo difícil que es lograrlo y por ello nos aferramos a algo fundamental para que esto suceda: que lo propuesto sea motivante y divertido. En este sentido, mi recomendación es, siempre, encontrar qué motiva al paciente para moverse.
Si repasamos la forma ideal, habría que combinar una actividad aeróbica diaria o, por lo menos, cinco veces por semana al aire libre: una caminata a paso rápido, bicicleta, rollers o correr disfrutando de los sonidos de los pájaros y los perfumes de las flores y los árboles. Esto, acompañado con ejercicios simples de fortalecimiento de tronco, abdominales y espinales para mantener la columna sana y la buena postura, y algunos ejercicios para brazos, de manera de que permanezcan firmes pese al embate de la gravedad.
Sin embargo, este ideal no es posible para todos. Y ahí es donde los gimnasios, las aplicaciones tecnológicas para celulares y relojes y, muy especialmente, la música, cumplen un rol esencial. Simplifican y motivan a aquellos que por temas de tiempo, seguridad, sobrecarga de tareas u otros motivos personales quieren priorizar su salud haciendo actividad física pero no tienen acceso a ese supuesto ideal. Si al buscar lo perfecto, quedan en el camino del sedentarismo diría que esa es la peor inversión para su cuerpo y salud.
Ahora bien, veamos los cuidados que hay que tener en cuenta cuando utilizan música para motivarse:
- Si están haciendo actividad física en la calle, hay que prestar mucha atención al tránsito. Lamentablemente, todavía estamos muy lejos de aquello de que la prioridad siempre es del peatón.
- Tratar de alejarse de calles o avenidas en las que el tránsito es muy pesado, ya que seguramente el aire que se respirará no será el más puro.
- Si van por senderos, cuidado con los desniveles en el suelo ya que pueden causar esguinces.
Estoy totalmente de acuerdo con la utilización de la música para hacer actividad física, sobre todo aeróbica. Puede ser estimulante o relajante, pero sin ninguna duda una compañía que ayuda a disfrutar más esta actividad que, si es diaria, influirá en la salud cardiovascular, la agilidad mental, el control del peso y en el humor.
No creo en las imposiciones del estilo “correr es lo mejor y lo tenés que hacer aunque no te guste”. Eso no da resultado. La mejor adherencia en el tiempo a un plan de actividad física es encontrar el adecuado para cada persona. Eso que la motiva y la lleve a resultados que ella misma pueda controlar y medir.
Otra advertencia para los utilizan la música es que tengan cuidado con el volumen. Los dispositivos intracanaliculares utilizados regularmente a altos volúmenes pueden dañar el oído.
A la hora de ejercitarse frente a una pantalla, viendo películas, series o algún partido, un cuidado fundamental es el de la postura de la columna y, muy especialmente, del cuello. La flexión marcada de la cabeza hacia adelante o la hiperextensión si la pantalla está muy baja –o muy alta– conducirá siempre a dolores cervicales, cefaleas y probablemente mareos. Hay que tener mucho cuidado con colocar el televisor o el monitor en la altura correcta.
Distraerse con lo que se está viendo está bien, pero no tanto como para perder el objetivo del plan de ejercicio. Si el plan es en bici a 20 kilómetros por hora, y pasan la mitad del tiempo muy por debajo de ese rango, el ejercicio servirá pero no como estaba planeado. Al realizar ejercicios para el fortalecimiento muscular es importante concentrarse en eso o en los músculos que se están trabajando. Hay que tratar de evitar “el piloto automático”. Escucho muchos pacientes que dicen “hago 300 abdominales 3 veces por semana y no logro mejorar”. Les puedo asegurar que, bien hechos, 50 o 60 serán suficientes.
Mi recomendación final es que hacer ejercicios a cualquier edad es esencial para mantener una buena calidad de vida. El desafío será encontrar cuál te motiva, aprender la técnica correcta y mantenerlo en el tiempo.
La Dra. Patricia Sangenis es médica cardióloga, especialista en medicina del deporte, y directora médica del Instituto Deporte y Salud de Buenos Aires. www.doctorasangenis.com