Enoturismo, una tendencia innovadora para paladares exquisitos

El objetivo es transmitir la cultura e innovación en torno a la vitivinicultura nacional

A la vanguardia de los escenarios y circuitos turísticos tradicionales, hoy en la Argentina nacen nuevas propuestas para disfrutar de sus imponentes paisajes y sumar valor agregado a partir del aprendizaje de costumbres culturales y gastronómicas nacionales en un marco de servicios de calidad.

El potencial vitivinícola argentino es impactante. En el país existen un total de 160 bodegas que no sólo reciben a los turistas para exhibir sus instalaciones y realizar una cata de vinos, sino también el objetivo es transmitir la cultura e innovación en torno a la vitivinicultura nacional.

Si bien Mendoza, lidera el enoturismo en la Argentina, concentrando el 70% del mercado, existe la posibilidad de descubrir y disfrutar de distintas rutas del vino en 8 provincias: Salta, San Juan, Neuquén, Río Negro, Catamarca, La Rioja, Córdoba y Tucumán.

Entre sierras, montañas, bosques, lagos y lagunas; el turista tiene la posibilidad de recorrer 16 rutas o caminos en las distintas provincias que además ofrecen servicios de excelencia como hoteles temáticos y bodegas boutique en dónde no sólo es posible degustar de exquisiteces gastronómicas sino además se puede pasar la noche en habitaciones de lujo.

El enoturismo nacional no sólo ha tenido repercusión a nivel turístico sino que la mayor institución en torno a la selección de las rutas del vino más prestigiosas del mundo, Great Wine Capitals, eligió a Mendoza como uno de los destinos claves en la identidad y cultura del vino. La provincia comparte su liderazgo con regiones vitivinícolas emblemáticas como Bilbao, Bordeaux, San Francisco, Firenze y Cape Town.

En la provincia de Mendoza existen un total de 15 bodegas que ofrecen todos los servicios acordes con el enoturismo como alojamiento, gastronomía y servicios de calidad.

Los amantes de la cultura y la historia también cuentan con la posibilidad de disfrutar de las 16 salas de arte y 10 museos abocados a la vitivinicultura mendocina.

Cada una de estas actividades tienen como marco a las montañas y a las sierras en dónde se pueden practicar deportes al aire libre o bien, jugar al polo, al tenis o al golf en los predios especialmente diseñados para ello.

Además de la belleza mendocina, otra provincia que hoy concentra a los amantes del enoturismo es Salta. Su ruta del vino se compone a través del circuito que comienza por el Valle de Lerma y finaliza al sur de la provincia en el Cafayate. Así, el turista disfruta de las imponentes bodegas y paisajes de las localidades de Yacochuya y Colomé ( localizadas a más de 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar), el Valle Calchaquí y también, se visita el Parque Nacional Los Cardones, la Reserva Provincial Quebrada de las Conchas y diversos pueblos históricos.

El enoturismo no sólo es una oportunidad para fusionar el relax con la cultura, es una propuesta innovadora que despierta y pone en práctica los 5 sentidos.

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Redacción Vida Positiva