Desierto del Sahara: el secreto de un profundo cambio

Se dieron a conocer las claves de una gran transformación. Existen diversas teorías sobre la alteración de esta enorme masa. En un futuro lejano podría sufrir otra modificación.
Foto: MIT

Por Matías Russo
@matiasfederusso

:: Argentina ::

Con más de 9.065.000 km2 de superficie, el Sahara es el desierto cálido más grande del mundo y el tercero después de la Antártida y el Ártico. Abarca la mayor parte de África del Norte, ocupando una extensión casi tan grande como la de China o Estados Unidos. Sin Embargo, hace 5.000 años, esta enorme masa de tierra era extremadamente diferente. Estaba constituido por una pradera verde, con algunos bosques salpicados de pantanos. Era el hogar de cazadores y recolectores que vivían de una variedad animales y plantas, sostenidos por lagos permanentes y grandes cantidades de lluvias. Ese periodo fue conocido como “Sahara verde” o “Sahara húmedo”.

Este inesperado descubrimiento fue comprobado por científicos que hallaron fósiles de antílopes, jirafas, hipopótamos, elefantes, cocodrilos y peces, es decir, animales que se desarrollan en otro hábitat, lo que dió inicio a una contundente investigación. Según aseguró el doctor David McGee, profesor del Departamento de Ciencias Atmosféricas, Planetarias y de la Tierra del Massachusetts Insititute of Technology (MIT) en EE.UU, "La evidencia fósil y de polen es bastante clara". Coincidiendo con McGee, el doctor Francesco Pausata, climatólogo del Departamento de Meteorología de la Universidad de Estocolmo, señaló: "Presumo que los animales que hoy en día pastan en el Sahel hubieran podido vivir hasta en los extremos norte del Sahara occidental, como los ñus y las gacelas".


Un oasis en el desierto. Foto: National Geographic

A través de los hallazgos del ingeniero serbio Milutin Milankovic (1879-1958), quien demostró que la fuerza gravitacional de la luna, del sol y del resto de los planetas del sistema solar ejercen una influencia y hacen cambiar la órbita que nuestro planeta recorre alrededor del principal astro, se determinó que los cambios de órbita y de inclinación del eje de la tierra, hicieron que la cantidad y el ángulo de incidencia de los rayos del sol sobre la superficie de nuestro planeta produjesen los profundos cambios climáticos que transformaron a la selva del Sahara en el desierto que es hoy.

Lo que actualmente es una precipitación anual de entre 35 y 100 milímetros, hace miles de años era hasta 20 veces mas intensa, debido a que los vientos estacionales monzones traían lluvias cíclicas que mantenían fértil la tierra. Así lo afirma el doctor Pausata en declaraciones a la BBC Mundo: "La precipitación anual en el Sahara occidental pudo haber sido de hasta 2.000 milímetros más de los que es hoy en día, con una vegetación parecida a la de la actual parte sur de Senegal".

Por otro lado, el profesor McGee reconoció que los humanos pudieron haber tenido influencia en los cambios de la desertización, pero hay evidencias de que el fenómeno pueda ser cíclico, ya que no solo ocurrió hace 5.000 años, sino que también ocurrió hace 125.000 años, cuando no había interferencia humana. De ser cierta esta última teoría, se podría suponer que el Sahara regrese a ser verde otra vez. "En unos miles de años, el ciclo se repetirá. El problema ahora son las fuerzas antropogénicas, la influencia humana que será un efecto más, fuera de la variación natural, que podría cambiar el equilibrio en el futuro del planeta, no solo en el Sahara", cerró McGee.

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