Cómo hacer compost casero en tu casa y reducir tu basura a la mitad

Con tres pasos básicos, aprenderás la manera más sencilla de reciclar los residuos orgánicos del hogar y lograr así un impacto ecológico positivo.

Por Barbi Alloatti
@barbialloatti
:: Argentina ::

Hacer compost casero puede ser una actividad ideal para tener una consciencia más sostenible, así como para trabajar en familia la importancia del consumo responsable, el reciclaje, los procesos biológicos naturales y el respeto por el ambiente.

Mediante la acción de microorganismos que se alimentan de los residuos orgánicos, podremos obtener tierra fértil o abono para utilizarlo en plantas o huertas y, de esa manera, darle otro sentido a esos desechos que comúnmente terminan en la basura mezclándose con lo demás.

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Qué es el compost

Es un proceso 100% orgánico, en donde procesamos los residuos de alimentos como frutas y verduras, para que cumpla un proceso biológico controlado de descomposición, con el objetivo de obtener un producto de compost.

Con este proceso, podemos transformar todo tipo de residuos en tierra fértil o abono que podemos utilizar como sustituto de fertilizantes químicos. Además, genera un impacto positivo en el ambiente ya que recirculamos la basura y le damos un destino mucho más ecológico.

Casi cualquier material biodegradable se puede compostar, pero hay que considerar los tiempos de descomposición que tiene cada uno. Los procesos para los restos de verduras y frutas pueden ser de hasta 40 o 50 días, mientras que para materiales secos, como cáscaras de huevo o cartón, puede demorar hasta 6 meses.

Por qué es importante

Cerca de un 50% de nuestros residuos diarios, es decir, la mitad de nuestra basura, es compostable. Es decir, muchas de las cosas que estamos acostumbrados a tirar pueden tener otro tipo de fin más sustentable.

Todos esos residuos generados diariamente pueden ser transformados en abono o compost. En otras palabras, compostar es transformar aquellos desechos en recursos naturales y otorgarles una mejor finalidad.

Entonces, podemos utilizar esos restos de comida compostable, en vez de tirar todo a la basura sin darle un uso orgánico y mezclándolo con el resto de los desperdicios, como plásticos y metales.

El proceso es muy simple y no requiere de mucho esfuerzo, se puede realizar en cualquier lugar, tanto si vives en una casa o apartamento, si tienes mucho o poco lugar, y lo mejor es que sirve como abono natural.

El impacto ecológico que genera es fundamental, reduce a la mitad los residuos que tiramos a la basura y lo podemos utilizar para obtener un producto fértil para nuestras macetas, o para plantar más frutas y verduras.

En este último punto, es importante destacar que si utilizamos el compost para desarrollar una huerta de frutas y verduras, éstas adquirirán un sabor especial que sólo lo tienen aquellos productos orgánicos de calidad, que no estén contaminados con fertilizantes artificiales y otro tipo de elementos no naturales.

Cómo hacer compost en tu casa

Siguiendo los pasos correctos podremos lograr un proceso orgánico de descomposición de los residuos, para luego poder utilizar esa tierra. Si bien hay varias formas de armar un compost, hay algunos pasos esenciales para lograr el correcto proceso de biodegradación, producto de la acción de agentes biológicos.

Podemos compostar dos tipos de residuos. Los restos húmedos, es decir, todas las sobras de la comida, las cáscaras de frutas y de verduras, o la comida de la heladera que se puso fea. Por otro lado, están los restos secos o materiales secos, otras partes de la planta como las hojas, cáscaras secas como de cebolla y de huevo y los tallos, así como cartón, papel y viruta.

No se puede compostar carnes, lácteos, aceites, ni tampoco plásticos y metales. Tampoco es recomendable yemas y claras de huevo, por el mal olor que generan. Por otro lado, las colillas de cigarros, y grasas pueden alterar el proceso de compostaje así que tampoco se recomiendan.

Hay que pensar a la compostera como un organismo vivo vegetariano, que puede alimentarse de todo aquello que provenga de las plantas.

Sabiendo separar estos dos tipos de residuos, podemos empezar a pensar en compostar. Para ello, en primer lugar se necesita una compostera o el compostador. Es esencialmente un recipiente, si es reciclado, mejor, en donde podremos ir añadiendo las distintas capas de desechos.

El compostador se puede armar fácilmente con materiales recuperados. Puede ser una caja de madera de verduras o una jardinera que no uses. Es necesario que tenga una base y no esté en contacto directo con el suelo.

Si utilizas un recipiente plástico, asegúrate de hacer varios agujeros a la base y colocar una primera capa de tierra y otra de materiales secos, como ramas, viruta o paja.

Luego, añades los restos húmedos y secos separados por capas, intercalando entre estos para lograr un producto de mejor calidad. Haz primero una capa de materiales húmedos, como comida, cáscaras y otros residuos, y luego haz la capa de materiales secos para equilibrar.

El último paso esencial es regar y mantener hidratado el compost. El abono orgánico casero necesita de esa hidratación para avanzar en su proceso de descomposición y lograr la riqueza de minerales. En este aspecto, es importante no inundar el compost, sólo mantenerlo húmedo en la totalidad de sus capas.

Si bien hay varios tipos de compostajes, cada uno dependerá del espacio con el que cuentes. Pero este procedimiento no genera malos olores, así que es ideal para pequeños apartamentos o casas sin jardín.

Una vez que empieces a compostar, verás cómo se reduce notablemente la cantidad de basura en tu hogar. Es un trabajo que requiere de paciencia y dedicación, ya que implica un proceso de descomposición que lleva su tiempo, pero que promete un resultado de calidad, muy útil y ecológico.

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