Colombia invita a volver a la tierra
La historia puede contarse a partir de la unión de María Angélica Suárez y su pequeña hija Anni, de tan sólo seis meses, que hoy son un ejemplo sobre cómo en las “raíces” está el secreto para ejercer una vida saludable, sostenible y plena de felicidad.María Angélica forma parte del proyecto Mi Ecohuerta, una iniciativa ubicada en la localidad de La Calera, en Colombia que ocupa seis parcelas en dónde distintas familias se propusieron reconectar a las personas con la tierra y así no sólo cultivar sus propios alimentos sino también dar un ejemplo al mundo sobre consumo responsable y sostenible.
Ecohuerta, une a los padres con sus hijos en el ejercicio de cuidado de la tierra y el cultivo de alimentos que garantizan la buena salud y previenen la mayoría de las enfermedades.
Este proyecto apela no sólo a la educación alimentaria sino también a volver a las fuentes, a las de aquellas generaciones que cultivaban en sus huertas en los jardines de sus casas como un modo de aprender, conocer y disfrutar de la naturaleza.
Pero además Ecohuerta tiene un propósito social. María Angélica junto a las familias que participan de este proyecto se encuentran en pleno trabajo para inculcar en los barrios más pobres de Colombia el valor de cultivar la tierra como una de las más nobles fuentes de trabajo y alimentación.
Otro de los grandes valores agregados de este proyecto es el retorno y la recuperación de técnicas ancestrales de cultivo de vegetales propios de Colombia, que hace décadas habían quedado fuera del mercado como la chugua, los cubios y las ibias.
Colombia en un país con una gran tradición agrícola, plasmada en su cotidianeidad. Un ejemplo de ello es la ciudad de Bogotá en dónde más de 8.500 familias producen alimentos para consumo doméstico en huertas urbanas. Su condición sostenible, posicionó a la capital como una de las ocho ciudades más verdes de Latinoamérica, según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Volver a la tierra no sólo es positivo para la salud, es un valor que conecta al hombre con sus raíces y en Colombia ya pusieron manos a la obra.