Adolfo Cambiaso: María y mis hijos son mi gran motivación
Después de triunfar en Palermo y lograr la Triple Corona con La Dolfina, su propio equipo, el jugador habla de su familiaPasó la euforia, la emoción, la fiesta… Y llegó el día después de la gloria, en Cañuelas, la tierra que lo vio nacer y crecer. Adolfo Cambiaso (38), recordman absoluto, anotó otro hit en su carrera. Con su propio equipo, La Dolfina, le ganó a Alegría por 16 a 11 y consiguió su décimo título en Palermo y así se ubicó en la historia como el jugador en actividad con más campeonatos ganados en Argentina. Logró, además, la Triple Corona con el team que fundó en 1997 junto con su cuñado, "Lolo" Castagnola (hoy al frente de La Natividad). "Es un logro increíble. Mi familia me apoya muchísimo. María y mis hijos son mi gran motivación y mi cable a tierra", dijo minutos después de terminada la gran final.
Detrás de este hombre de pocas palabras que parece conseguir todo lo que se propone hay un gran equipo familiar y profesional trabajando. Y su mujer, María Vázquez (39), está a la cabeza: "Ella entregó mucho de su tiempo para que yo estuviera bien, es de las personas que bancan, está siempre a mi lado", asegura el crack. Cuando sonó la campana final, Adolfo se bajó del caballo y la primera que corrió a abrazarlo fue su mujer, rodeada por sus tres hijos, Mia (11), Poroto (8) y Myla (3).
"Tuve que relegar muchos proyector personales para poder acompañar a Adolfo en su vida y formar la familia que tenemos hoy. Fue una elección que hice el día en que me casé y la vivo muy bien. Ellos son mi gran prioridad", dice María, todavía emocionada.
UNA TEMPORADA DIFERENTE
Desde que empezó a jugar con La Dolfina en el año 2000, Cambiaso nunca se había propuesto conseguir la Triple Corona. "No pensé en ganar Tortugas hasta que nuestro nuevo coach nos lo propuso", dice. En la primera reunión de equipo que tuvieron a principios de la temporada, su entrenador, Milo Fernández Araujo, les avisó: "Yo vengo acá a ganar. Se puede". Pero lo que no se imaginó Adolfo en ese primer momento era que el nuevo objetivo le daría un clima especial a toda la temporada. "Cuando me contó cuál era la meta, me propuse ir a todos los partidos, algo que no hice nunca antes. Esta vez voy a bancar desde el principio", cuenta María hoy. "Fue una temporada distinta. Adolfito estaba más compañero y familiero que nunca. Siempre lo es, pero este año la energía fue mucho más para adentro y no tanto para afuera", explica.
A la unión que generó el objetivo de la Triple Corona se sumó otro acontecimiento que sensibilizó a toda la familia Cambiaso-Vázquez. El polista Javier Novillo Astrada, amigo de Adolfito, sufrió una recaída en el cáncer de cerebro que le descubrieron en abril de 2009 y se quedó fuera de la cancha. "Lo de Javier me toca. Me llevó a otro plano, a hacerme preguntas, muchas preguntas.... Pero la vida es lo que es y hay que afrontarla", dice Adolfo. "María me ayudó mucho en los momentos malos. Durante este tiempo la pasé muy mal y muy bien a la vez. Yo no soy solo polo… Ella me acompaña en todo eso que es la vida y que para mí es fundamental. Lo más importante", confiesa.
• –¿Qué hacés en los momentos que querés aliviar la presión?
–Juego mucho con mis tres hijos y en ese momento me relajo. Soy de disfrutar de la vida familiar. Además, con los chicos salimos a andar a caballo, y eso también ayuda. Ellos son fanáticos del polo y compartimos toda la temporada con mucha emoción. La viven con tanta ansiedad y alegría como yo.
• –Hace tiempo entraste en la historia del polo, ¿cuál es tu mayor fortaleza?
–Creo que es la dedicación y el fanatismo que tengo por lo que hago. Me pongo metas y las cumplo. La cabeza es fundamental, y generalmente me juega a favor, pero otras veces puede transformarse en mi peor debilidad. Según las circunstancias, consigo o no que me acompañe.
• –Durante años formaste equipo con tu cuñado, "Lolo" Castagnola. ¿Qué los llevó a separarse?
–En la vida hay distintas etapas y después de jugar durante tanto tiempo juntos sentimos que teníamos que seguir por caminos distintos. Tuve una carrera increíble jugando con él y estoy agradecido de que nos hayamos podido acompañar.
• –Este año, perdiste el primer lugar en el ranking del World Polo Tour, ¿te afectó en algo?
–Nunca le presté atención a eso. Me fijo en la trayectoria, en mirar hacia atrás para ver todo lo que conseguí. Y, también, me concentro en mirar hacia adelante para seguir poniendo metas a futuro.
• –¿Te quedan asuntos pendientes en el polo? ¿Algún sueño, otro título?
–Gracias a Dios, ya no. La Triple Corona y conseguir diez títulos en Palermo creo que eran lo último de la lista. Estoy feliz, hice historia con el club, tengo veintiún Abiertos, compito con gente joven y sigo estando ahí. Pude jugar la final con un clon. Ya no puedo pedir nada más.
• –¿Pensás en el retiro?
–Por supuesto, pero todavía no. Será cuando tenga que ser… Ahora quiero buscar las motivaciones suficientes para seguir adelante y eso es lo más difícil.
• –¿A qué vas a dedicarte cuando dejes de ser un deportista de elite?
–Tengo por delante una vida muy linda con mi familia. Cuando llegue el momento aprovecharé para dedicarles todavía más tiempo a mis hijos. Y, aunque no sea como jugador, siempre seguiré vinculado al polo y a los caballos.
MARIA, FIRST LADY
• –María, dicen que dos estrellas no pueden brillar en un matrimonio: ¿cómo hacen con Adolfo para encontrar el equilibrio?
–En realidad, siempre brillo yo. Esa es la habilidad que tenemos las mujeres, les hacemos creer a los hombres que son ellos los que manejan todo cuando en realidad somos nosotras. [Risas]. Ahora…, hablando en serio. Cuando hay amor, no hay egos y en esta pareja no los hay. Aprendimos a bancarnos el uno al otro en cada una de nuestras distintas etapas.
• –¿Cómo te llevás con el título de "primera dama del polo"?
–Me divierte. [Risas]. Pero la verdad es que no creo en los títulos, el éxito va y viene. Quizá soy un referente para muchos dentro y fuera del polo porque estoy junto a un número uno en lo que hace y soy una buena compañera. Con mucho esfuerzo y trabajo formamos un proyecto divino de familia, con chicos buenos, sanos y educados. Y eso es lo más importante..