«Todos podemos bailar », una iniciativa que transforma el arte en un derecho de todos
La compañía de danza integradora “Todos podemos bailar” nació con la meta de desafiar los límites que imponen los prejuicios y los mitos sobre la supuesta incapacidad del cuerpo ante ciertos desafíos físicos y mentalesPersonas con capacidades diferentes, adultos mayores y pacientes que padecen diversas enfermedades del orden físico o mental encontraron en la danza un vehículo de superación y fortalecimiento de sus cualidades y esfuerzos. Para lograr estos objetivos hubo una organización que unió sus deseos y necesidades y las convirtió en una realidad.
La compañía de danza integradora “Todos podemos bailar” nació con la meta de desafiar los límites que imponen los prejuicios y los mitos sobre la supuesta incapacidad del cuerpo ante ciertos desafíos físicos y mentales. Así, esta organización llevó la danza a los escenarios y a las personas que encontraron en el baile un estímulo para el incremento de sus capacidades y hoy se han convertido en un paradigma de esfuerzo y virtud.
“Todos podemos bailar“, fue creada hace 17 años atrás y hoy su compañía de baile recorre los 5 continentes ofreciendo espectáculos de danza contemporánea de excelencia artística y con un mensaje muy claro en pos de la diversidad y la inclusión de todas las personas sin excepciones de edad, ni capacidades físicas o mentales. La iniciativa es pionera en su concepto y desde el año 1991 ha replicado su modelo en Latinoamérica en países como Chile, Uruguay, Cuba, México y Brasil.
El parámetro que guía los pasos de la organización es claro: “Tenemos la convicción de que el arte, es integrador por excelencia de diversas áreas de la vida humana, organizador estético de saberes y es el único lugar donde el ser humano puede ser libre cualquiera sea su condición”, afirman sus fundadores. A través de profesores de danza y artistas que estudiaron sobre el género en la cátedra de danza integradora del IUNA, “Todos podemos bailar” enseña que el cuerpo de todas las personas tiene tantas posibilidades como limitaciones para su expresión y comunicación, pero el verdadero motor corporal es la fuerza interior del espíritu que logra superar todas las barreras y trasciende la materia corporal.
El objetivo es aceptar e incorporar las diferencias en pos de fortalecer las capacidades para disfrutar y aprender de una disciplina artística, cuyo desarrollo ayuda a optimizar el cuerpo y la mente. Una de las experiencias ejemplificadoras de esta acción se realizó en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en dónde los médicos trabajaron en conjunto con la organización en los talleres de danza integradora dentro de la institución.
La Dra. Liliana Araquistain, jefa del Hospital de Día que funciona dentro del Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca en dónde desarrolla la actividad destacó el cambio y la contribución de “Todos Podemos Bailar” para los pacientes: “Desde el punto de vista de la plasticidad y del movimiento, los pacientes han mejorado mucho la postura, cosa no siempre lograda con los movimientos mecánicos y repetidos en el hospital. Esto se debe a que logran relajarse y al no poner el acento en su recuperación, incentivados por la música y el trabajo en grupo, logran ampliar la conciencia del cuerpo, aumentar el rango de sus movimientos, la flexibilidad y la coordinación, sin proponérselos”.
Derribando prejuicios y fortaleciendo capacidades, “Todos podemos bailar” está cambiando las biografías y no sólo la de los artistas que forman parte de su compañía, sino especialmente las de una sociedad que mira y admira cómo la pasión por el arte es un motor para la inclusión y la integración.