¿Por qué dormir en el sofá es tan irresistible? expertos revelan las razones detrás de esta costumbre tan común

Para muchos, el sofá se convierte en un imán de descanso después de un día agotador.

Imágenes Ilustrativas (Freepik)

Basta con sentarse para ver una serie o una película y, sin darse cuenta, el sueño empieza a apoderarse de nosotros. Pero ¿qué tiene el sofá que lo convierte en un "somnífero" natural? Expertos en sueño y salud explican qué ocurre en nuestro cuerpo y en nuestra mente que hace que una pequeña siesta en el sofá se sienta tan reconfortante, a pesar de que el lugar más saludable para dormir sea, en realidad, la cama.

La presión del sueño: por qué nos quedamos dormidos en el sofá

Según el Dr. Manjunath PH, especialista en neumología intervencionista, uno de los factores principales que nos llevan a quedarnos dormidos en el sofá es la acumulación de presión del sueño a lo largo del día. Este fenómeno ocurre debido a la liberación de adenosina, un neurotransmisor que se va acumulando en el cerebro y aumenta la necesidad de descanso.

Estar en un estado de relajación semialerta en el sofá es, según el especialista, el escenario ideal para que el cerebro sucumba a esa presión de sueño acumulada, provocando que caigamos en una siesta antes de que siquiera lo planeemos. En estos momentos, el sofá funciona como un espacio intermedio entre la vigilia y el sueño, lo que hace difícil evitar quedarse dormido en él.

La relajación física y ambiental también influye

La posición en la que nos encontramos y el ambiente del sofá son otros factores que fomentan este descanso inesperado. Como explica el Dr. SM Fayaz, experto en medicina interna, adoptar una posición de descanso en el sofá le envía al cerebro la señal de que es momento de relajarse. Esta postura disminuye el estado de alerta y, en combinación con el entorno generalmente más tranquilo que encontramos en el sofá (luces tenues, ruido blanco de la televisión o los sonidos de la casa), facilita la conciliación del sueño.

El ambiente relajado en el sofá reduce la presión de “tener que dormir” que solemos sentir en la cama. Este contexto es ideal para una siesta corta, pero puede llegar a ser tan cómodo que al despertar, cuando intentamos mudarnos a la cama, el sueño ya se ha disipado.

El ritmo circadiano y su influencia en el sueño del sofá

Nuestro reloj biológico, o ritmo circadiano, también juega un papel importante en el fenómeno de quedarse dormido en el sofá. Este ritmo regula los ciclos de sueño y vigilia del cuerpo y hace que durante ciertas horas del día, como después del mediodía o al anochecer, el organismo experimente naturalmente una caída en los niveles de alerta, lo que facilita el sueño.

El Dr. Manjunath PH añade que si estamos descansando en el sofá durante uno de estos momentos de baja alerta, es aún más probable que caigamos en una siesta rápida. Al llegar la noche, los niveles de melatonina –la hormona que regula el sueño– aumentan, y si en ese momento estamos en el sofá, el cuerpo interpreta esta relajación como una señal para entrar en modo descanso.

¿Por qué el sofá parece más cómodo para una siesta?

La diferencia entre el sofá y la cama no solo está en el lugar, sino en el contexto que ambos representan. El sofá es un espacio más relajado, mientras que la cama tiende a asociarse con un descanso completo y, por lo tanto, con la presión de “tener que dormir bien”. La falta de esta expectativa en el sofá nos permite quedarnos dormidos sin pensarlo dos veces, disfrutando del descanso en una posición cómoda y no estructurada, aunque pueda causar molestias a la espalda y cuello.

La importancia del entorno para un sueño reparador en la cama

El entorno en el que dormimos influye significativamente en la calidad y duración del sueño, como explica el Dr. Satyanarayana Mysore, jefe de Neumología del Hospital Manipal. Un ambiente cálido puede hacer que el sueño sea más corto e interrumpido, mientras que un entorno más fresco favorece un descanso más prolongado y satisfactorio. La clave para un buen sueño en la cama radica en crear un ambiente propicio para descansar, evitando las distracciones y estableciendo una rutina antes de dormir.

Si bien el sofá puede resultar muy tentador, los expertos recomiendan crear una higiene del sueño adecuada en la cama, evitando quedarse dormido en otros lugares de la casa. Para mejorar la calidad del sueño nocturno, es importante establecer un ambiente oscuro y tranquilo, evitar el uso del teléfono móvil antes de dormir, y realizar actividades relajantes que preparen al cuerpo para el descanso en la cama.

¿Cómo cambia el hábito del sueño con la edad?

A medida que envejecemos, nuestras necesidades de descanso y los patrones de sueño también cambian. El Dr. Manjunath PH menciona que los adultos mayores suelen experimentar modificaciones en su arquitectura del sueño, lo que los vuelve más susceptibles a quedarse dormidos en el sofá. La acumulación de presión de sueño en estos casos puede hacer que el cuerpo busque el descanso en momentos inesperados, incluso si es una siesta en el sofá en lugar de un sueño profundo en la cama.

Estos cambios también explican por qué las siestas o pequeños momentos de descanso a lo largo del día se vuelven más comunes con la edad, y muchos adultos mayores encuentran en el sofá un lugar de descanso frecuente.

Consejos para evitar quedarse dormido en el sofá y mejorar el descanso en la cama

Para evitar que el sofá se convierta en tu lugar habitual de siestas, los expertos recomiendan seguir algunos hábitos sencillos que te ayudarán a descansar mejor en la cama:

  1. Establece una rutina antes de dormir: dedicar unos minutos a actividades relajantes como leer o escuchar música suave puede indicarle al cuerpo que es hora de descansar en la cama.

  2. Mantén la habitación oscura y fresca: una temperatura más baja y la ausencia de luz son factores que favorecen un sueño más prolongado y reparador.

  3. Evita las pantallas antes de dormir: la luz azul de los teléfonos móviles y otros dispositivos puede interferir con la producción de melatonina y dificultar el sueño.

  4. Modera las siestas diurnas: si necesitas descansar durante el día, procura que las siestas sean cortas y en un horario temprano, para no afectar el sueño nocturno.

  5. Busca una postura cómoda: en la cama, elige una posición que no cause tensión en cuello o espalda y asegúrate de contar con un colchón y una almohada adecuados.

Dormir en el sofá puede ser tentador y agradable, pero para un descanso completo y de calidad, la cama sigue siendo el lugar más adecuado. Adoptar buenos hábitos y crear un entorno propicio para dormir en la cama es clave para disfrutar de un sueño reparador y evitar que la siesta en el sofá se vuelva una costumbre que afecte el descanso nocturno.

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Redacción Vida Positiva