Ni bicarbonato ni limón: el engaño detrás de "Vinagre de manzana" en Netflix, la miniserie del momento

La historia real que inspiró la nueva serie de Netflix ha conmocionado al mundo del bienestar y las redes sociales.

Ni bicarbonato ni limón: la historia real que inspiró "Vinagre de manzana" en Netflix

El fraude que sacudió la industria del bienestar

La nueva serie de Netflix, "Vinagre de manzana", ha generado gran interés al estar basada en una historia real que dejó en shock a la comunidad del bienestar. Con seis episodios, la miniserie narra la increíble pero trágica historia de Belle Gibson, una influencer australiana que construyó un imperio basado en una mentira que miles de personas creyeron ciegamente.

Gibson aseguraba que había vencido un cáncer terminal únicamente con una dieta saludable y terapias alternativas. A través de su cuenta de Instagram, @healing_belle, compartía su supuesto proceso de recuperación, lo que rápidamente la convirtió en una figura influyente dentro del mundo del bienestar. Su éxito la llevó a lanzar la aplicación The Whole Pantry y a publicar un libro del mismo nombre, consolidando su imagen de "superviviente" y empresaria.

Pero la verdad era muy distinta: nunca tuvo cáncer.

La mentira que cautivó a miles

El ascenso de Belle Gibson parecía imparable. Con sus consejos sobre alimentación saludable, mindfulness y vida natural, convenció a una audiencia global de que su método era una alternativa real a los tratamientos médicos convencionales. Su popularidad creció tanto que Apple la incluyó en la demo del primer Apple Watch, y grandes marcas la apoyaron sin cuestionar su historia.

Creyeron en su historia, pero todo era mentira: el escándalo detrás de "Vinagre de manzana"

Sin embargo, en 2015, los periodistas australianos Beau Donelly y Nick Toscano comenzaron a investigar su pasado y descubrieron que todo era un fraude. No solo Gibson nunca tuvo cáncer, sino que también mintió sobre las donaciones que prometió hacer a organizaciones benéficas con las ganancias de su aplicación y su libro.

La serie, protagonizada por Kaitlyn Dever en el papel de Belle, explora cómo la influencer logró engañar a sus seguidores, a grandes empresas y hasta a la industria tecnológica. Pero lo más impactante es que nunca mostró remordimiento por sus acciones.

Un fraude que llegó hasta la justicia

A pesar de que la verdad salió a la luz y fue declarada culpable en 2017 por fraude y conducta engañosa, Belle Gibson siguió evadiendo responsabilidades. Fue condenada a pagar una multa de más de 400.000 dólares, pero hasta el día de hoy no ha cumplido con la sanción. En 2021, el gobierno de Victoria aún intentaba recuperar la suma impuesta, sin éxito.

Netflix, con "Vinagre de manzana", no solo revive su historia, sino que también invita a reflexionar sobre el poder de la desinformación en redes sociales. La facilidad con la que una mentira bien contada se convierte en una "verdad" aceptada por miles es alarmante y plantea preguntas sobre la responsabilidad de las plataformas y las figuras públicas en la propagación de información errónea.

La influencer que construyó su fama sobre una farsa

En 2014, Belle Gibson era una de las personalidades más influyentes del mundo del bienestar en Australia. Su relato de lucha contra un supuesto cáncer terminal y su "cura" a través de la alimentación la convirtieron en una inspiración para muchos. Su historia fue recogida por medios internacionales y validada por grandes empresas, sin que nadie cuestionara su veracidad.

La verdad era otra: Gibson nunca estuvo enferma.

Su fraude fue expuesto por periodistas del Sydney Morning Herald, desatando un escándalo que sacudió la industria del bienestar, la tecnología y la editorial. Empresas como Apple y Penguin Australia, que habían apoyado sus proyectos, cancelaron cualquier vínculo con ella de inmediato.

Un pasado lleno de mentiras

Belle Gibson, cuyo nombre real es Annabelle Smillie, nació en Tasmania en 1991 y desde joven mostró una tendencia a la manipulación y la invención de historias. En distintas entrevistas, afirmó haber crecido en un hogar disfuncional, con una madre enferma y un hermano con autismo, asegurando que se había ido de casa a los 12 años.

Sin embargo, los registros muestran que en 2009, a los 18 años, se mudó a Perth y comenzó a trabajar en una aseguradora de salud. Fue entonces cuando empezó a contar que tenía cáncer cerebral terminal y compartió su "historia de lucha" en foros en línea.

En 2012, con la llegada de Instagram, Gibson vio la oportunidad de amplificar su relato. Creó la cuenta @healing_belle y comenzó a publicar fotos de recetas saludables, frases inspiradoras y detalles de su supuesta recuperación milagrosa. Rápidamente, acumuló miles de seguidores y se convirtió en una gurú del bienestar.

En 2013, lanzó la aplicación The Whole Pantry, que ofrecía recetas veganas y consejos para un estilo de vida saludable. El éxito fue inmediato: fue la aplicación número uno en la App Store y Apple la seleccionó para incluirla en su Apple Watch.

Pero lo que consolidó su imagen fue su supuesto activismo benéfico. Gibson aseguraba que una parte de sus ganancias se destinaba a organizaciones de caridad, lo que generó aún más confianza entre sus seguidores. Todo era falso.

La verdad que nadie quería creer

En 2015, una investigación del Sydney Morning Herald reveló que ninguna de las organizaciones benéficas mencionadas por Gibson había recibido donaciones de su parte.

Cuando fue confrontada, intentó justificarlo con excusas vagas, pero las pruebas en su contra eran contundentes. Días después, surgieron dudas sobre su diagnóstico de cáncer. No existían registros médicos ni pruebas que confirmaran su historia. Excompañeros y médicos comenzaron a hablar, revelando que nunca había mostrado evidencia de su enfermedad.

Para enfrentar las acusaciones, Gibson concedió una entrevista en 60 Minutes Australia, por la que cobró 75.000 dólares. En lugar de limpiar su imagen, su actitud evasiva y respuestas absurdas solo empeoraron su situación.

La verdadera Belle Gibson durante la entrevista con el programa 60 Minutos de Australia

El juicio que no la hizo cambiar

En 2016, el organismo Consumer Affairs Victoria demandó a Gibson por engaño al consumidor. Aunque nunca se presentó a las audiencias judiciales, fue declarada culpable y condenada a pagar 410.000 dólares en multas.

Pese a la sentencia, Gibson continuó evadiendo el pago. En 2017, fue vista viviendo en un suburbio de Melbourne, donde era evitada por sus vecinos y antiguos amigos. Hasta el día de hoy, casi una década después del escándalo, sigue sin pagar su deuda.

La historia de Belle Gibson es una advertencia sobre el poder de las redes sociales para construir y destruir figuras públicas, así como sobre los peligros de la desinformación en temas de salud y bienestar.

Con el estreno de "Vinagre de manzana", su caso vuelve a estar en el centro de la conversación. Aunque algunos debaten si merece empatía o desprecio, lo que es innegable es que su nombre quedará marcado como uno de los mayores fraudes de la era digital.

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Redacción Vida Positiva