Mercedes Assorati, sinónimo de coraje
En Argentina 500.000 personas son víctimas de la trata, siendo la tasa más alta de América Latina.
La esclavitud no es sinónimo de una violación a los derechos humanos acontecida en tiempos remotos, en pleno siglo XXI es una de las prácticas criminales más rentables y con mayor alcance en los 5 continentes. En Europa la trata es el primer delito del crimen organizado por recaudación ilegal.
En Asia, la esclavitud afecta a 9,4 millones de personas y en Latinoamérica y el Caribe a 2,5 millones, especialmente a niños y mujeres. A nivel global la trata de personas implica un movimiento anual de USD32 millones. El negocio de la esclavitud no sólo implica al secuestro y coacción de personas para el ejercicio de la prostitución sino también implica el sometimiento de trabajo esclavo en talleres textiles y en la áreas vinculadas al cultivo y a la construcción.
Sin dudas el tráfico de personas, es la mayor violación a los derechos humanos del siglo XXI y si bien, existe una penalidad concreta en todos los países del mundo para detener la criminalidad de estos actos, la cantidad de víctimas sube minuto a minuto. El mayor riesgo de leer día a día las estadísticas, en las cuáles millones de personas pierden su vida, es naturalizarlas. Creer que nada puede hacerse frente a la atrocidad es adormecer y normalizar la ausencia de derechos.
En la Argentina, una mujer no sólo reaccionó frente a una realidad desoladora de su contexto sino que decidió cambiarla. Se llama Mercedes Assorati, no pertenece a ningún partido político, ni tiene intereses creados. Es una simple ciudadana que decidió salvar vidas y la dignidad de miles de niños, mujeres y hombres que son víctimas en la Argentina del tráfico y trata de personas.
Fundadora y presidenta del Programa Esclavitud Cero es quien combate y desafía con sus acciones permanentes a las mafias de uno de los negocios más rentables de nuestro tiempo, después del narcotráfico, la trata de personas.
En Asia, la esclavitud afecta a 9,4 millones de personas y en Latinoamérica y el Caribe a 2,5 millones, especialmente a niños y mujeres. A nivel global la trata de personas implica un movimiento anual de USD32 millones. El negocio de la esclavitud no sólo implica al secuestro y coacción de personas para el ejercicio de la prostitución sino también implica el sometimiento de trabajo esclavo en talleres textiles y en la áreas vinculadas al cultivo y a la construcción.
Sin dudas el tráfico de personas, es la mayor violación a los derechos humanos del siglo XXI y si bien, existe una penalidad concreta en todos los países del mundo para detener la criminalidad de estos actos, la cantidad de víctimas sube minuto a minuto. El mayor riesgo de leer día a día las estadísticas, en las cuáles millones de personas pierden su vida, es naturalizarlas. Creer que nada puede hacerse frente a la atrocidad es adormecer y normalizar la ausencia de derechos.
En la Argentina, una mujer no sólo reaccionó frente a una realidad desoladora de su contexto sino que decidió cambiarla. Se llama Mercedes Assorati, no pertenece a ningún partido político, ni tiene intereses creados. Es una simple ciudadana que decidió salvar vidas y la dignidad de miles de niños, mujeres y hombres que son víctimas en la Argentina del tráfico y trata de personas.
Fundadora y presidenta del Programa Esclavitud Cero es quien combate y desafía con sus acciones permanentes a las mafias de uno de los negocios más rentables de nuestro tiempo, después del narcotráfico, la trata de personas.
Eugenia Plano | www.vidapositiva.com