La neurobiología de las decisiones: ¿cómo influyen los marcadores somáticos en nuestras elecciones?
Las decisiones humanas son el resultado de una intrincada red de procesos emocionales, fisiológicos y racionales que aún están lejos de ser completamente comprendidos.
La hipótesis del marcador somático es una de las teorías más influyentes y debatidas en las neurociencias modernas, surgida a principios de los años 90 gracias al neurocientífico António Damásio. Su impacto ha sido tal que ha cambiado la manera en que entendemos la relación entre emociones y decisiones, especialmente desde la publicación de su influyente obra El error de Descartes en 1994. La teoría postula que nuestros procesos de toma de decisiones no son puramente racionales, sino que están profundamente influenciados por marcadores somáticos, es decir, señales biológicas que guían nuestras elecciones de manera inconsciente.
Entendiendo la hipótesis del marcador somático
La hipótesis del marcador somático (SMH, por sus siglas en inglés) sostiene que nuestras decisiones están influenciadas por señales biológicas, o "marcadores somáticos", que se originan a partir de experiencias pasadas y se asocian con emociones específicas. Estos marcadores actúan como señales que facilitan o inhiben ciertas elecciones, afectando nuestro juicio incluso sin que seamos conscientes de ello. Según Damásio, cuando enfrentamos una decisión, estos marcadores somáticos asociados con posibles resultados se activan, ayudando a reducir las opciones y guiar nuestro comportamiento hacia una elección particular.
Esta teoría se opone a la visión clásica de la toma de decisiones, que se basaba en la idea de que la razón y la lógica eran las principales fuerzas impulsoras de nuestras elecciones. Damásio desafió esta noción al argumentar que las emociones y el cuerpo juegan un papel esencial en la toma de decisiones. Según él, las emociones no son solo reacciones secundarias o interferencias en el pensamiento racional, sino que son fundamentales para tomar decisiones efectivas.
La amígdala y su influencia en decisiones inconscientes
Dentro del marco de la hipótesis del marcador somático, la amígdala juega un papel crucial en la evaluación emocional de las situaciones y en la creación de marcadores somáticos. La amígdala, una estructura pequeña ubicada en el cerebro, es esencial para procesar las emociones, especialmente el miedo. Esta región del cerebro tiene la capacidad de influir en nuestras decisiones sin que seamos conscientes de ello, ya que las respuestas emocionales que genera pueden actuar como marcadores somáticos que guían nuestro comportamiento.
Por ejemplo, si en una situación pasada una persona experimentó una consecuencia negativa después de tomar una decisión específica, la amígdala puede asociar esa experiencia con una emoción negativa. En el futuro, cuando la persona enfrente una decisión similar, el marcador somático asociado con esa emoción negativa puede activarse, guiándola a evitar la misma elección. Este proceso ocurre a menudo de manera inconsciente, lo que subraya la importancia de la amígdala en la toma de decisiones.
Sin embargo, la influencia de la amígdala no es absoluta. No todas nuestras decisiones están gobernadas por marcadores somáticos o respuestas emocionales automáticas. De hecho, existen otras regiones cerebrales que juegan un papel significativo en las decisiones más conscientes y racionales.
La corteza prefrontal ventromedial y las decisiones racionales
En contraste con la amígdala, la corteza prefrontal ventromedial (vmPFC) se ha asociado con decisiones más deliberadas y racionales. Esta región del cerebro está involucrada en la evaluación de riesgos y beneficios, y en la integración de información emocional y lógica para tomar decisiones más equilibradas. La vmPFC recibe señales de la amígdala y otras áreas emocionales, pero también incorpora datos más complejos y detallados sobre las posibles consecuencias de una acción.
La investigación ha demostrado que las personas con daño en la vmPFC a menudo tienen dificultades para tomar decisiones que consideren tanto las consecuencias a corto como a largo plazo. Aunque pueden reconocer las opciones y sopesar los pros y los contras, a menudo carecen de la capacidad para integrar adecuadamente esta información emocional y lógica, lo que lleva a elecciones que pueden parecer irracionales o impulsivas.
Por lo tanto, mientras que la amígdala puede ser responsable de las reacciones emocionales inmediatas y automáticas que influyen en nuestras decisiones, la corteza prefrontal ventromedial permite un procesamiento más profundo y consciente de la información. Esto no significa que las decisiones racionales estén completamente libres de influencias emocionales, sino que la vmPFC juega un papel en la moderación de estas influencias, permitiendo decisiones más consideradas y equilibradas.
Críticas a la hipótesis del marcador somático y estudios mixtos
A pesar de la popularidad y la influencia de la hipótesis del marcador somático, no ha estado exenta de críticas. Uno de los puntos más controvertidos ha sido la interpretación de los resultados obtenidos en el conocido "Iowa Gambling Task" (IGT), una tarea utilizada para estudiar la toma de decisiones y que ha sido central para la validación de la SMH.
En este juego, los participantes eligen cartas de diferentes mazos, algunos de los cuales tienen recompensas a corto plazo pero pérdidas a largo plazo, mientras que otros ofrecen recompensas más modestas pero consistentes. La hipótesis de Damásio sugiere que las personas con una función normal de la vmPFC desarrollan marcadores somáticos que los guían a elegir los mazos de bajo riesgo, mientras que aquellos con daños en esta región no lo hacen.
Sin embargo, los resultados de los estudios que utilizan el IGT han sido mixtos. Mientras que algunos estudios han respaldado la hipótesis del marcador somático, mostrando que las personas tienden a evitar los mazos de alto riesgo a medida que desarrollan marcadores somáticos negativos, otros han encontrado que no todos los participantes siguen este patrón. Además, algunas investigaciones sugieren que los factores contextuales y las diferencias individuales en la personalidad y la experiencia pueden influir significativamente en los resultados, lo que cuestiona la universalidad de la SMH.
Otro aspecto crítico es la dificultad de medir directamente los marcadores somáticos. Aunque se ha intentado hacerlo a través de la medición de respuestas fisiológicas como la conductancia de la piel o la frecuencia cardíaca, estos métodos no siempre proporcionan una imagen clara de cómo estos marcadores influyen en la toma de decisiones. Además, la idea de que las emociones siempre guían las decisiones de manera beneficiosa ha sido cuestionada, ya que en algunos casos, los marcadores somáticos pueden llevar a decisiones desadaptativas o irracionales.
Más allá de la dualidad cuerpo-mente
A pesar de las críticas, la mayor contribución de la hipótesis del marcador somático es su desafío a la dualidad tradicional entre el cuerpo y la mente. Al integrar las emociones y las respuestas fisiológicas en el proceso de toma de decisiones, Damásio ha ofrecido una visión más holística de la cognición humana. Esta perspectiva ha abierto nuevas vías de investigación en neurociencia, psicología y otros campos, que continúan explorando la compleja interacción entre el cuerpo y el cerebro en nuestras elecciones cotidianas.
Aunque la hipótesis del marcador somático ha sido fundamental para desmantelar la idea de que la toma de decisiones es un proceso puramente racional, aún no proporciona una explicación completa. Por lo tanto, la SMH debe ser vista como una pieza clave en un rompecabezas mucho más grande, que sigue siendo un tema de investigación activa y debate en la neurociencia moderna.