La hipertensión arterial, un enemigo silencioso que afecta 1 de cada 3 personas y puede no manifestar síntomas

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión con la finalidad de promover la concientización y los esfuerzos para prevenir, diagnosticar y controlar esta condición que constituye el principal factor de riesgo para padecer enfermedades cardiovasculares.

Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de mortalidad, con la hipertensión arterial como principal factor de riesgo para la misma. En el mundo, alrededor de 17 millones de personas mueren por eventos cardíacos. De ese total, 9,4 millones de muertes son consecuencia directa de la hipertensión. ¿De qué se trata?

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad que se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida. Se la suele adjetivar como un “enemigo silencioso”, ya que es una patología que puede no manifestar síntomas significativos y, si no se trata, puede devenir en enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, insuficiencia renal, daño ocular, entre otras complicaciones.

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De acuerdo a lo que se observa en la atención primaria, una de cada tres personas es hipertensa, con un porcentaje importante de las mismas que desconocen su enfermedad.

La Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC señala: “Aunque todavía no se conocen las causas específicas que provocan la HTA más frecuente, llamada ‘esencial’, ‘primaria’ o ‘idiopática, existen una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la sufren. Por lo que conviene separar aquellas causas relacionadas con la herencia genética, el sexo masculino y la edad, y por tanto poco modificables, de aquellos casos que las causas tienen que ver con los hábitos de las personas: como el sobrepeso, la ingesta de sal, el consumo excesivo de alcohol, el uso de ciertos fármacos y un estilo de vida sedentario”.

¿Cuáles podrían ser algunas de las causas de la Hipertensión Arterial?

Existen otras causas que pueden provocar hipertensión arterial como, por ejemplo, las enfermedades de los riñones y algunas patologías vasculares. También las enfermedades endocrinológicas representan alrededor del 1 y 2% de las causas. Aproximadamente el 5% de las mujeres que toman anticonceptivos orales pueden desarrollar hipertensión. Además, existen algunas enfermedades que se relacionan directamente con esta patología, como el hipertiroidismo e hipotiroidismo, la hipercalcemia, el hiperparatiroidismo, la acromegalia, la apnea obstructiva del sueño y la hipertensión inducida por el embarazo.

El Haj señala a qué síntomas una persona hipertensa debería darle importancia y acudir a un servicio médico de urgencias:

  • Dolor de cabeza muy intenso y repentino.
  • Dificultad para hablar y levantar un brazo o parálisis facial.
  • Mareos o vértigo.
  • Visión borrosa.
  • Dolor en el pecho o sensación de falta de aire.

“Muchas personas pueden vivir con la presión arterial elevada sin saberlo. La única manera de detectar la hipertensión es mediante su medición”, explica la especialista.

“Existen dos medidas: la presión arterial sistólica (PAS) o máxima y la presión arterial diastólica (PAD) o mínima. Se considera presión arterial alta o hipertensión cuando la medición máxima es igual o superior a 140 (14) y mínima cuando ésta es igual o inferior a 90 (9) milímetros de mercurio (mmHg)” expresa la Dra. Valeria El Haj. En condiciones normales, la presión arterial puede variar por diferentes estímulos, como el ejercicio, la ingesta de ciertos alimentos, estrés y emociones fuertes.

Si bien, esta enfermedad es crónica, sí puede controlarse adecuadamente minimizando sus daños. Para lograrlo se debe seguir un tratamiento regular de por vida que permitirá bajar la presión y mantenerla estable.

Por último, la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC explica que, además de la medicación, se suelen recomendar algunos cambios en el estilo de vida que tienen que ver con:

  • Realizar actividad física al menos tres veces por semana.
  • Abandonar el hábito tabáquico, es decir, dejar de fumar.
  • Mantener una alimentación saludable en base a frutas, verduras, lácteos descremados, legumbres y ácidos grasos poliinsaturados.
  • Evitar el consumo de alcohol.
  • Reducir el consumo de sal —4 a 6 gramos por día—.

La reducción de la presión sistólica y diastólica de 10 y 5 mmHg respectivamente, disminuye la incidencia de: ACV en un 36%, insuficiencia cardiaca en un 38%, eventos coronarios en un 20%, mortalidad cardiovascular en un 16% y la mortalidad por cualquier causa en un 10%.

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