La ciudad es un carnaval
A partir de este fin de semana en Buenos Aires el ruido de los tambores, la danza y los colores estridentes serán su paisaje.El sábado 2 de febrero comenzó la temporada de carnaval y la mayoría de los barrios porteños encontraron música y alegría en cada una de sus avenidas. Durante todos los fines de semana de febrero 34 corsos formarán parte del Programa Carnaval Porteño, a cargo de la Dirección General de Promoción Cultural del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En total desfilarán 118 conjuntos y 15.000 artistas populares que cantarán, bailarán y desfilarán al compás del ritmo por excelencia del carnaval: la murga.
El Gobierno porteño estima que participarán alrededor de un millón y medio de vecinos entre las actividades programadas por la tarde y por la noche, en dónde cada una de las murgas presentan su espectáculo. El carnaval en la Argentina posee una larga tradición. Sus emblemáticos feriados habían sido suprimidos por la dictadura militar de 1976 y desde entonces, fueron los distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires quienes decidieron recuperar su tradición cultural.
La historia de esta celebración en la Capital Federal se remonta al año 1869 cuando se realizó el primer corso, con comparsas decoradas con tonalidades negras y blancas. Cada una de las carrozas se caracterizaban por sus disfraces estridentes, cantos y bailarines que disparaban piernas y brazos al aire. La murga comenzaba su biografía en Buenos Aires y su valor trasciende el significado mismo del carnaval. Este estilo musical se caracteriza fundamentalmente por estructurar su melodía y su contenido en torno a la crítica social. Sus letras se escriben y se cantan a modo de reivindicación de los problemas sociales que atraviesan a una comunidad, un país o una región.
La ironía y el humor son los modos que la murga toma como elementos para reflejar aquellas situaciones cotidianas o históricas que definen a los ciudadanos de un país. Cada carnaval es entonces, una oportunidad de libertad de expresión para quienes tienen algo para decir. Lejos de la solemnidad y con la alegría como parámetro, los murgeros cuentan la historia. El retorno del carnaval a la ciudad de Buenos Aires fue entonces, una conquista de las murgas de los distintos barrios que desde 1976 habían perdido su contacto con el público masivo y habían restringido sus espectáculos a los límites de su vecindario.
Las murgas toman fuerza en la Argentina a partir de la década del ´90. Los hijos de la generación que conoció el esplendor del carnaval de Buenos Aires en las décadas del ´50 y ‘60, decidieron retomar el legado de sus padres y resignificar el concepto de este estilo musical en el país. Bajo un nuevo contexto histórico, las murgas renovaron sus críticas sociales y encontraron en la música un vehículo para expresarse. Sólo en la Capital Federal hoy existen más de 200 conjuntos dedicados a interpretar este estilo artístico que reúnes la melodía, la danza y el diseño de vestuario. En 1997 las murgas porteñas fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires y en el 2010, a partir de la firma de un decreto presidencial, el carnaval recuperó sus feriados. A partir de aquel año, los conjuntos artísticos se apropiaron de una fecha que era su emblema y su canal de expresión.
Hoy las murgas volvieron a encontrar su espacio y su sentido en la cultura nacional. El público acompaña escuchando, bailando y disfrutando de un estilo musical que trasciende la celebración del carnaval, incentivando el pensamiento crítico siempre con humor y alegría.