Irisina, la "hormona quemagrasas", también protege los huesos
La produce el cuerpo durante la actividad física. Además de quemar grasas y combatir la obesidad, previene la osteoporosis aumentando la masa ósea y mejorando su estructura, resistencia y fuerza.Buenas novedades sobre los beneficios de la actividad física, y en particular sobre la hormona producida por los músculos mientras se la practica, la irisina. Además de quemar grasas, esta hormona fortalece los huesos, promoviendo la formación de tejido óseo, según revelaron investigadores sobre obesidad de las Universidades de Ancona y Bari (Italia).
Los científicos notaron que esta molécula, incluso en dosis bajas, tiene efectos altamente beneficiosos sobre la salud de los huesos, entre ellos el aumento de la masa ósea y una mejora de su estructura, resistencia y fuerza. El estudio fue publicado por la revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
El descubrimiento en ratones de esta hormona quemagrasas que ayuda a adelgazar, la irisina, fue anunciado en la revista Nature en 2012. Desde entonces, numerosos laboratorios comenzaron a ocuparse de ella, mientras se desató la polémica entre los miembros de la comunidad científica, algunos de los cuales descreían de este descubrimiento.
La hormona conocida como Fndc5 o irisina volvió a las primeras planas cuando científicos de Harvard -entre ellos Bruce Spiegelman, descubridor de la irisina- anunciaron haber confirmado definitivamente en el hombre la presencia de esta hormona.
Ese estudio mostró que los niveles de irisina en sangre aumentaron con la actividad física, y que esta hormona jugaría un rol fundamental convirtiendo la grasa blanca (lugar de acumulación de los recursos energéticos del organismo) en grasa oscura (metabólicamente más activa).
Influencia sobre la obesidad y la osteoporosis
Con estas nuevas revelaciones, la irisina se sumaría a las endorfinas en el podio de las hormonas que produce la actividad física con grandes beneficios para la salud y el bienestar físico-psíquico.
Las investigaciones sobre la relación entre la irisina y las grasas apuntan a brindar una solución a la obesidad y a los trastornos metabólicos que mejoran con la actividad física para quienes (como las personas con problemas físicos o los ancianos) no pueden hacer todo el movimiento deseable.
Por otra parte, el nuevo descubrimiento sobre la importancia de la irisina en la producción de nuevo tejido óseo puede abrir el camino para la producción de un fármaco que estimule la actividad física para el tratamiento de la osteoporosis.
Vía: Buena Vida