Gustavo Farruggia, el doctor de los humildes

La figura del Dr. Maradona fue el modelo de inspiración para un niño llamado Gustavo Farruggia, quien veía en aquel doctor sin uniformes, formalidades, ni consultorios a un ser capaz de dar vida, combatiendo la enfermedad y la muerte entre los más humildes.
Hubo un hombre que con su inconmensurable altruismo ejerció una labor humanitaria que salvó la vida de miles de niños argentinos. Don Esteban Laureano Maradona dedicó cincuenta años de su vida a ejercer la medicina en parajes rurales de la provincia de Formosa signados por la pobreza y la ausencia absoluta de recursos y profesionales de la salud para prevenir y curar enfermedades.
 
La figura del Dr. Maradona fue el modelo de inspiración para un niño llamado Gustavo Farruggia, quien veía en aquel doctor sin uniformes, formalidades, ni consultorios a un ser capaz de dar vida, combatiendo la enfermedad y la muerte entre los más humildes.
 
Admirando a Don Esteban Laureano Maradona, Gustavo creció y decidió convertirse en médico. Mientras estudiaba la carrera, se propuso conocerlo y revalidar su sueño.
 
El Dr. Maradona se encontraba en Rosario visitando a su familia y así fue como Gustavo decidió conocerlo. Finalmente, consiguió la dirección de su casa, allí con 99 años de edad, pudo conocer al hombre que hasta el último día de su vida dejaba huella.
 
Gustavo recuerda que habló con él por más de 3 horas y aquel encuentro signó para siempre su destino. El Dr. Maradona le expresó su preocupación por la ausencia de la vocación en medicina por trabajar junto y para los pobres. Para aquel joven, estas palabras fueron su motivo y misión en la vida y en la profesión.
 
Poco tiempo después, Don Esteban Laureano Maradona falleció, y Gustavo se convertía en médico pediatra y comenzaba a cumplir su sueño. El Dr. Farruggia es quien hoy trabaja codo a codo con las familias más humildes del país para acercar una salud de calidad .
 
El Dr. Gustavo, tal como lo llaman sus pequeños pacientes, trabaja con aquellas poblaciones que se encuentran totalmente excluidas de los sistemas formales de salud. Para lograr objetivos concretos, instaló un cambio en el paradigma en la formación y atención tradicionales, generando una nueva dinámica entre las comunidades, las universidades y los sistemas de salud.
 
Su forma de llevarlo a cabo fue a través de la Fundación La Higuera desde donde ofrece un modelo de atención pediátrica en territorio a partir de la conformación de equipos en los que un pediatra viaja acompañado por médicos residentes y estudiantes de medicina cubriendo las más de 20.000 hectáreas del Impenetrable, en la provincia del Chaco, su zona de acción.
 
El Dr. Farrugia se encuentra signado por sus logros:
  • Realizó 3000 historias clínicas pediátricas de chicos de la zona, realizadas para una población de 20.000 personas, abarcando un territorio de 200.000 hectáreas
  • Está en plena construcción de la Casa de la Pediatría Rural en dónde funcionará un centro de capacitación para futuros médicos rurales y como un espacio destinado a sustentar proyectos en Salud con una visión integral dirigidas a niños de comunidades rurales y campesinas de todo el norte del país.
  • Su labor en la atención de las enfermedades asociadas a la pobreza está reduciendo considerablemente la mortalidad infantil, la desnutrición y el mal de Chagas en las áreas geográficas atendidas.
Hubo una vez un niño que creció admirando a un hérohe llamado Don Esteban Laureano Maradona. Hoy su sueño trascendió en un legado de solidaridad, empatía con las necesidades de los más humildes y en un trabajo que le hace frente a la enfermedad con talento, dedicación y amor por los niños que reconocen en el Dr. Gustavo al ser que día a día los sana y los contiene.

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Por Eugenia Plano