Facundo Cabral, un artista y un hombre inolvidable que se dedicó a cambiar la vida de las personas

"Hablo de la infancia pobre que tuve, de mis hermanos que murieron de frío en la niñez, de mi hija que murió a la semana de haber nacido. Y, ¿cuál es la causa para salir adelante? Dar servicio, ayudar al prójimo. Desterrar el egoísmo de nosotros. Ser verdaderos discípulos de quienes necesitan ayuda.", se definía Facundo en una entrevista exclusiva con VidaPositiva.Radio el 11 de mayo de 2010.

Este medio tuvo el honor de dialogar con un artista que le ponía el cuerpo al dolor, y lo resignificaba en generosidad. Un poeta que no le pedía inspiración a las musas, su fuente para crear eran sus propios dolores, angustias, fracasos y por sobre todas las cosas, su capacidad para salir adelante y dar testimonio vivo de una solidaridad genuina, en el arte y en la vida, en la palabra y en los hechos.

"De mi mamá recuerdo ante todo la aristocracia de su espíritu, que aún comiendo de la basura, se arrodillaba y daba las gracias por el alimento"

Facundo Cabral tenía esa auténtica nobleza de los grandes y un corazón que no le cabía en el pecho. Su entrañable alma fue reconocida por una de las figuras más importantes de la historia de la humanidad. El dolor más grande de su vida fue la muerte de su esposa y su hija en un accidente aéreo. Quien le tendió su mano para seguir creyendo, para tener la fuerza posible para seguir adelante fue la Madre Teresa de Calcuta.

Ellos se había conocido tiempo atrás en México. Pero este primer encuentro no fue definitivo para sellar una amistad. Enterada de la tragedia que había sufrido Facundo, la Madre Teresa de Calcuta no vaciló a la hora de tenderle su cariñosa mano. "Ahora de verdad me necesitas", dijo y así el poeta acudió a su lado. Resignificó el dolor más profundo de su vida ayudando a personas que padecían lepra en Calcuta. Una vez más, este artista del pueblo emprendía la labor de cambiarle la vida a las personas.

Quizá una de las virtudes que más impresionaban cuando se conocía a Facundo no era su talento artístico, su impresionante retórica o su capacidad para recitar y escribir palabras que conmovían, era su valentía. El tipo de valor que tenía no era ser fuerte o saber sobrellevar con dignidad los fracasos. El era un obrero de los sentimientos, un luchador de la honradez, no dictaba cátedra sobre cómo salir adelante. El era ese tipo de personas que reconocía su dolor, convivía con él, no se olvidaba, pero no le tenía temor a la vida.

No se miraba el ombligo, cuando algo malo le sucedía en lugar de decir "¿Por qué a mi?" decía "¿Por qué a mi no?", y ponía manos a la obra a la esperanza para si mismo y la solidaridad para su prójimo.

"La vida no es lo que debería ser, lo que uno se imagino. La vida es lo que es, y nuestro peor enemigo es el miedo. Hay que ser valiente. Lo mejor de uno son los otros. Esa gente que le puso alas a mi vida, imagen, que me transformó en esto que soy; un hombre rico, inmensamente rico, en la condición que sea y donde fuere", así Facunda Cabral nos deja un legado y una obra inconmensurable, una tarea que no se puede olvidar con su partida.

En un día triste, pensemos en su historia. Resginifiquemos, aprendamos de un hombre que todo lo convertía en arte, solidaridad, honor, valentía o amor. Facundo Cabral no sólo era un artista, era un ser humano que le cambió la vida a las personas, sin pedir nada a cambio. En un mundo en el que pasan actos de una incomprensión extrema, Facundo era distinto.

Un humilde homenaje de Vida Positiva para el entrañable trabajador de la palabra justa y de los actos permanentes por dar amor en dónde se lo necesitaba.

Presione PLAY en el audio adjunto para escuchar la entrevista completa a Facundo Cabral

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