España, la "nueva normalidad" y el trabajo

A dos semanas de abrirse esta nueva etapa y finalizar el estado de alarma, cuáles serían los cambios que se esperan en la península ibérica, mientras el mundo espera la tan ansiada vacuna.

Por Omar Romano
:: Europa ::

El 21 de junio de 2020 finalizó el estado de alarma en España y llegó la "nueva normalidad", mientras las autoridades permanecen atentas y vigilantes ante la crisis sanitaria, tomando medidas de prevención, contención y coordinación. Todo esto hasta volver a la verdadera normalidad, que será el momento en que toda la población disponga de una vacuna eficaz contra el Covid 19.

En esta nueva etapa las comunidades autónomas toman el control y cada región establece medidas propias.

Las medidas fueron publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado 10 de junio.

  1. Uso obligatorio de mascarillas para las personas de seis años en adelante en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no resulte posible garantizar el mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal de, al menos, 1,5 metros.
  2. Quedan exentas las personas que presenten algún tipo de enfermedad o dificultad respiratoria que pueda verse agravada por el uso de la mascarilla o que, por su situación de discapacidad o dependencia, no dispongan de autonomía para quitarse la mascarilla. Así como, en el caso de ejercicio de deporte individual al aire libre.
  3. Son obligatorios en los medios de transporte aéreo, marítimo, en autobús o por ferrocarril, así como en los transportes públicos y privados complementarios de viajeros en vehículos de hasta nueve plazas, incluido el conductor, si los ocupantes de los vehículos de turismo no conviven en el mismo domicilio.
  4. Las empresas están adoptando medidas de ventilación, limpieza y desinfección adecuadas a las características e intensidad de uso de los centros de trabajo, con arreglo a los protocolos que se establecen en cada caso.
  5. Están a disposición de los trabajadores agua y jabón, geles hidroalcohólicos o desinfectantes con actividad viricida, autorizados y registrados por el Ministerio de Sanidad para la limpieza de manos.
  6. Se adaptan las condiciones de trabajo, incluida la ordenación de los puestos de trabajo y la organización de los turnos, así como el uso de los lugares comunes de forma que se garantice el mantenimiento de una distancia de seguridad interpersonal mínima de 1,5 metros entre los trabajadores. Cuando ello no sea posible, se debe proporcionar a los trabajadores equipos de protección adecuados al nivel de riesgo.
  7. Se evita la coincidencia masiva de personas, tanto trabajadores como clientes o usuarios, en los centros de trabajo durante las franjas horarias de previsible mayor afluencia.
  8. Se adoptan medidas para la reincorporación progresiva de forma presencial a los puestos de trabajo y la potenciación del uso del teletrabajo cuando por la naturaleza de la actividad laboral sea posible.

¿El teletrabajo vino para quedarse?

Lo cierto es que no todos vuelven de golpe a la oficina, y los que lo hacen encuentran muchos escritorios y puestos vacíos. Un gran porcentaje de los ausentes estarán trabajando desde casa.

Antes el trabajo en remoto afectaba sólo a los pocos que estaban fuera. Pero ahora también impacta en aquellos que están presencialmente en la sede de la compañía y que deben aprender a trabajar con gente como compañeros y jefes, que están en sus casas también . Se trata de aprender presencialmente una nueva forma de trabajar, de interactuar y comunicarse.

"Tenemos que ser capaces de trabajar con gente que no está cerca físicamente, incluso en otros países. Y esto es importante, porque amplía nuestro ámbito de relación profesional y hace que los equipos sean cada vez más diversos".

Esta revolución del teletrabajo que no deja indiferente a casi nadie lleva a los expertos a reflexionar sobre el hecho de que "como en toda revolución, ahora nos estamos preguntando cómo podíamos hacer antes las cosas de otra manera, cuando se pueden hacer como en el presente”.

El futuro del trabajo tras el Covid-19, un reciente informe elaborado por Robert Walters, determina que, de los tres principales cambios que demandan los profesionales de su organización tras el coronavirus, el menos importante es una mayor inversión en tecnología para poder implementar la modalidad de teletrabajo de manera eficaz (lo pide el 32%), mientras que una mayor flexibilidad para trabajar desde casa (71%), y una mayor atención en el bienestar de los empleados (37%) son las principales peticiones.

Conviene preguntarse si este escenario es sólo temporal, si es para siempre, o si se trata del anuncio de otros cambios mayores que podrían llegar. Algunos incluso se preguntan si es momento de analizar si realmente estamos a las puertas de un nuevo paradigma del trabajo, y si estamos abocados a un mundo laboral en el que los compañeros serán sólo visitantes ocasionales a la oficina.

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