Errores que no hay que cometer al comprar una cámara fotográfica

A veces, en fotografía, nos enfrentamos a la posibilidad de no tomar una decisión óptima de compra.

Sea por motivos profesionales o personales, las cámaras de fotos siguen siendo una compra habitual en el área de la tecnología, y más en estas fechas pre-Navidad. Los viajes, los eventos familiares o las ganas de adentrarse en el mundo de la fotografía, suelen ser la excusa perfecta para comprar una cámara, aunque no siempre se hace con un conocimiento de causa exhaustivo, lo cual deja margen para cometer errores en el momento de elegir el modelo concreto que se vaya a comprar.

En fotografía, especialmente cuando no se tiene un conocimiento profundo sobre la materia, nos enfrentamos a la posibilidad de no tomar una decisión de compra óptima. Los consejos que siguen pueden ayudarte a elegir la cámara que necesitas con un mejor conocimiento de causa. Son recomendaciones y apuntes obvios en algunos casos, pero tienen como objetivo poner el foco de atención en aspectos que de otro modo puede que no se contemplen.

Error 1: comprar la cámara más cara

Si bien las cámaras con un punto de precio elevado suelen ofrecer características y cualidades acordes a su valor, no necesariamente por comprar una cámara más cara estarás comprando la que mejor se adapta a tus necesidades ni la que ofrezca la mejor calidad en las imágenes.

Los modelos profesionales, por ejemplo, tienen precios más elevados que las cámaras de consumo, pero el motivo puede estar en características como la resistencia a golpes, agua o polvo, así como a la posibilidad de realizar ajustes avanzados mediante diales manuales, que, de cara a un uso cotidiano para usuarios de a pie, no siempre son vitales o ni siquiera deseables.

Consejo: Es conveniente evaluar si se hará uso de esas características “extra” o nos quedaremos en un uso en modos automáticos o semi automáticos. Un ejemplo está en la cámara Canon EOS 6D, una cámara Full Frame (sensor de tamaño completo) para entusiastas con un precio sensiblemente inferior al de modelos como la 5D Mark II o III, pero con una calidad de imagen y vídeo igual o mejor que en eso modelos.

Error 2: dejarse llevar por las apariencias

En los estantes de las tiendas hay cámaras con una apariencia espectacular que casi parece que harán las fotos solas. Un buen ejemplo son las de tipo “bridge”, que destacan por su imponente presencia. Son cámaras a medio camino entre las compactas y las SLR (réflex), con óptica no intercambiable y un zoom considerable, pero con precios por debajo (en general) de los de las cámaras con sistema de ópticas intercambiables.

Pero no siempre sucede que estas apariencias estén refrendadas por una calidad de imagen superior. Estas cámaras, a pesar de su imponente presencia, suelen tener sensores de imagen pequeños, controles manuales limitados y algunos parámetros fotográficos tales como la luminosidad de la óptica no suele ser excepcionales.

Consejo: El valor estético o de diseño en una cámara (y en la tecnología en general) solo es relevante si la tecnología que integra va a solucionar nuestras necesidades cotidianas. Las cámaras “bridge”, por ejemplo, no son malas cámaras, pero sus ventajas en cuanto a zoom son un inconveniente para otros usos fotográficos.

Error 3: basar la compra en el número de píxeles

Asociar la calidad de imagen en una cámara con el número de píxeles del sensorpuede ser un error importante dependiendo de qué cámara estemos hablando. Hay variables, como el tamaño del sensor de imagen, que es interesante tener en cuenta.

El tamaño del sensor de imagen, por regla general, cuanto más grande sea, mejor. En sensores con tamaños APS-C o Full Frame de cámaras semi profesionales o profesionales, los fabricantes ya se ocupan (por la cuenta que les tiene) de no usar más píxeles de los necesarios para obtener una calidad de imagen óptima. Pero para sensores más pequeños en cámaras de gamas menos exigentes, en ocasiones se usan sensores con un número de megapíxeles rozando el exceso.

Consejo: Si vas a hacer fotos en condiciones de luz complicadas o eres de los que intentan no usar el flash, ten cuidado si eliges una cámara compacta, bridge o un smartphone con un número especialmente elevado de megapíxeles. Generalmente, este tipo de cámaras tienen sensores pequeños y, cuantos más píxeles tengan, peor captarán la luz. La forma de compensar esta carencia será con un procesado agresivo de las imágenes para eliminar imperfecciones tales como el ruido de imagen.

Tamaños de sensor en las cámaras digitales. Cuanto menor sea, peor será la calidad de las imágenes, especialmente al aumentar el número de píxeles. (Foto de Marcus GR en Wikimedia)

Error 4: pensar que un mega zoom es sinónimo de una súper cámara

Las cámaras “biridge”, con ópticas fijas y un tamaño mayor que una compacta y menor que una réflex, llegan a tener un zoom de más de 1.200 mm. Aparentemente es una cifra excepcional, pero a cambio, parámetros como la luminosidad del objetivo se ven perjudicados en mayor o menor medida.

Por ejemplo, no es extraño ver que, con zoom largos, la apertura de diafragma máxima que se puede usar esté por encima de F6, un valor que bloquea una cantidad importante de luz en su camino hacia el sensor, forzando el uso de sensibilidades ISO altas, degradando de este modo la calidad de las fotos. No olvidemos que el tamaño del sensor en estas cámaras suele ser pequeño.

Consejo: El zoom, en el día a día, no se usa tanto como pueda pensarse en un principio. Está bien para cierto tipo de fotografía y escenarios de uso concretos, tales como la observación de la naturaleza o cuando sea conveniente fotografiar motivos sin tener que estar muy cerca de la acción, pero para un uso cotidiano es casi mejor que el angular sea amplio (para fotos de paisajes, por ejemplo), que el zoom sea largo.

Error 5: pensar que los móviles no hacen buenas fotos

A veces, puede suceder que tengamos un móvil de gama media/alta o alta, con un sensor de, digamos, 13 Mpx, óptica luminosa y una interfaz rápida para el manejo de la app de fotografía, pero no usamos su cámara simplemente porque pensamos que las cámaras de los móviles no son buenas.

Si bien, en algunos casos eso es cierto, los fabricantes empiezan a integrar cámaras de gran calidad incluso en terminales no excesivamente caros, capaces de hacer fotos que compiten en calidad con las de las cámaras convencionales compactas.

Consejo: Salvo que se vayan a hacer fotos de gran complejidad técnica, y si nuestro smartphone es de gama media/alta o alta, merece la pena darle una oportunidad en su faceta de cámara fotográfica y videográfica para el día a día. La calidad de los terminales móviles empieza a ser comparable e incluso mejor que la de las cámaras dedicadas de gamas básicas, y presentan ventajas como su conectividad integrada.

Error 6: pensar que las ópticas de focales fijas son una limitación

Un error bastante común relacionando con las cámaras de fotos es pensar que el hecho de tener una óptica con una focal fija (sin zoom) no permite hacer fotos creativas. Sin embargo, una focal fija puede dar mucho más juego creativo en situaciones en las que es importante la rapidez o la ligereza.

Si no tienes que mover el zoom se simplifica mucho el proceso de hacer la foto. Por no hablar de lo fácil que resulta manejar una cámara con un objetivo de focal fija como un 24 mm o un 50 mm.

Otro efecto colateral es el de hacer que la cámara pase más desapercibida que con un objetivo más voluminoso, lo cual intimida menos a la gente y llama menos la atención si hacemos fotos callejeras. No tener zoom limita para un uso “todo terreno”, pero es una ventaja en otros tipos de fotografías.

Consejo: Si la fotografía creativa casual, “candid” o callejera te atrae, una cámara de focal fija puede encajar muy bien. Eso sí, piensa si te puede interesar que la cámara que compres sea de ópticas intercambiables para experimentar tanto con estilos creativos que se beneficien de una focal fija como con otros que necesiten de un zoom.

Error 7: comprar el tipo de cámara equivocado

Las cámaras se pueden categorizar de diferentes formas atendiendo a criterios también muy diversos. Pero una clasificación que suele adoptarse de forma generalizada es la que distingue entre cámaras compactas, “bridge”, CSC (compactas de sistema o EVIL) y SLR digitales.

Las compactas suelen tener un sensor pequeño, ópticas zoom no intercambiables, batería para un número modesto de disparos y un tamaño manejable. Las “bridge” se pueden ver como cámaras compactas (y en ocasiones se dejan dentro de esta categoría sin diferenciarlas de forma especial) en las que el zoom puede llegar a alcanzar más de 50x, aumentando de tamaño para alojar la óptica.

Las CSC (compact System Camera o cámaras compactas de sistema) son cámaras que tratan de ofrecer las ventajas de una cámara réflex digital en un tamaño de cámara compacta, con sensores de gran tamaño (micro cuatro tercios, APS-C o de cuadro completo) eliminando el espejo móvil de las SLR (Single Lens Réflex) y adoptando un modo de funcionamiento similar al de las cámaras compactas a través de la pantalla o un visor electrónico.

Además, las CSC tienen ópticas intercambiables y las puedes encontrar también bajo el nombre de EVIL (Electronic Viewfinder Interchangeable Lenses, o visor electrónico lentes intercambiables).

Las SLR o réflex, por su parte, adoptan un diseño clásico con espejo, visor óptico, sensor de gran tamaño, ópticas intercambiables y controles a través de botones y diales. Empiezan a verse modelos que también usan la pantalla como interfaz, pero de un modo menos “estándar” que en las CSC o EVIL. A cambio, su funcionamiento sigue siendo más rápido y ágil, por lo que para usos profesionales, salvo excepciones, siguen siendo las preferidas.

El primer punto de inflexión que pueden dar lugar a una compra equivocada está en la frontera entre las CSC y las réflex. Los usuarios que buscan una cámara con unas buenas posibilidades creativas siguen yendo a por cámaras réflex económicas dejando de lado las CSC. Pero a día de hoy la balanza empieza a decantarse a favor de las CSC o EVIL, al menos para un uso no profesional.

Son cámaras que, en general, hacen fotos de un modo algo más “lento” que en una réflex, pero a cambio son más manejables, ligeras y con una interfaz que requiere menos conocimientos de fotografía, pero al mismo tiempo dejando al fotógrafo un control preciso de los parámetros fotográficos.

Consejo: Las réflex parecen tener más entidad fotográfica, pero salvo que se sea un profesional empieza a ser interesante tener en cuenta a las CSC o EVIL como alternativa a las SLR. Hay menos posibilidades para elegir ópticas que en sistemas como Canon o Nikon, pero los objetivos más habituales estarán: angulares, teles, macros y focales fijas para los usos más comunes.

A nivel de precio la inversión puede que sea más elevada en una elección a favor de las CSC en vez de optar por una réflex económica, pero merece la pena sopesar las ventajas ergonómicas.

El segundo punto de inflexión dentro de los posibles errores en la elección del tipo de cámara está en la frontera entre las CSC y réflex y las “bridge”. Ya lo tratamos antes, al hablar de no dejarse llevar por las apariencias, pero merece la pena recordar que a nivel de tecnología y controles, las “bridge” no tienen tantas habilidades fotográficas como las CSC y réflex.

Su principal ventaja es la del tener zoom de hasta 1.200 mm en algunos modelos. Y no es poco, todo sea dicho, pero en el día a día este tipo de zoom no se usa tanto. No es ágil a la hora de encuadrar y enfocar, y su luminosidad empeora al aumentar la distancia focal.

Consejo: Las cámaras “bridge” o compactas con un zoom largo de más de 1.000 mm, tienen una presencia imponente, pero recuerda que su principal valor está en el zoom y no en sus habilidades fotográficas, inferiores a las de cámaras CSC (EVIL) y a las de las SLR digitales.

El tercer punto de inflexión lo encontramos en las cámaras compactas; en concreto, en las compactas avanzadas. Ofrecen mejor calidad que los smartphones de gama alta y media/alta y empiezan a integrar sensores de tamaños respetables de 1’’ o incluso APS-C o de cuadro completo (aunque en modelos muy especiales y caros). Pero están limitadas a ópticas con zoom cortos y una rapidez de funcionamiento menos ágil que en otras categorías como las CSC o las réflex. Además, exhiben precios generalmente altos.

El error, en este caso, está en pensar que con este tipo de cámaras se pueden hacer fotos con un control creativo tan preciso y avanzado como con las CSC (EVIL) o las réflex. Integran controles manuales y ópticas de gran calidad, pero, por ejemplo, no permiten jugar con la profundidad de campo y tampoco cambiar el objetivo al no ser intercambiable.

Consejo: Las cámaras compactas avanzadas tienen sentido si se valora especialmente su faceta como cámara que ocupe poco espacio y sea manejablemanteniendo una calidad por encima de la media. Pero, en cuanto a habilidades fotográficas y posibilidades creativas, las de tipo CSC(EVIL) o las réflex están por encima.

Vía: Tecnología El corte inglés

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Autor: Manuel Arenas | http://www.tecnologiadetuatu.elcorteingles.es/