Emociones que te brinda la gratitud
Seleccionamos, de las muchas notas recibidas, la de Raquel, para que ésta represente el ánimo y afecto de nuestros lectores.A menudo nos enfocamos en la gratitud durante un día de fiesta o en alguna ocasión especial, y hacer eso puede llenar ese tiempo con un sentido especial de propósito al estimular los sentimientos de alegría y buena voluntad.
Empero si la gratitud es tan buena en esos momentos, ¿por qué no puede ser también cada tercer día una oportunidad para detenernos y ser más conscientes de todo por lo que podemos estar agradecidos?
Esto te genera la gratitud…
Hacer eso es una buena idea, dice el Dr. Robert Emmons, profesor de la Universidad de California, en Davis. Él, que investiga los beneficios de la gratitud, ha encontrado que las personas agradecidas experimentan mayores niveles de emociones positivas como:
- Alegría
- Entusiasmo
- Amor
- Felicidad
- Optimismo
Es decir, todas estas emociones significan menos depresión y estrés.
Él ha llegado a la conclusión de que una práctica disciplinada de gratitud protege a una persona de los impulsos destructivos de la envidia, el resentimiento, la codicia y la amargura.
También recomienda mantener un diario de gratitud y compartir consejos sobre cómo obtener el máximo provecho de ella: no solo hacerlo automáticamente, ir a lo profundo, no solo de manera general, tomarlo personal, tratar de restar (no solo sumar), saborear las sorpresas, y no exagerar.
Estos consejos también podrían aplicarse a la clase de gratitud que es más profunda, y promueve la acción espiritual. Echa un vistazo al primer consejo: no solo hacerlo automáticamente.
Es fácil encontrarnos dando solamente un gracias superficial y correr mentalmente al siguiente pensamiento. Pero cuando nos detenemos conscientemente y nos concentramos devotamente por lo que estamos agradecidos, nos parece que podemos ver cómo expresar activamente esa gratitud de manera práctica y a través de intercambiar pensamientos con los demás.
Otro consejo, el enfoque de profundidad frente lo general, me recuerda que todas las cosas hechas por mí, y todo lo que soy capaz de hacer por los demás, son evidencias del infinito amor expresándose a sí mismo.
Me gustan especialmente los consejos acerca de intentar restar y saborear las sorpresas. Para mí, cambiar el pensamiento a la modalidad de “sustracción” significa entender lo que no es cierto acerca de mí como un hijo de Dios, y dejar ir esas falsedades.
Mi práctica espiritual comienza con la idea presentada en el primer capítulo de la Biblia: que el Espíritu divino “vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno”. Por tanto, no tengo que aceptar la negatividad, como los pensamientos de autocrítica y malos hábitos, como parte de mi identidad y puedo probar mi libertad de estos pensamientos y acciones.
Haciendo esto, incluso en pequeños grados, realmente me permite mirar el mundo de una manera más espiritual, y cada vez que lo hago la gratitud se desborda. Luego, el saborear sorpresas se convierte en algo natural. Dios tiene un plan de bien para cada uno de nosotros, así que es lógico estar abiertos a nuevas ideas y esas sorpresas, y no tener la tentación de adherirse a nuestros propios planes rígidos.
Ya se trate de deshacerse de los impulsos destructivos o de alentar los sentimientos de alegría y bondad, la gratitud nos deja renovados y rejuvenecidos. En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, la autora Mary Baker Eddy escribió: “¿Estamos realmente agradecidos por el bien ya recibido? Entonces aprovecharemos las bendiciones que tenemos, y así estaremos capacitados para recibir más. La gratitud es mucho más que una expresión verbal de agradecimiento. Las acciones expresan más gratitud que las palabras.”
Esa es la clave. Dios está constantemente derramando bendiciones, y cuando expresamos gratitud con humildad a través de una vida de amor, estamos dispuestos a recibir más de sus bendiciones. Tal manera de vivir la gratitud empodera y da salud.
Vía: Salud180