El Síndrome del «nido vacío»
Los hijos, tarde o temprano, seguirían su propio camino, y así debe ser.Un síndrome es aquel que conjunta un cierto número de signos y síntomas que caracterizan a un trastorno orgánico, pero que también puede ser aplicado a una alteración en la esfera psicológica y social de una persona o un grupo de individuos.
Así, el Síndrome del Nido Vacío, se caracteriza principalmente en la alteración emocional y social que sufren las parejas cuando ocurre el desprendimiento de los hijos para seguir su propio desarrollo en la vida.
Este hecho, que pudiera parecer natural, ocurre con bastante frecuencia sobre todo en matrimonios que no se prepararon emocionalmente para envejecer y con el tiempo quedarse solos como en el principio de su relación.
El desajuste se debe, entre muchas otras cosas, a sentir que han perdido su patriarcado o su matriarcado y el poder de su autoridad. El saber que ya no son el núcleo que une y conglutina necesidades sociales, afectivas y hasta económicas. Estos matrimonios, que aparentaban ser armoniosos pueden derrumbarse y llegar incluso al divorcio por ya no tener intereses que los unan y los hagan superar su aparente soledad.
Matrimonios que cayeron en la rutina de ver salir y ponerse el sol sin la emoción de experimentar cosas nuevas por confundir que su aparente todo, solo era una parte de ellos mismos. Que no pensaron en que sus hijos solo estaban prestados por un tiempo razonable para su educación y que tarde o temprano, seguirían su propio camino.
Que no aprendieron a conversar y disfrutarse entre ellos porque no supieron ni se percataron que el amor sin límites, es aquel que se otorga sin esperar respuesta; sin reclamar recompensa.
Bien decía aquella frase de: “Si en verdad quieres a tú hijo, no vaciles en desprenderte y mandarlo lejos para su propio desarrollo”. Pero el egoísmo es el factor que lo impide y lo condiciona a convulsionar todo aquello que antes solo estaba amalgamado, más nunca unido por la fuerza del amor verdadero.
Este es el Síndrome del nido vacío, que al hacerlo consciente puede ayudar a matrimonios que se encuentren en esta disyuntiva y que los haga recapacitar para hacer de sus vidas algo maravilloso y positivo, en sus penas y alegrías, en su salud y en la enfermedad.