Diez jóvenes argentinos cambiando el mundo

Hoy en la Argentina, una buena noticia reivindica lo mejor del ser humano. Diez jóvenes argentinos fueron premiados por la Federación Mundial de Jóvenes por su aporte a la sociedad en la promoción y el ejercicio de valores
A nivel comunicacional, las primeras planas se definen por noticias de alto impacto que si bien, inciden y determinan la vida de las personas, sólo cuentan una parte de la historia.
 
Detrás de las noticias, están los solidarios, los humildes y los valientes, que a paso firme y en el más noble de los silencios ejercen valores. Su pasión por la generosidad no goza de estridencias, protagonismos o vanidades mediáticas, son los obreros de la palabra y la acción que supieron unir en una coherencia que conmueve y estimula a creer que en la solidaridad y en el esfuerzo está la clave para mejorar el mundo.
 
Hoy en la Argentina, una buena noticia reivindica lo mejor del ser humano. Diez jóvenes argentinos fueron premiados por la Federación Mundial de Jóvenes por su aporte a la sociedad en la promoción y el ejercicio de valores.
 
Los ganadores recibieron el premio TOYP (siglas en inglés de Los Jóvenes Sobresalientes) una iniciativa cuyo objetivo es reivindicar y reconocer la contribución humanitaria, laboral, artística, deportiva, científica, tecnológica o innovadora que las nuevas generaciones realizan a favor del desarrollo y el progreso de la sociedad en 117 países de los 5 continentes.
 
En la Argentina, cada uno de los 10 jóvenes elegidos cuentan una historia signada por el esfuerzo y la autosuperación, que cada uno de ellos capitalizó en la ayuda al prójimo. En este sentido, sus obras y aportes impactaron en el incremento del bienestar y la calidad de vida de las personas.
 
Una de las jóvenes distinguidas es María Constanza Orbaiz, quien posee Parálisis Cerebral Cuadriparésica teniendo dificultades para caminar, hablar y en su motricidad fina. Desde su más temprana edad potenció y desafió su capacidades. Realizó sus estudios primarios y secundarios en una escuela común y luego transformó su pasión en profesión, obteniendo la licenciatura en psicopedagogía para ayudar a niños y adolescentes a creer, sentir y pensar que ninguna dificultad física puede ponerle límites a sus virtudes y talentos.
 
Así fue como María Constanza fundó “Desde Adentro” un proyecto a través del cual brinda conferencias sobre discapacidad desde el punto de vista del paciente y talleres a profesionales con el objetivo de ampliar la mirada sobre las persona con estas dificultades y desarrollar programas terapéuticos que respeten la subjetividad de cada niño.
 
María Constanza se pone en los zapatos de los niños y juntos se reconocen y caminan hacia la construcción de una sociedad más justa, más solidaria y en dónde no existan límites ni diferencias entre las personas.
 
Otro caso que hoy inspira y estimula desde la Argentina es la historia de Andrés Carot, médico cirujano recibido en la Universidad Nacional de Córdoba y miembro de Médicos sin Fronteras organización médico-humanitaria que asiste a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes y de conflictos armados.
 
Andrés encabezó misiones humanitarias en Nigeria, Niger y Chad, Haití, Yemen, Somalia, Afganistán e India y durante el 2013 permaneció en Siria, donde transformó un criadero de pollos en un hospital de urgencias atendiendo cirugías de guerra y patologías quirúrgicas derivadas de la falta de un sistema de salud.
 
Estas son dos de las historias de los 10 jóvenes argentinos que todos los días de sus vidas trabajan para mejorar el mundo.

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Por Eugenia Plano