Cómo convertirse en padres y que la pareja sobreviva en el intento

”Padres o pareja” aborda la “crisis” del nacimiento como una oportunidad de crecimiento para la pareja y enfoca el rol del padre en la paternidad.

Por Barbi Alloatti
@barbialloatti
:: Argentina ::

“Tener un hijo es lo más maravilloso que puede sucedernos y, al mismo tiempo, una experiencia de terremoto para la pareja y todo lo que venían viviendo cuando sólo eran dos”.

Mauricio Strugo es psicólogo, psicoterapeuta gestáltico y especialista en pareja y familia. Luego de que naciera su segunda hija, y con todos los cambios en su vida que ese acontecimiento implicaba, no dudó en hacerse unas preguntas: ¿hay libros que preparen para ser padres a los hombres? ¿que relaten lo que significa la paternidad en las parejas? ¿que ponga al hombre también como protagonista de esta experiencia?

En base a esas preguntas, Strugo decidió que si ese libro no existía, él debía ser el primero en escribirlo. Y así nació su primer creación (pero esta vez en formato de hojas de papel): “Padres o pareja, el quiebre de la pareja al convertirse en familia”.

“Este libro está enfocado para los hombres”, afirmó el psicólogo y psicoterapeuta. “Lo que escribiera tenía que servirme a mí si lo leyera”, y con esa premisa de base, se sumergió al mundo de la escritura para parir su nuevo proyecto.

Padres o pareja aborda el quiebre que atraviesan los padres y parejas al convertirse en familia; una realidad “inminente en la que todos estamos inmersos al tener hijos”. Lejos de detallar un punto de vista catastrófico sobre esa situación, Strugo intenta abordar con conciencia esta realidad de “crisis”, pero vista como una oportunidad de crecimiento.

“Es una invitación a hacernos cargo, tanto hombres como mujeres, de que la pareja es el cimiento y sostén de la familia y de cada uno de sus miembros”, asegura el psicólogo.

El libro pasea al lector por una serie de tópicos para concienciarlo sobre los cambios que conlleva su nueva realidad al convertirse en padres:

El (re) nacimiento de todos

“La experiencia de ser padres comienza desde mucho antes de la concepción del bebé”, asegura Strugo, quien considera que desde que somos hijos ya tenemos la referencia de nuestros padres sobre lo que implica esta experiencia.

Además, convertirse en familia significa una crisis, pero vista desde el punto de vista de la oportunidad de crecimiento. “Cuando nos convertimos en padres tenemos la oportunidad de renacer, es el reacomodamiento entero de la familia, un momento único e irrepetible”, afirma.

El libro, también, apuesta por restablecer los vínculos y lazos establecidos entre la pareja y busca reforzarlos en este nuevo mundo en el que se ven inmersos luego de ser padres.

(De) volviendo al padre a su lugar

La mayoría de los libros no pone al hombre a la misma altura de la mujer al momento en que la pareja concibe un hijo. Es que el hombre también es protagonista de esta situación como la mujer. Pero este “debe hacer un trabajo para no excluirse, ni autoexcluirse o no ser desplazado”.

Muchas veces, es el mismo hombre quien se automargina al creer que “la madre sabe más y se ocupará mejor”, por el hecho de haber gestado al bebé en su cuerpo durante 9 meses. Pero ambos tienen igual nivel de responsabilidad en la crianza del nuevo integrante.

Angustia en la pareja al ser padres

El puerperio femenino es el ciclo por el que atraviesa la mujer luego de parir hasta que su sistema reproductor se restablece. Además, en este proceso también puede ocurrir la depresión postparto. Se lo denomina cuarentena porque suele durar 40 días, pero otros especialistas reconocen que puede extenderse hasta 2 ó 3 años.

En los hombres, se confirmó que también existe un puerperio masculino, cuyos índices de depresión postparto pueden igualar al de las mujeres, según el escritor. Este puerperio puede generar angustia y llevar hasta una depresión también en los padres, “fundamentalmente por la dificultad que tenemos los hombres en expresarnos”, afirma el especialista. Esta angustia “por perder libertad es normal y saludable, y se debe compartir y exteriorizar para sanar”, finaliza Strugo.

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