Ángel Cabrera, un hacedor de sueños

A través de su fundación, Cabrera dicta clases y motiva personalmente a todos aquellos niños y jóvenes que sueñan con trascender su origen y ejercer una vocación en el deporte
Su talento es indiscutible. En el 2007 fue el segundo golfista argentino, después de Roberto de Vicenzo, en toda la historia en ganar el US Open, superando a Tiger Woods, el número uno del mundo.
 
Luego, el 12 de abril fue el primer latinoamericano en obtener el primer premio en el Master de Augusta, en los Estados Unidos y hasta el presente es el único jugador no estadounidense en ganar el US Open y el Máster.
 
Sus destacados logros internacionales lo convirtieron en un golfista modelo para quienes aspiran realizar una carrera profesional. Ángel “el Pato” Cabrera es hoy un deportista exitoso, pero quizá pocos conozcan sobre sus sacrificios y esfuerzos para materializar sus sueños.
 
Ángel Cabrera nació el 12 de septiembre de 1969 en la localidad de Villa Allende, Córdoba. Cuando tan sólo tenía tres años su padres se divorciaron, y quedó al cuidado de su abuela paterna, quien a pesar de las necesidades y dificultades económicas incentivó todos sus sueños.
 
Así fue, como Pato a los 10 años de edad decidió poner en práctica sus esperanzas. El golf era su máxima pasión y la ausencia de recursos económicos no se convirtió en una limitación, sino en una motivación e incentivo para concretar sus sueños.
 
Así fue como en plena infancia, Ángel Cabrera comenzó a trabajar como caddie en el Golf Club de Villa Allende. Su objetivo no sólo era aprender a través de su trabajo, sino fundamentalmente ayudar económicamente a su familia que se encontraba atravesada por las necesidades.
 
A través de años de sacrificios, esfuerzo, disciplina y una gran cultura del trabajo desde su más temprana niñez, Cabrera se convirtió en un número uno y no sólo a nivel profesional sino en su vida personal.
 
En el 2007, el mismo año en el que ganó el US Open, el Pato decidió que era hora de ayudar a todos los niños que sueñan con superarse a través del deporte, y encontrar en su pasión por el golf un vehículo de trabajo, esfuerzo y vocación.
 
Así nació la Fundación Ángel Cabrera Pro Caddies y Necesitados con el objetivo de ofrecer una oportunidad concreta a aspirantes profesionales y amateurs sin recursos económicos, en la práctica de este deporte y contribuir con otras instituciones de bien público, que apunten a una mejor calidad de vida de toda la sociedad.
 
A través de su fundación, Cabrera dicta clases y motiva personalmente a todos aquellos niños y jóvenes que sueñan con trascender su origen y ejercer una vocación en el deporte. Además, la organización los apoya económicamente para que puedan acceder a torneos nacionales e internacionales, compitiendo con deportistas de todo el mundo.
 
La Fundación además ayuda a través de donaciones a distintas ONG´s, instituciones educativas y hospitales públicos con el fin de optimizar las condiciones de vida de los niños y jóvenes de todo el país.
 
Un niño 10 años una vez soñó con ser grande, y trabajo incansablemente por ello. Hoy es un número uno y dedica su trayectoria a tender puentes con una infancia que necesita esperanzas y motivaciones para creer que los sueños son su realidad.

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Por Eugenia Plano