10 reflexiones para la vida de Viktor Küppers
Reflexiones de uno de los mejores pensadores, conferencistas y coaching de los últimos tiempos que vivimos.Por Omar Romano
:: Europa ::
Viktor Küppers nació en Holanda y se afincó en Barcelona. Estudió Ciencias Económicas, se doctoró en Humanidades, pero a los 28 años un accidente lo postró seis meses en la cama "y seis meses en la cama dan para mucho". Fue el momento del click, en el que decidió ponerse a leer lo que le gustaba y se rehízo en su vocación.
Hoy es uno de los formadores más prestigiosos, sus conferencias sobre motivación y ventas son escuchadas por miles de personas y las empresas se lo disputan, pero él le resta importancia: "Solo soy un tipo con mucha suerte", dice.
10 reflexiones para la vida de Viktor Küppers
- En las empresas lo que veo es que hay muchos jefes muy merluzos, y para ser buen jefe tienes que tener la mentalidad de querer ayudar a tu equipo: a ser mejores personas, mejores profesionales, y hay muy pocos jefes que tengan esa mentalidad.
- Cuando alguien es alegre parece que tiene que ser un vago, superficial, y el que es mustio y rancio se ve como un profesional como la copa de un pino. Y no, tenemos que aspirar a profesionales alegres; nos gusta la alegría, nos gusta trabajar en entornos alegres, por supuesto.
- Creo que lo fundamental es encontrarle sentido a lo que haces: cuando encuentras el sentido de tu vida, eso es lo que motiva. El secreto de la pasión es tener un propósito, cuando tienes un propósito (tu trabajo, tu familia, lo que sea.) entonces la motivación es más fácil de conseguir, y es más fácil de asumir tu día a día, tus preocupaciones. Es como tener una misión.
- Vivimos en bucle y solamente vemos lo negativo, lo que no nos gusta, y a veces necesitamos parar y comprobar que todo lo que tenemos alrededor no funciona mal. Todos tenemos cosas buenas, pero las damos por descontadas. Entonces no las valoramos. Los expertos dicen que hay que valorar lo positivo, disfrutar de lo que tienes y no centrarte en lo que no tienes. Los que no tenemos ningún drama somos unos privilegiados en la vida. Hay mucha gente que sufre, que tiene dramas, esos tienen todo el derecho a estar enfadados, a no vivir con alegría, pero los que no tenemos dramas es imperdonable que perdamos la alegría.
- Si no te gusta tu vida, tienes que saber en qué falla y qué vas a hacer. Si no te gusta tu trabajo, qué vas a hacer; si no te gusta tu pareja, qué vas a hacer; si no haces nada, las cosas no van a cambiar, tienes que cambiarlo tú. Si no acabas en el mismo sitio.
- Vivimos en una sociedad en la que todos queremos una vida de película. Que todo sea maravilloso, los padres perfectos, el profesional ideal, tener el físico ideal, la pareja ideal y eso es inalcanzable. Siempre va a haber algo de insatisfacción en tu vida, por eso hay que dejarse influir menos y centrarse en lo que uno quiere realmente, en lo que tú necesitas para ser feliz, y verás que no necesitas tantas cosas. Pero esto es una pelea, vivir en el mundo de Instagram, de las redes sociales, del aparentar, del parecer. Es el mundo del envoltorio y el nivel de exigencia para que el envoltorio sea bonito es tan extremo que genera mucha frustración.
- Antes necesitábamos menos cosas y sobre todo enseñarle menos a los demás. Vivimos en una sociedad de consumo, materialista y de imagen, y no todo el mundo tiene la vida que la sociedad marca como ideal. Mi mejor amigo, por ejemplo, es carpintero y es el tío más feliz del mundo, pero según los estándares de la sociedad no es el prototipo de persona que debería ser feliz, pero lo es. Porque se puede ser feliz con muy poco, aunque la exigencia de la sociedad es que tengamos que tener de todo.
- Ser positivo, optimista: Hay tres componentes: el genético, las circunstancias y lo que tú haces. La genética condiciona, pero no determina. Tú tienes responsabilidad, a lo mejor no eres la más optimista del mundo, pero puedes ayudarte a ser lo más optimista dentro de tus posibilidades. Ahí no hay excusa, a mí la frase que me da mucha rabia es eso de «Yo soy así». ¿Cómo? Pues espabila, que los demás no tenemos la culpa.
- La gente sí cambia, pero tienen que querer. Tú eres como tú quieres ser. Hay algo que se llama la neuroplasticidad del cerebro que lo explica: no es que seas así y ya no puedas cambiar. No, no. Tú eres un cenizo porque te da la gana de serlo y tú eres una persona alegre porque te da la gana, salvo que tengas dramas en tu vida. Si todo el mundo está más o menos sano y llegas a final de mes, y no tienes problemas gordos, a partir de aquí puedes luchar para vivir con alegría. A la gente que no tiene trabajo o que tiene a su madre enfermísima no le puedes pedir que aún encima vaya alegre por la vida.
- Al final la vida nos va en lo personal y en lo profesional por nuestra actitud. Y lo más chulo es que eso lo gestionamos nosotros, eso depende de nosotros, tú lo eliges. Eso es lo que diferencia a las personas grandes de las mediocres. Cuesta un montón, pero cuando luchas es más fácil. A ti te quieren, te valoran y te aprecian por tu manera de ser, no por tu currículum. Tus hijos te quieren por tu manera de ser, tus compañeros de trabajo por tu manera de ser… La actitud. Nos gustan las buenas personas, las que son honestas, las que son íntegras, amables, no la gente que discute y está todo el día enfadada. Nos gusta la gente fácil y con sentido del humor.
"Nos gustan las buenas personas, las que son honestas, las que son íntegras, amables, no la gente que discute y está todo el día enfadada"