10 enseñanzas del Dalai Lama para la vida
El Dalai Lama es la máxima autoridad religiosa del budismo tibetano o lamaísmo, considerado una reencarnación de Buda.El actual y catorceavo poseedor del título de Dalai Lama, que significa "maestro reencarnado", cuyo nombre de nacimiento es Tenzin Gyatso, siempre ha apostado por la búsqueda de la paz y el respeto mutuo como medios para buscar soluciones a los conflictos.
Le fue otorgado el premio Nobel de la Paz en 1989.A lo largo de toda su trayectoria vital ha realizado numerosas reflexiones que nos pueden ayudar a pensar sobre diferentes aspectos de la vida.
10 enseñanzas para comprender la vida desde su concepción.
- La felicidad no es algo que venga prefabricado. Viene de tus propias acciones.
- Si usted piensa que es demasiado pequeño para marcar una diferencia, trate de dormir con un mosquito.
- Hay un dicho en tibetano, “la tragedia debe ser utilizada como una fuente de fortaleza”. No importa qué tipo de dificultades pasemos, cómo de dolorosa es la experiencia, si perdemos nuestra esperanza, ese es nuestro verdadero desastre.
- El silencio es a veces la mejor respuesta.
- Recuerda que a veces no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte.
- Sea bueno siempre que sea posible. Siempre es posible.
- El amor y la compasión son necesidades, no lujos. Sin ellos, la humanidad no puede sobrevivir.
- Nuestro principal propósito en esta vida es ayudar a otros. Y si no se les puede ayudar, al menos no hacerles daño.
- Juzga tu éxito por lo que tuviste que renunciar para conseguirlo.
- Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar la basura, procura que no sea en tu mente.
Meditación sobre la compasión
Al generar compasión, se empieza por reconocer que no se desea el sufrimiento y que se tiene el derecho a alcanzar la felicidad. Eso es algo que puede verificarse con facilidad. Se reconoce luego que las demás personas, como uno mismo, no desean sufrir y tienen derecho a alcanzar la felicidad. Eso se convierte en la base para empezar a generar compasión.
Así pues, meditemos hoy sobre la compasión. Empecemos por visualizar a una persona que está sufriendo, a alguien que se encuentra en una situación dolorosa, muy infortunada. Durante los tres primeros minutos de la meditación, reflexionemos sobre el sufrimiento de ese individuo de forma analítica, pensemos en su intenso sufrimiento y lo infeliz de su existencia. Después tratemos de relacionarlo con nosotros mismos, pensando: "Este ser tiene la misma capacidad que yo para experimentar dolor, alegría, felicidad y sufrimiento".
A continuación, tratemos de que surja en nosotros un sentimiento natural de compasión hacia esa persona. Intentemos llegar a una conclusión, pensemos en lo fuerte que es nuestro deseo de que esa persona se vea libre de su sufrimiento. Tomemos la decisión de ayudarla a sentirse aliviada.
Finalmente, concentrémonos en esa resolución y, durante los últimos minutos de la meditación, tratemos de generar un estado de compasión y de amor en nuestra mente.