¿Por qué orinar cuando hace frío es más común de lo que piensas?
¿Vejiga hiperactiva en invierno? La ciencia explica por qué.
En invierno, muchas personas notan que necesitan orinar con más frecuencia. Este fenómeno tiene una explicación fisiológica que, aunque no siempre es conocida, afecta a todos.
¿Por qué orinar más en invierno es normal?
Determinar cuántas veces al día es normal orinar puede ser complicado, ya que depende de varios factores como la cantidad de líquido consumido, el tipo de bebidas, si se toman medicaciones y cuánto se transpira. La doctora Blanca Madurga, especialista en Urología Funcional, Femenina y Urodinámica del Hospital Universitario Puerta del Mar en España, explica que la media aceptada está entre 6 y 7 veces durante el día y una vez por la noche.
La relación entre el frío y las ganas de orinar
Más allá de la frecuencia de la micción, muchas personas han notado que cuando hace frío tienden a orinar más que en épocas de calor. Esto es completamente normal y le ocurre a todas las personas, sin importar su frecuencia habitual de micción. La doctora Madurga señala que, "cuando hace frío, nuestro cuerpo no está tan dilatado como en verano, algo que es fácil de comprobar si observamos nuestras manos o pies".
En invierno, nuestro cuerpo retiene menos líquidos debido a la contracción de los vasos sanguíneos para conservar calor y proteger los órganos vitales. Este proceso se conoce como diuresis del frío.
¿Qué es la diuresis del frío?
La diuresis del frío o diuresis inducida por el frío ocurre cuando bajan las temperaturas y los vasos sanguíneos se contraen para mantener el flujo sanguíneo cerca de los órganos vitales. Esta contracción reduce el espacio disponible para la circulación sanguínea, aumentando la presión arterial. Las células arteriales en los riñones detectan este aumento de presión y envían señales para eliminar líquidos innecesarios, ayudando a regular la presión arterial. Como resultado, orinamos más frecuentemente.
Patologías y hábitos relacionados con la micción en invierno
En personas con vejiga sana, este aumento de la micción en invierno es completamente normal. Sin embargo, puede haber casos donde exista una patología subyacente, como una vejiga hiperactiva, que causa una urgencia incontrolable para orinar debido a contracciones involuntarias del músculo de la vejiga, desencadenadas por la ingestión de líquidos o la exposición al frío.
Mantener buenos hábitos de hidratación y cuidado de la vejiga
Aunque orinemos más en invierno, no es necesario aumentar la ingesta de líquidos por ello. La doctora Madurga recomienda mantener una ingesta de "entre dos y dos litros y medio por día". Además, es fundamental mantener buenos hábitos para cuidar nuestra vejiga.
El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido aconseja no desarrollar el hábito de ir al baño "por las dudas", ya que esto puede reducir la capacidad de la vejiga. Ir al baño solo cuando sea necesario y asegurarse de vaciar completamente la vejiga puede prevenir infecciones urinarias.
5 formas curiosas en que la ciencia usa la orina
La ciencia ha encontrado usos sorprendentes para la orina, más allá de su eliminación corporal. Aunque estos usos no se relacionan directamente con la diuresis del frío, son un recordatorio interesante de cómo el cuerpo humano y sus funciones pueden tener aplicaciones diversas y útiles.
1. Fertilizante natural
Una de las aplicaciones más antiguas y prácticas de la orina es como fertilizante natural. La orina humana es rica en nitrógeno, fósforo y potasio, nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas. Investigaciones han demostrado que usar orina diluida como fertilizante puede mejorar la salud del suelo y aumentar el rendimiento de los cultivos.
2. Diagnóstico médico
El análisis de la orina es una herramienta crucial en el diagnóstico médico. Los análisis de orina pueden revelar información sobre la función renal, el estado de hidratación, infecciones del tracto urinario y condiciones metabólicas como la diabetes. La orina contiene numerosos biomarcadores que ayudan a los médicos a detectar y monitorear enfermedades. Este uso esencial en la medicina destaca la importancia de algo tan cotidiano como la orina.
3. Producción de energía
Sí, leíste bien. La orina se ha utilizado en la producción de energía. Los científicos han desarrollado células de combustible microbianas que pueden convertir la orina en electricidad. Estas células contienen bacterias que descomponen los componentes orgánicos de la orina, generando una corriente eléctrica en el proceso. Esta innovadora tecnología podría proporcionar una fuente de energía sostenible y renovable, especialmente en áreas con acceso limitado a la electricidad.
4. Materiales de construcción
La orina también ha encontrado un lugar en la industria de la construcción. Investigadores han creado ladrillos de bio-cemento utilizando orina. Estos ladrillos son producidos mediante la precipitación de minerales como la fosfato de calcio, que se encuentran en la orina, junto con bacterias que actúan como un aglutinante natural. Los ladrillos resultantes son ecológicos y podrían ofrecer una alternativa sostenible a los materiales de construcción tradicionales.
5. Investigación espacial
La orina tiene aplicaciones significativas en la exploración espacial. Los astronautas en la Estación Espacial Internacional (ISS) reciclan la orina para obtener agua potable mediante un sistema avanzado de tratamiento. Este proceso es crucial para la supervivencia en el espacio, donde el suministro de agua es limitado. Además, la orina puede ser utilizada para cultivar alimentos en el espacio, proporcionando nutrientes esenciales a las plantas cultivadas en sistemas de soporte vital cerrados.