Nido vacío: 5 pasos que pueden ayudar a quienes se encuentran en ese punto de inflexión en la maternidad y hoy desean emprender
El foco es ahora y es donde hay que encontrar nuevas posibilidades.En agosto de 2022 con el decreto 475/2021, la ANSES reconoció el cuidado de los hijos como un trabajo, valorando el tiempo que las mujeres o personas gestantes destinaron y destinan a la crianza de sus hijas e hijos.
Criar hijos es una carrera cuyos requerimientos en términos de horas va cayendo a lo largo del tiempo. Cuando los chicos tienen entre 1 y 2 años, es un trabajo de más de 8 horas al día. Cuando comienzan el jardín, baja un poco la cantidad de horas y algunas de las madres comienzan a soñar con hacer una organización milimétrica del tiempo y aprovechar al máximo esas tres horas en que el niño no está para conectar sus neuronas al 1000%, consolidar todas las reuniones en ese horario y lograr hacer despegar una empresa. Por eso, algunas imaginan emprender junto a una socia.
Cuando los hijos entran en la primaria, sobre todo si van a doble escolaridad, aparecen más horas disponibles para enfocarse a un proyecto laboral. Pero para muchas mujeres sigue siendo difícil, sobre todo si tienen más de un hijo. El tiempo sigue pasando y los hijos llegan a tener 15 o 17 años, y “las acciones” de ser madre cotizan en baja ante la mirada de los hijos que empiezan a querer sus espacios. Mucho más aún cuando comienzan la universidad.
Y ahí es donde las madres sienten un fuerte cimbronazo. Se llenan de preguntas: ¿está bien elegir ser madre por sobre la carrera?, ¿Qué pasó con todas las oportunidades que tenía en ese momento?
Es difícil para un coach y mentor de negocios, poder dar respuesta a esas preguntas. Hacer futurología y una autopsia del pasado no son dos actividades recomendadas. Es imposible saber qué hubiese pasado si las elecciones hubiesen sido distintas. Mirar hacia atrás no suma. El foco es ahora y es donde hay que encontrar nuevas posibilidades. Porque siempre hay posibilidades.
A su vez, las mujeres que dejaron de lado su título o su carrera por ser madres, cuando se encuentran a sí mismas frente al espejo 15 o 20 años más tarde, se llenan de dudas sobre sí mismas. Comienzan a sentir una combinación letal del síndrome del impostor con comparaciones inconducentes con personas que en los últimos 20 años se enfocaron en sus carreras.
El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen sienten que nunca se encuentran a la altura de las circunstancias o que sean incapaces de aceptar que merecen lo que han obtenido como fruto de su trabajo. A través del síndrome del impostor, comienzan a dudar de si sus conocimientos son tales, de si ellas pueden hacer las tareas que solían hacer o las tareas para las que estudiaron, desconociendo por completo que en los últimos 15 años se han dedicado a coordinar una familia, a ser Project Manager de sus hogares.
Según Fabiana M. Mejalelaty, coach y mentora de negocios, estos 5 pasos pueden ayudar a quienes se encuentran en ese punto de inflexión y quieran emprender:
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Hacer una lista de fortalezas y logros. Se puede pedir ayuda a amistades y conocidos para afirmar estos puntos.
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Realizar alguna formación o actualización profesional que permita ampliar el conocimiento.
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Tener en cuenta que las dudas pueden paralizar. Lo mejor es seguir avanzando hacia los nuevos objetivos.
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Buscar un coach, un mentor, un grupo de pertenencia que pueda acompañar en este proceso.
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La comunicación, el desarrollo de una estrategia y la planificación comercial son piezas clave para avanzar en el proyecto.
Cada camino es único. Hay madres que han trabajado con culpa, madres que han trabajado sin culpa, madres que empezaron emprendimientos solas o con amigas, y madres que eligieron no trabajar. Sea cuál sea la elección, siempre se está a tiempo de rediseñar la vida y elegir otro camino.