Mosquitos pican el Ego
Con el espíritu del libro «Historias con semilla que pueden cambiar al mundo», de Claudio PensoNapoleón tenía sueños de conquista muy ambiciosos. En 1802 envió al general Leclerc a Norteamérica para expandir las colonias francesas. Al llegar a Haití se enfrentó con una rebelión, no demoró mucho antes de tomar el control de la isla. Pero el inmenso ejército debió librar una batalla desconocida, contra un enemigo minúsculo, que llegaría en forma silenciosa luego de las lluvias de primavera. Los soldados franceses comenzaron a enfermarse de fiebre amarilla. Morían en gran número y en poco tiempo, la mitad de los invasores habían sido enterrados.
¿Cómo se enfermaban?
Eran picados por los mosquitos, portadores de la enfermedad. En esa época nadie lo sabía aún y además la epidemia sólo se propagaba entre los soldados europeos ya que los locales eran inmunes.
Napoleón envió más soldados pero era inútil, los haitianos seguían combatiendo con la complicidad de los mosquitos. La Revolución Haitiana fue la única revuelta exitosa de esclavos en la historia.
Ninguna de las batallas que libraremos en toda nuestra vida puede contemplar todas las instancias. Hay aspectos decisivos que tuercen el curso y el resultado de los acontecimientos.
En ocasiones el azar introduce “mosquitos” para picar nuestro ego, disfrazado de conquista.