La «Casa de la Suerte» está en Mar del Plata
Visitamos la "Ciudad Feliz" y tuvimos la "suerte" de conocer esta particular hostería, que combina la calidez del hogar con la atención personalizada de Giuseppe, su propio dueño. Resultado: una experiencia para recomendar y una historia para conocer.En tiempos de pandemia y de turismo reprimido, son pocas las ocasiones que tenemos de escaparnos por unos pocos días a "cambiar de aire", salir del stress o disfrutar de un merecido descanso.
En viaje a Mar del Plata, Lucky Home nos sorprendió por su calidez, servicio y confort. La reserva previa se hizo telefónicamente con Giussepe, quien luego resultó ser nuestro anfitrión y el dueño del lugar. Charlando con él resultó que es un profesional de la hotelería con credenciales internacionales, que nació en Italia y se vino a vivir a la Argentina; y que no perdió el "toque" y la hospitalidad del sur italiano.
Atendido por su dueño
Giussepe De Angelis sabe atender a los huéspedes de su hotel. Su trato es absolutamente personalizado y es él mismo quien se ocupa de los más mínimos detalles para que la experiencia en la hostería sea como estar en "tu casa de fin de semana". Todo es de estilo "hogareño" y cálido. Es un lugar ideal para una escapada en familia o en pareja. Las habitaciones son sencillas, pero con todas las comodidades propias de un hotel.
Para quienes no pueden desconectarse, hay internet habilitado en todo el lugar y un cálido living con mesas donde se puede disfrutar de un café, mate o un trago preparado por Giussepe mientras trabajamos.
El desayuno, tan importante para empezar un día positivo, es súper completo. Giussepe se encarga personalmente de servir el café con leche -recién hecho por él mismo- que viene acompañado por las clásicas medialunas marplatenses, tostadas de pan casero, fiambres, cereales, yoghurt y jugo de naranja. Importante: hay opciones para los celíacos siempre que se avise con anticipación. Como estaba todo tan rico, pedimos repetir el café y un "refill" de tostadas y medialunas :) Sinceramente, el desayuno nos sorprendió gratamente y creemos que está al nivel de un hotel de categoría superior.
Los precios son accesibles y cuentan con promociones para estar atentos ante la posibilidad de una eventual escapada al mar.
La limpieza reina en todas las áreas de la hostería y cuentan con protocolos para la atención del turista y prevención del Covid-19.
Lucky Home está muy bien valorada en Trip Advisor (Nº 2 en Mar del Plata) por los huéspedes que la visitaron, quienes regresan cada vez que pueden durante el año.
Según indica el sitio web, "Lucky Home es una hostería en Mar del Plata que, a pesar del paso de los años, conserva plenamente su esencia de chalet típico de la década del treinta, años dorados para esta ciudad. Predominan los materiales nobles, la luminosidad y los pequeños detalles, en búsqueda de una distinguida calidez. La sensación de “estar en casa” puede percibirse en cada rincón. Es una autentica casona con encanto".
La hostería está localizada estratégicamente en la "loma de Stella Maris", a solo 500 metros de la playa Varese y a solo 200 metros de calle Güemes, convertida en un paseo obligado por su variedad de bares, restaurantes y locales comerciales.
De Italia a la Argentina
Giussepe nació en Sorrento, provincia de Nápoles en 1987, en una de las geografías más hermosas de Europa y donde la italianidad se confunde con el "ser argentino".
"Fui una de las últimas generaciones que nacieron en el hospital de la ciudad, porque desde 1988, la maternidad se trasladó a una clínica de Piano de Sorrento", recuerda con detalle Giusspe. Hijo de padre sorrentino, mamá quilmeña (de Quilmes e hija de sorrentinos también). Sus padres se conocieron cuando su madre viajó a conocer a su familia en Italia. "Ella se aloja en un hotel que era de una prima de mis abuelos de parte materna; y mi papá fue el director de ese hotel por muchos años. Papá hizo 28 años de hotelería en Sorrento", destaca.
Sus padres mantienen un noviazgo a la distancia por aproximadamente dos años, "hasta que mi madre decide volver a Italia ya para radicarse. Allí se casan, nazco yo y a mis 6 años, debido a una enfermedad terminal del dueño del hotel donde trabajaba mi padre, ambos deciden irse de Sorrento porque el hotel iba a cerrar".
Las vueltas del destino los trajo de nuevo a Sudamérica luego de haber cerrado el hotel donde trabajaba su padre. "Mi papá no iba a conseguir trabajo, mi mamá trabajaba en una bijouterie, en un trabajo que tampoco la estimulaba demasiado". Dada la situación deciden iniciar un proyecto fuera de Sorrento, "y si se iban de Italia mi madre había puesto la condición de volver a la Argentina. En ese momento el cambio de la lira al peso era muy bueno, asi que decidieron venirse a Argentina", continúa Giussepe.
Ya en Argentina se instalaron en la localidad de Quilmes, en donde intentaron iniciar un negocio turístico, pero al ver que no era el destino adecuado, recalcularon. "Obviamente en Quilmes era totalmente imposible, así que mis padres buscaron la ciudad turística por excelencia en Argentina y se vinieron a Mar del Plata sin conocer a nadie".
Al llegar a "La Feliz" buscaron terrenos para construir, alquilar y "vivir de rentas, no volver a la hotelería", pero en esa búsqueda de terrenos, una inmobiliaria les presenta la oportunidad de comprar un hotel, "el Hotel Cortijo ubicado en Mendoza, entre Almirante Brown y Avenida Colón", lo compran y lo transforman en el actual Hotel Sirenuse. "Yo me crie en ese hotel y viví allí hasta mis 18 años. Ellos siguieron viviendo en el hotel y yo, despues de haber vivido tantos años de hotelería, decidí dedicarme a esto".
A los 18 años se fue a Buenos Aires a estudiar en la Universidad de Belgrano. Comenzó a trabajar en el Hotel Four Seasons "buscando un poco hacer carrera afuera del negocio familiar, pero con la visión de volver en algún momento". Del Four Seasons de Buenos Aires lo destinan a especializarse en Estados Unidos, una excelente oportunidad para mejorar el idioma ingles, pero luego de hacer una temporada de invierno y volver al Four Seasons, no pudo acordar una posición estable. Su carrera continúa en el Hotel Marriot Plaza de Buenos Aires durante tres años hasta terminar la carrera universitaria. "Al terminar la carrera me surge la posibilidad de hacer una beca de 10 materias más en Bourdeaux, Francia y asi obtener un postgrado en Administración de Empresas", señala.
Por supuesto que aceptó la propuesta y se fue a vivir un año a Francia. Al terminar decide volver a Argentina, "al menos para hacer base unos meses y decidir qué hacer de mi vida". En ese momento lo vuelven a convocar de Marriot International para ofrecerle un puesto en las oficinas corporativas de la empresa en Buenos Aires. "Fui contratado con la función de mediar negociaciones de venta de grupos entre clientes argentinos y cualquier Hotel Marriot en el mundo".
Familia de emprendedores
Luego de la amplia experiencia en hoteles de primera línea en Argentina, Estados Unidos y Europa, Giussepe siguió el camino familiar y decidió emprender un negocio por cuenta propia -con todo lo que eso implica en la Argentina- luego de un año y medio en Buenos Aires.
De vuelta en Mar del Plata, surge la posibilidad de alquilar Lucky Home. "No había proyectado una vuelta tan temprana al negocio de la familia pero se dió así, así que empecé con Lucky Home y de a poco también entrando en el Hotel Sirenuse. Hoy por hoy me ocupo del área administrativa y comercial del Hotel Sirenuse y llevo la gerencia general del Hotel Lucky Home".
Por todo esto, Lucky Home puede ser, para nosotros y para cada uno de los huéspedes que visite Mar del Plata, la "casa de la suerte".