La amistad, la unión más entrañable

«Mi patria son mis amigos», así el gran escritor Alfredo Bryce Echenique, describe de la mejor manera un vínculo afectivo del cual la vida no puede estar exenta.

El compañero de banco, el mejor amigo de la niñez, el cómplice de las aventuras de la adolescencia, el hermano por elección, y el adulto que hoy elige ser quien está en los malos momentos, pero también es el que nunca dejaría de estar presente cuando la vida nos sonríe.

Amigos en las buenas, en las malas, en las treguas, en los silencios, en las estridencias, en las palabras y en los hechos. La amistad es uno de los lazos sociales por excelencia. Es el vínculo en el cuál existe esa entrañable química que sobrevive a las personas y muchas veces a pesar de ellas. El sentimiento que une a los amigos es de una autenticidad tal que aunque las diferencias, los años, las personalidades y experiencias distintas sucedan, se produce esa inexplicable sensación de unión y empatía.

La amistad según pasan los años
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La amistad según pasan los años

La ciencia ha demostrado la importancia de la amistad

Investigadores de la Universidad de Pittsburgh han comprobado que cuando una persona se encuentra bajo una actividad estresante, tan sólo con la presencia de un amigo en la misma habitación, aunque no lo ayude en la tarea, bajan notablemente las probabilidades del aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial.

La amistad ha sido motivo de la ciencia desde hace varias décadas ¿Por qué los seres humanos necesitamos unirnos en relaciones de amistad? ¿Cuáles son los beneficios?

El primer estudio científico sobre la amistad se realizó en 1979 en California, Estados Unidos. El análisis duró nueve años y observó a 5.000 personas en función de la relación entre su capacidad para tener amigos y la salud. La conclusión de los investigadores fue que quienes más contactos sociales tenían, presentaron menos de la mitad del riesgo de morir que quienes llevaban una vida en soledad.

La especialista en salud, Tara Parker-Pope, de la Universidad de Harvard, publicó años atrás una investigación en American Journal of Public Health, donde establece la importancia de la amistad en la prevención de patologías neurológicas. El estudio concluyó que una persona que posee contacto directo con sus amigos tiene menos probabilidades de desarrollar una enfermedad en edades avanzadas, especialmente las vinculadas a la salud mental.

Definiendo la amistad

Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes. Truman Capote y Marilyn Monroe. Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares. Vincent Van Gough y Eugène Henri Paul Gaugin. Carl Gustav Jung y Sigmund Freud. Grandes personalidades de la historia que forjaron algunas de las amistades más emblemáticas en el tiempo. Sólo algunos ejemplos célebres de cómo la amistad en lugar de competencia es la mejor forma para potenciar talentos mutuos. La aclaración quizá no esté de más ya que es muy frecuente dividir tipos de amistad, y una de las categorías más frecuentes es la de la “verdadera” y la relación vincular pasajera.

Muchos autores han elaborado teorías sobre la esencia de la amistad real. Uno de ellos fue Aristóteles, que diferenció los amigos del interés y los del placer. Para el filósofo la verdadera amistad sólo existe entre personas que se desean el bien de manera genuina, es decir, sin pedir nada a cambio ni esperarlo tampoco. Entonces, los amigos son quienes aunque los años, las discusiones y las diversas etapas los atraviesen, ellos trascienden las circunstancias. "Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud”, afirma el pensador haciendo alusión a el auténtico compromiso mutuo que implica la amistad.

La conceptualización de este lazo afectivo también fue formulado por el escritor inglés, Oscar Wilde. En este caso, el autor de “El retrato de Dorian Grey”, derribó quizá uno de los mayores lugares comunes de la amistad: “Los amigos son los que están en las malas”, y ¿en las buenas?.

Wilde creía firmemente que un verdadero amigo era quien podía sentirse orgulloso y feliz ante el triunfo de su ser querido, dejando de lado los celos, el narcisismo, el egoísmo y hasta la envidia. "Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima", aseguraba el autor.

La poesía también ha sido una de las mayores fuentes para encontrar el sentido de la amistad. El poeta francés Jean de La Fontaine, ha dedicado parte de su obra al tema. El autor de “Adonis” pensaba a la amistad como un vínculo a través del cual es posible conocer quien verdaderamente somos. La identidad puede ser develada a través de la palabra y los hechos de un amigo. "Cosa dulce es un amigo verdadero; bucea en el fondo de nuestro corazón inquiriendo nuestras necesidades. Nos ahorra el tener que descubrirlas por nosotros mismos", escribió.

Pero la amistad no sólo entraña palabras y hechos. A veces el silencio es una de sus mayores virtudes. Aquí la definición de la amistad según Eduardo Galeano, en su historia llamada “El silencio”:

Una larga mesa de amigos en el restoran Plataforma, era el refugio de Tom Jobim contra el sol del mediodía y el tumulto de las calles de Río de Janeiro.

Aquél mediodía, Tom se sentó aparte. En un rincón, se quedó tomando cerveza con Zé Fernando Balbi. Con él compartía el sombrero de paja, que lo usaban salteado, un día uno, al día siguiente el otro, y también compartían algunas cosas más.

- No- Dijo Tom cuando alguien se arrimó- Estoy en una conversación muy importante.

Y cuando se acercó otro amigo:
- Me vas a disculpar, pero nosotros tenemos mucho de que hablar.

Y a otro:
- Perdón, pero aquí estamos discutiendo un asunto grave.

En ese rincón aparte, Tom y Zé Fernando no se dijeron ni una sola palabra. Zé Fernando estaba en un día muy jodido, uno de esos días que habría que arrancar del almanaque y expulsar de la memoria, y Tom lo acompañaba, callando cervezas. Así estuvieron, música del silencio, desde el mediodía hasta el fin de la tarde.

Ya no quedaba nadie cuando se marcharon los dos, caminando despacito.

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