Hábitos alimenticios saludables en vacaciones sin gastar una fortuna
¿Qué podemos hacer para no perder los buenos hábitos que intentamos mantener durante todo el año?Ya sea que nos quedemos en casa a disfrutar del tiempo libre o que nos vayamos a la playa, las vacaciones se presentan como un desafío para nuestra rutina alimenticia. ¿Qué podemos hacer para no perder los buenos hábitos que intentamos mantener durante todo el año? Según los especialistas, hay algunas pautas que podemos seguir durante estas fechas que nos ayudan a mantenernos en nuestro peso y que además, ¡no descuidan el bolsillo!
¿Por qué nos relajamos?
Intervienen varios factores. En primer lugar, sucede que estamos más relajados y perdemos los horarios habituales en los que realizábamos las cuatro comidas principales —desayuno, almuerzo, merienda y cena— ya que nos levantamos y nos acostamos en horarios inusuales. Esto nos desorganiza. Por otra parte, lo social empieza a cobrar una relevancia mayor: nos reunimos y salimos más, lo que significa que tenemos más oportunidades de tentarnos o comer más pesado. Pero también, ocurre que nuestro inconsciente se relaja y nos liberamos de todo lo que se nos presente como un esfuerzo, como cuidarnos o seguir una dieta. Es por todo eso que la época de vacaciones es un momento ideal para tirar por la borda todo el trabajo realizado durante el año para vernos como queremos y sentirnos saludables.
Verano en la playa
Si estás preparando la sombrilla y la reposera para pasar algunos días en la playa, hay algunas recomendaciones que tenés que tener en cuenta si querés mantener los buenos hábitos alimenticios durante estos meses. Para la médica nutricionista y médica esteticista Andrea Miranda, directora de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI), lo principal es evitar llegar a la playa con el estómago vacío. “El riesgo de sufrir mareos o bajones de presión se acrecienta, considerando también que nos estamos exponiendo a elevadas temperaturas”, sostiene Miranda. Pero además, la especialista recomienda comer cada tres o cuatro horas para llegar a la cena con menos ansiedad y evitar atracones.
La hidratación es otro punto importante durante el verano, especialmente si nos exponemos mucho tiempo al sol. Lo recomendable, asegura la Dra. Miranda, es beber entre dos y tres litros diarios, sin esperar a tener sed para hacerlo. “En verano las necesidades de hidratarnos aumentan dado que las pérdidas por sudoración son mucho mayores”, asegura la especialista. Además del consumo de agua, se puede ingerir té, mate, tereré, jugos naturales y bebidas frescas sin azúcar (las gaseosas azucaradas acrecientan la sensación de sed, suman calorías y no son saludables).
Por último, si vas a la playa: decile no a las tentaciones. Cargá la heladerita con frutas, yogures, ensaladas y barritas de cereal. De esta manera, no solo estarás evitando caer en helados, churros y otras alternativas tradicionales de la playa, sino que también estarás cuidando tu bolsillo.
¿Te quedás en casa?
Si te quedás en casa será más sencillo volver a tu rutina alimenticia después de los desórdenes de diciembre. Esta es una buena ocasión para aprovechar y desintoxicarte después de las abundantes comidas de fin de año. Para la Dra. Miranda, esta es una buena rutina que nos puede ayudar a sentirnos mejor, aunque no debe realizarse durante más de tres días:
- Desayuno: infusión; una tostada de gluten con queso descremado y un jugo exprimido de una fruta cítrica o un cítrico.
- Almuerzo: Ensalada a gusto, solo de verduras o verduras cocidas. Aspic de frutas (gelatina light con trozos de frutas). 2 vasos de líquido.
- Merienda: Infusión o líquido. Una taza de ensalada de frutas, una fruta o media banana.
- Cena: Verduras crudas y/o cocidas. Una porción de pollo, pescado o carne sin grasa. Una fruta fresca y/o gelatina light con fruta. 2 vasos de líquido.
En cuanto a las colaciones, la Dra. Miranda recomienda consumir hasta dos por día en un plan desintoxicante y anti retención de líquidos. Estas pueden ser: un pote de yogur descremado, gelatina light, frutas, una porción de queso (del tamaño de un casete); un exprimido, una salchicha light, dos rollitos de jamón; 10 pasas de uva, 10 almendras y hasta una tableta de dulce leche Light.
¡En donde estés!
“Ya sea que te vayas a la playa o te quedes en tu casa, una buena alimentación basada en hábitos saludables debe ser acompañada por actividad física. Una caminata por la costa o por la plaza, deportes en la playa o la rutina de ejercicios de siempre, te ayudarán a mantenerte en tu peso ideal y sentirte mejor”, apunta la médica nutricionista.