Dolor fantasma: no se ve y no se va
El dolor fantasma ocurre en una parte del cuerpo que ya no se encuentra allí. Los médicos creían que esto se trataba de un fenómeno tras la amputación y que era un problema psicológico. Actualmente los expertos aceptan que esas sensaciones son reales y se originan en la médula espinal y al mismo tiempo en el cerebro.Por Chaimar Mojica
@chainathy
:: Venezuela ::
En la mayoría de las personas a quienes se les ha amputado una extremidad, refieren que sienten que la extremidad amputada todavía se encuentra allí. Se trata de un fenómeno indoloro que se conoce como sensación de miembro fantasma, pero no es lo mismo que el dolor fantasma.
Para algunos individuos, el dolor fantasma, mejora o se aminora con el tiempo, sin recurrir a ningún tipo de tratamiento, pero para otros, controlar el dolor fantasma se vuelve cuesta arriba. Por eso, si es tu caso, tú y el médico, deben trabajar juntos para tratar ese dolor de manera eficiente, con medicamentos y otras alternativas. Como por ejemplo, terapia.
Síntomas que caracterizan al dolor fantasma
- Comienza dentro de la primera semana luego de la amputación. Aunque puede tardar algunos meses o más.
- El dolor surge y desaparece de forma contínua.
- Los síntomas suelen afectar la parte del miembro más alejada del cuerpo. Como por ejemplo, el pie de una pierna que ha sido amputado.
- El dolor se puede escribir como un disparo, una puñalada, un calambre. Incluso un pinchazo, un apretón o una pulsación, además de ardor.
Algunas causas de los dolores fantasmas
Aunque no están claras exactamente, se cree que provienen de la médula espinal y el cerebro; y durante las exploraciones mediante imágenes, como resonancia magnética o tomografía, producto de emisiones en partes del cerebro que se había conectado neurológicamente a los nervios de las extremidades amputadas, señalan actividad cuando las personas sienten un dolor fantasma.
Algunos expertos creen que el dolor fantasma puede explicarse -al menos en forma parcial- al ser una respuesta frente a señales mixtas del cerebro. Luego de una amputación, las áreas de la médula espinal y del cerebro se ajustan al desprendimiento de la extremidad, que ya no está. Como desencadenante se produce un mensaje básico, en el que el cuerpo sabe que algo no está bien y surge el dolor.
Los estudios también aseguran que luego de la amputación, el cerebro puede reasignar esa parte a un circuito sensorial de otra parte del cuerpo. En otras palabras, debido a que el área amputada ya no es capaz de recibir información sensorial, la información se refiere o se traslada a otra parte del cuerpo, por ejemplo: de una mano ausente a una mejilla. De esta manera, cuando se toca la mejilla, es como si también se estuviera tocando la mano ausente, debido a que ésta es otra versión de cables sensoriales enredados. El resultado puede ser el del dolor.
Factores que contribuyen al dolor fantasma
- Las terminaciones nerviosas dañadas.
- Los tejidos cicatriciales en el lugar de la amputación.
- La memoria física del dolor antes de la amputación en la zona afectada.
No todas las personas que han sufrido amputación desarrollaron dolor fantasma.
Previo a la amputación, algunos investigadores han descubierto que las personas que sentían dolor en el miembro antes de su amputación, lo padecen luego. Lo cual puede deberse a que el cerebro retiene en la memoria el dolor y sigue enviando señales de éste, incluso luego de la amputación.
Las personas generalmente se sienten adoloridas en la extremidad residual. Posiblemente, éste sea el resultado de un crecimiento anormal en las terminales nerviosas dañadas que se llaman neuromas. Frecuentemente causan una actividad nerviosa dolorosa.
Algunos médicos sugieren anestesia local -como en la médula espinal, o la epidural- en las horas o días previos a la amputación. Lo cual puede disminuir el dolor que sigue posteriormente a la cirugía y reduce el riesgo de dolor en el miembro fantasma permanente.
Tipo de dolor en el miembro fantasma
Se puede sentir la extremidad, como si aún la tuviera
- Hormigueo.
- Pinchazo.
- Calor o frío.
- Tal como si los dedos de la mano y los pies estuvieran moviéndose.
- Como si las extremidades fantasmas se encontraran allí y se estuviera frente a una posición extraña.
- Se puede sentir además dolor agudo punzante.
- Dolor persistente.
- Dolor urente.