Cómo despertar tus capacidades psíquicas naturales
Aprendé a usar tu sexto sentidoEstamos acostumbrados a guiarnos por lo que nos dictan nuestros sentidos y a aplicar sobre esa información el filtro de nuestros juicios. Así, lo que no se ve no existe y lo que sí se ve dependerá de lo que creo al respecto. De esta manera entonces queda delimitada nuestra experiencia del mundo y de lo que nos sucede.
Pero no siempre fue así. Cuando éramos pequeños actuábamos guiados por nuestros impulsos, libres de condicionamientos y miedos. Sin embargo, el paso de los años se encargó de mostrarnos lo que se debe hacer y lo que no, lo que genera premio y castigo, lo que significa recibir aprobación y lo que se siente al ser rechazados. De hecho, no es casualidad que hoy en día todos quieran ser famosos o ganar premios en concursos de talento.
El éxito ha pasado a ser sinónimo de exposición mediátca, excedente económico, poder, control y posibilidad de acceder donde sólo lo hacen unos pocos.
Alguna manera de hacer las cosas tiene que haber.
Si ya hemos intentado cientos de alternativas de acción y obtuvimos siempre los mismos resultados, evidentemente hay algo que no estamos haciendo bien.Y es que no entendemos que nos guiamos por información incompleta a la hora de tomar decisiones. Lo que nos parece no es lo mismo que lo que realmente está siendo.
Las variables que consideramos como opciones son simplemente algunos caminos alternativos de un sin fin de posibilidades.
Ahora bien, mirando un poco nuestra historia, podemos reconocer momentos especiales, muy particulares, en los que actuamos en base a una sensación de certeza, de exactitud, de estar en lo correcto y tuvimos los mejores resultados. Es más, quizás esos resultados no fueran tan espectaculares como esperábamos, pero sí lo fue la emoción que experimentamos por haber tomado una decisión desde la seguridad absoluta de estar haciendo lo que es mejor para esa situación.
Esa sensación visceral, esa especie de voz interna que murmura desde el fondo del ser, esa especie de presunción tan clara y contundente que nos mueve a decidir algo concreto, se llama intuición.
La intuición es parte nuestra desde siempre pero, con el tiempo, esa capacidad de contactarnos con nuestro interior se fue desvaneciendo para poder darle lugar al mundo y sus creencias.
"¡No vas a aprender nunca!"
"No sos inteligente pero sí muy voluntarioso…"
"Debería darte vergüenza: ¡querer ser bailarín!"
"Mi hijo es bueno para las humanidades, pero ¡en las ciencias exactas no existe!
Y así, la información que otros te dieron fue más importante que la que traías y la convertiste en ley.
Estamos en una época de grandes cambios que invitan a profundas reflexiones. Para poder mejorar nuestras vidas es necesario tomar acciones diferentes y qué mejor que intentar tomar contacto de nuevo con nuestras fibras más íntimas, con esa sabiduría que todos tenemos, libre de prejuicios y carga emocional y que, lamentablemente, hemos olvidado.
Algunos le llaman intuición y otros voz interior, Espíritu Santo, guías personales, ángeles, ser superior, etc., todas denominaciones diferentes para referirse a una sabiduría que nos guía por el mejor camino hacia el mejor futuro de manera directa, sin tomar caminos alternativos.
Si esto te resuena, es que tu intuición te esta llamando en este preciso momento, tu conexión interna con la vida quiere que te reconectes porque sabe que es lo mejor para vos.
¿Cómo volver a tomar contacto con tu intuición?
No busques un pensamiento, una emoción, no es la mente ni es el cuerpo hablando, la intuición se comporta como un don psíquico, un conocimiento del que nos hacemos conscientes generalmente cuando vamos a tomar una decisión, es una certeza más que un conocimiento sobre algo que va más allá de la lógica mental. De hecho, puede tratarse de algo absolutamente ilógico pero perfecto para quien debe decidir al respecto.
Aprender a reconocer estas chispas de información/sensación es un tema que puede lograrse con la práctica puesto que se presenta tan sólo por unos segundos antes de que la operatoria mental tome control de la situación y ponga a trabajar toda la lógica mental.
Por eso, para acceder a ella debemos acallar la mente o distraerla, de la misma manera de que es necesario tener consciencia de nuestras emociones y del cuerpo para no confundirlas con reacciones.
La intuición funciona de manera diferente en distintas personas y cada uno debe aprender a reconocer cuál es su manera de conectarse con ese lugar sin espacio ni tiempo en el que está toda la información a la que se desea acceder.
La mejor manera de corroborarlo es conocerse, poder identificar qué emoción estamos experimentando y qué pensamiento que nos estamos creyendo. Una vez logrado ese paso, se trata de poder abstraer emoción y pensamiento de lo que haya que decidir, “correr el drama”, tan sólo estar frente a la situación y dejar que la consciencia nos muestre el camino, a su manera, sin forzar nada.
Algunos sentirán una especie de certeza, otros paz absoluta y otros alegría por saber cuál es la elección adecuada que deben hacer. Dependerá de cada persona, lo importante es aprender a reconocerlo.
Se trata de conectarse con uno mismo. Una práctica maravillosa, ¿no les parece?
Vía: Primera Fila