Cómo combatir el cyber bullying y proteger a los niños del acoso virtual

Existen herramientas a través de "apps" para la detección temprana y prevención del acoso virtual o cyber bullying entre niños y adolescentes. Una práctica que. de no detectarse, puede tener serias consecuencias en la personalidad de nuestros hijos.

El acoso virtual. Causas y consecuencias

Según Wikipedia, el acoso virtual o cyber bullying consiste en:

«...El uso de redes sociales para molestar o acosar a una persona o grupo de personas, mediante ataques personales, divulgación de información confidencial o falsa entre otros medios. Los actos de ciberagresión poseen unas características concretas que son el anonimato del agresor, su velocidad y su alcance».

Aunque los motivos y estrategias puedan ser variados, las personas acosadoras exhiben una conducta común, que en la mayoría de los casos:

  • No requiere del contacto o la cercanía física con la persona acosada
  • Mantiene su identidad en el anonimato
  • Hace uso masivo de redes sociales y apps de mensajería para realizar el acoso

Por otro lado, cuando las personas acosadas son niños o adolescentes; generalmente no cuentan con el conocimiento, la actitud, ni mucho menos con las estrategias o herramientas necesarias para encarar este tipo de flagelo; que a diferencia del bullying tradicional, esconde a la o las personas agresoras en el anonimato, muy probablemente detrás de perfiles y cuentas falsas.

De hecho, muchos padres ni siquiera sabrían cómo abordar el tema. Al igual que con el bullying tradicional, la falta de comunicación en el entorno familiar agrava la situación; ya que la víctima, aún mostrando signos de depresión y/o ansiedad, conducta agresiva (creando un círculo vicioso, donde la persona agredida puede terminar convirtiéndose en agresora) etc., puede perfectamente no mostrar rasgos de agresión física o incluso ningún tipo de anormalidad relacionada con acoso evidente en su entorno más allá del familiar.

Esto último, porque el tipo de acoso al que se hace referencia es principalmente virtual: Redes sociales, mensajería, o grupos. No deja evidencias físicas de por sí, pero las consecuencias a corto, mediano y largo plazo son, cuando menos, iguales al del bullying tradicional.

Medidas y Herramientas para la lucha contra el Acoso Virtual

Afortunadamente, en muchos países ya existe legislación específica en cuanto al tema, y de hecho, ya es considerado un delito de carácter penal en muchas partes del mundo. Es por ello que debe ser denunciado siempre que se pueda contar con dicha normativa legal.

Mas sin embargo, ante la falta de comunicación en el entorno familiar, tomar medidas tempranas puede ser mucho más difícil; siendo por lo general encarado por los padres en sus fases avanzadas, normalmente cuando su gravedad trasciende del mundo virtual y cuando el daño emocional ya está hecho.

Como ya se ha mencionado en artículos anteriores, las apps de control parental Whatsapp son una herramienta útil para monitorear a los hijos por medio de sus dispositivos móviles. Tanto como a quiénes contactan o por quiénes están siendo contactados, y a la vez registros de llamadas, ubicación por GPS, etc.

Debido a esto, pueden poner en evidencia rápidamente el acoso virtual en el cual pudieran estar involucrados los hijos (independientemente del rol que jueguen en dicha situación) incluso cuando no exista evidencia de ello en el mundo real, y sin importar si alguno o ambos padres no tienen contacto cercano con los hijos por diversas razones (distancia geográfica, principalmente).

Su uso puede llevar a una detección temprana del acoso virtual, ya que con ellas es posible monitorizar:

  • Redes sociales que no sean de nuestro conocimiento, o a las que no tengamos acceso
  • Apps de mensajería instantánea
  • Mensajes de texto y llamadas
  • Contenido multimedia (audio, video etc) en los dispositivos de los hijos
  • Sitios que visitan, a través del historial de navegación.

El uso racional de estas soluciones de control parental puede ser efectivo en presencia de situaciones sospechosas que pudieran desembocar o ser directamente acoso virtual; y así intervenir puntualmente, según sea el caso.

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