Cirugía bariátrica: la solución para el hígado graso no alcohólico

Es la enfermedad hepática crónica más frecuente. Debido a la epidemia global de sedentarismo y obesidad, advierten sobre un aumento exponencial de casos en las próximas décadas.

Se estima que alrededor del 70% de las personas obesas y entre el 85 y el 95% de las que presentan obesidad mórbida sufren Hígado Graso de causa no alcohólica o como su nombre técnico lo indica: Esteatosis no Alcohólica (ENA). También hay quienes no tienen sobrepeso y la padecen. En las primeras etapas, la enfermedad es reversible pero, si no se la trata, evoluciona con más inflamación y puede poner en riesgo la vida.

La Primera Guía de Diagnóstico y Tratamiento del Hígado Graso No Alcohólico de la Asociación Argentina para Estudio de las Enfermedades del Hígado establece que, en medio de la epidemia de obesidad, esta patología está aumentando en forma alarmante su prevalencia a nivel mundial y que América Latina es el segundo continente afectado.
La buena noticia es que la cirugía bariátrica no sólo combate la obesidad, sino que también puede ser la clave para salvar al hígado.

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Otra epidemia

El Dr. Guillermo Muzio, coordinador del Programa Red Bariátrica, explica que esta es a menudo una enfermedad subestimada aunque, en realidad, se trata de una patología que puede comprometer la vida y que evoluciona junto con la misma obesidad y otros cuadros metabólicos, especialmente la diabetes.

La ENA consiste en una acumulación patológica de grasa en el hígado, lo que lo convierte en un órgano endurecido por tejido cicatricial que pierde su función. El especialista detalla el proceso: “Paulatinamente se va depositando un tejido adiposo en los hepatocitos, que son las células del hígado encargadas de las funciones metabólicas de este órgano. La grasa las intoxica y les reduce la vida útil. A medida que los hepatocitos se van muriendo, son reemplazados por un tejido fibroso”. Así se producen lesiones definitivas que podrían derivar en cirrosis o en una enfermedad terminal del hígado que evolucione hacia la falla hepática o un carcinoma. “Es importante recalcar que una cirugía bariátrica a tiempo puede hacer que ese hígado enfermo vuelva a la normalidad”, subraya el especialista.

Una solución efectiva

El Dr. Muzio aclara que incluso si la persona tiene una obesidad leve pero desarrolla enfermedades metabólicas graves, la cirugía bariátrica aparece como la solución más indicada. “Hoy el foco está puesto en el grupo de pacientes con índice de masa corporal de entre 30 y 35, es decir con obesidad leve o moderada. Si bien ellos cuentan con mayores probabilidades de solucionar su problema de peso con dieta y ejercicio que alguien con obesidad mórbida, se les recomienda la cirugía para resolver enfermedades metabólicas, como el hígado graso, la hipertensión arterial y la diabetes tipo 2, entre otras”, afirma.
El procedimiento quirúrgico disminuye el apetito, aumenta la saciedad y reduce la absorción de calorías, lo que produce una pérdida de peso significativa y sostenida, que se asocia con una mejora en la enfermedad hepática. Además, elimina la acumulación de grasa en el hígado y produce cambios metabólicos.

Innovación y precisión

Estas intervenciones comenzaron en los años 60 en Estados Unidos y han ido evolucionando significativamente: hoy se realizan mediante métodos laparoscópicos mínimamente invasivos. A su vez, el desarrollo de la cirugía robótica permite una precisión aún mayor y la posibilidad de realizar maniobras de más alta complejidad.

Por otro lado, es clave el hallazgo sobre el rol protagónico de la tercera porción del intestino delgado, el íleon, en la regulación del apetito, la saciedad y la capacidad de absorción del intestino. Es así que las cirugías actuales buscan impactar cada vez más en esa región y generar cambios metabólicos muy beneficiosos. “Definitivamente, la cirugía bariátrica puede ser la diferencia entre tener un hígado sano y necesitar un trasplante o desarrollar un cáncer”, concluye el cirujano.

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Redacción Vida Positiva