Cinco tendencias en sustentabilidad y RSE para el 2021

Numerosas son las empresas que multiplicaron sus esfuerzos y compromiso con la sociedad y el planeta, intentando llevar la responsabilidad lo más lejos posible.

Indudablemente en 2020 la pandemia Covid-19 instaló abruptamente una nueva agenda corporativa que resignificó el desarrollo sostenible y jerarquizó a las nuevas tecnologías, que permitieron que millones de personas alrededor del mundo puedan seguir trabajando, educándose y socializando desde sus domicilios.

Ante este complejo y desafiante escenario, fueron numerosas las empresas que multiplicaron sus esfuerzos y compromiso con la sociedad y el planeta, intentando llevar la responsabilidad lo más lejos posible.

Por ello, si 2020 fue el año que puso a prueba a la RSE, el 2021 será el año para consolidar estos compromisos y, en este sentido, pueden anticiparse algunos de los temas que dominarán las estrategias de RSE y sustentabilidad de las compañías en 2021.

Propósito

A un año de la declaración de Business Roundtable, que reúne a los 181 CEOs más importantes de USA, que cambió la definición del propósito de la empresa, esta idea se ha consolidado.

El propósito de la empresa debe considerar los intereses de todos sus stakeholders y se erige en un factor estratégico, que la orienta en estos tiempos críticos y cambiantes.

Son cada vez más las empresas que promueven la ampliación del propósito, como, por ejemplo, la declaración de una veintena de multinacionales que, en plena pandemia, lanzaron la plataforma de “Líderes con propósito”.

También, por el lado de los consumidores, esta es una característica cada vez más valorada: un estudio global encargado por Zeno Group reveló que para el 94% de los consumidores es importante que las compañías con las que se involucran tengan un propósito fuerte y que los consumidores son, entre cuatro y seis veces, más propensos a comprar, confiar y defender a las empresas que tienen un fuerte propósito.

Innovación tecnológica para el desarrollo sostenible

En los últimos cuatro años, el número de empresas que ha implementado Inteligencia Artificial (IA) creció un 270%, y solo en el último año, se han triplicado.

Las empresas están aprovechando cada vez más las posibilidades que brinda la IA en diferentes áreas para mejorar la gestión de los recursos, la movilidad, la calidad de vida de las personas, agilizar procesos, prestar servicios de manera más eficiente y para hacer frente a los grandes retos globales, en especial los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS).

Una importante compañía gastronómica mexicana utiliza tecnología de blockchain para garantizar la trazabilidad del café “libre de trabajo infantil”. Y el frigorífico más grande del mundo, de origen brasileño, está utilizando esa misma tecnología para mejorar la trazabilidad de las miles de cabezas de ganado que faena cada día, para garantizar que no provienen de tierras deforestadas ilegalmente de la Amazonia.

Una investigación reciente del Instituto de Investigaciones Capgemini reveló también que el 48% de las empresas industriales, de energía, bienes de consumo, minoristas y de fabricación, más grandes del mundo, están utilizando IA para reducir impactos ambientales, mejorar la eficiencia de los recursos o generar más energía con bajas emisiones de carbono.

De esta manera la IA ha demostrado su gran potencial para generar un impacto positivo tanto en materia de impacto ambiental y cambio climático como en la agenda de empresa y derechos humanos.

Economía Circular

La economía circular (EC) se ha consolidado en los últimos años como uno de los métodos más válidos para alcanzar los ODS. Es una importante iniciativa que permite reducir el impacto en el ambiente, y disminuir los costos de la materia prima, reproduciendo los ciclos de la naturaleza.

La reducción de los productos plásticos de un solo uso, por ejemplo, se ha vuelto una prioridad en varios países del mundo, incluida la Argentina que está mostrando importantes avances en la reducción del uso de bolsas plásticas, sorbetes, vasos y cubiertos descartables.

Muchas empresas están estableciendo objetivos ambiciosos para poner fin a estos desperdicios y reinsertarlos en el proceso productivo. La Red Argentina del Pacto Global de Naciones Unidas, la iniciativa más importante del país en materia de RSE y desarrollo sostenible, ha priorizado a la EC en su agenda de trabajo 2021, como una de las iniciativas más positivas hacia el logro de los ODS.

Teletrabajo

Una de las grandes consecuencias de la pandemia ha sido la masificación del teletrabajo o homeoffice. Las compañías más importantes del mundo ya confirmaron que continuarán en 2021 con la modalidad de teletrabajo. Esta nueva realidad impone a las empresas nuevas condiciones en sus relaciones laborales y exige nuevas modalidades de liderazgo.

En este punto, el riesgo es que el teletrabajo no sea abordado como una política de RSE que brinda una solución práctica a los protocolos de la pandemia sin afectar la productividad, sino que sea utilizado para externalizar y reducir costos operativos de recursos que ya no son provistos por las compañías (internet, servicios, oficinas). Como muestra de esto, ya son varias las empresas que están cerrando sus oficinas y rescindiendo contratos de alquiler y de servicios, mientras no se les reconocen dichos gastos a sus colaboradores.

Reportes

A fin de año las empresas comienzan a dar forma a sus Reportes de Sustentabilidad.

Hace 20 años solo unas 50 empresas de las más grandes del mundo reportaban en esta materia. Y en 2020 el 90% de las empresas que cotizan en bolsa incluidas en el índice S&P, publicó informes de sostenibilidad corporativa, cuando hace 9 años, solo un 20% lo hacía.

En Argentina, se calcula que más del 70% de las empresas más importantes reportan.

La buena noticia para 2021 es que las cinco instituciones más importantes del mundo en materia de indicadores y estándares de reporting (GRI, CDP, CDSB, ,IIRC y SASB) se unieron para facilitar el desarrollo de informes de RSE y sostenibilidad y guiar a las empresas. Así se permite la colaboración entre todas estas instituciones y compartir una declaración conjunta lo que, sin dudas, potenciará las políticas de reportes de sustentabilidad y las llevará a un nivel superior.

Por Julián D’Angelo, Coordinador Ejecutivo Centro de Responsabilidad Social Empresaria y Capital Social (UBA).

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