23/12/2021

West Side Story: el arte de mejorar algo que parecía imposible

Steven Spielberg nos trae una remake de uno de los mejores musicales de la historia, en lo que se podría considerar una clase magistral de como filmar una película en la que él mismo eligió a todos los miembros del elenco.

Nueva york en la década del 50 está perdidamente dividida entre dos pandillas callejeras, una formada por inmigrantes puertorriqueños y la otra por norteamericanos. La tensión entre ellas aumenta cuando María y Tony, cada uno perteneciente a pandillas diferentes, se enamoran. Una modernización de la clásica historia de Romeo y Julieta.

Rachel Zegler es quien interpreta a María de una manera brillante, una joven actriz con un extenso recorrido en musicales, pero que en este film debuta como actriz de película. Con una deslumbrante voz, es una de las responsables en ser el sentimiento y parte del alma de la película.

Tranquilamente podríamos hablar de Ansel Elgort en el papel de Tony y su excelente interpretación y de David Álvarez como Bernardo, que son piezas fundamentales en la historia. Pero aparte de Rachel Zegler, es Ariana DeBose quien destaca en este elenco en el papel de Anita, quien era en mi opinión el papel más difícil de igualar y Ariana DeBose no solo alcanza ese nivel de excelencia, sino que hasta lo supera siendo parte de los momentos más fuertes y sentimentales del film.

Para quien no lo sepa, la película es una remake de un film de 1961 considerado el mejor musical de la historia y ganador de 10 óscars, entre ellos a mejor película. Normalmente las Remake actuales de películas que fueron historia, como lo fue West Side Story de 1961, resultan ser un fracaso, pero esta remake cuanta con el amo y señor del cine Steven Spielberg, que no solo logra estar a la altura de la original, sino que en mi opinión la supera con creces.

Steven Spielberg vuelve a demostrar por qué es considerado uno de los mejores directores de la historia, dando una clase de cine en solo 2 horas cuarenta. Tomando el alma original de la película, profundizando ese mensaje de amor y en contra del odio del film original; y dejando su sello propio con una narración increíble. Regalando (si son regalos) planos profundamente poéticos, jugando con el concepto de barreras y sombras.

La fotografía a cargo de Janusz Kaminski, recurrente colaborador de Spielberg, tiene varios puntos a remarcar gracias a la exquisita calidad visual que nos regala. como el jugar con las luces simbolizando el sol y dando el brillo característico de la cultura centroamericana, como también el homenaje a cómo se filmaba en esa época, recordando al proceso de technicolor, que nos trasporta al cine de los '60, con colores apagados.

Obviamente que un buen musical tiene que tener su excelente banda sonora, y este es el caso; respetando casi en su totalidad a la original compuesta por Leonard Bernstein, donde hay canciones que te harán disfrutar, otras que generan una tensión increíble y otras que te harán caer una lagrima y te hará salir del cine tarareando las canciones. Pero el plus de esta película es que todo movimiento es música y lo demuestra de manera genial en un plano secuencia, donde simplemente esta María desordenando su habitación.

En resumen “West Side Story” o “Amor sin barreras” (título con el cual llegó a Latinoamérica) es sin lugar a dudas la mejor película que ví en este año hasta el momento, un musical de 2 horas cuarenta que pasa volando, gracias a la maravillosa narración, los números musicales, las excelentes interpretaciones y la dirección de Steven Spielberg, de la cual no existen adjetivos con los que la pueda describir.

Puntuación 10/10

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