12/07/2008

Vivimos un proceso galáctico

La ciencia hace hincapié en la detección, por parte de la sonda Chandra que investiga el Centro de la Galaxia, de una misteriosa emanación de Rayos Gamma proveniente justamente de un agujero negro.

Existen procesos cósmicos que parecen ser naturales y movidos por "mecanismos celestes" incomprensibles, que funcionan como "mecanismos de elevación" de las realidades en las que se manifiesta la existencia. Estos procesos ocurren en ciclos regulares que parecen obedecer a desarrollos cósmicos de evolución. En el caso de nuestro sistema -tal como ya se adelantó en esta sección- estos ciclos son controlados por el Sol. De acuerdo con esta teoría, los cambios en la energía del Sol serían provocados por variaciones en la estructura dimensional del astro. Recién en los últimos años se comenzaron a comprender los ciclos hiperdimensionales (que aumentan la dimesionalidad) del Sol, por lo cual se puede anticipar el momento en el que estos cambios están por ocurrir.

El legado de culturas como la maya y de "profetas psíquicos" como Cayce nos hablan de eras de la civilización que transcurren cíclicamente en períodos que van de 25 mil a 26 mil años. Estas fechas cíclicas coinciden con el período de rotación completo del eje inclinado de la Tierra. O sea, que la Tierra gira aproximadamente 25.920 veces sobre su eje, para completar un giro del período llamado "Precesión de los Equinoccios". Se sospecha que al final de cada uno de estos ciclos de 25.920 años se produce un cambio en la polaridad magnética terrestre. El ciclo actual se completaría el 22 de diciembre del año 2012. Es decir que al final de esta etapa, el Sur pasaría al Norte y viceversa; algo que -según la ciencia ya comprobó-, sucedió innumerables veces en la antigüedad. Estos ciclos suelen ser acompañados por grandes procesos geológicos y climáticos que transforman la superficie del planeta. Algo que comienza a evidenciarse en las últimas décadas.

Los astros regentes

Lo peculiar sobre este tema, del llamado "clima del espacio", es como la ciencia, y en particular la NASA, posee información que nadie parece consultar. Las páginas web de los principales organismos científicos vienen alertando en particular sobre dos temas que parecen dar asidero científico a los legados proféticos de la cultura maya y de los videntes Edgar Cayce y el argentino Solari Parravicini. La ciencia hace hincapié en la detección, por parte de la sonda Chandra que investiga el Centro de la Galaxia, de una misteriosa emanación de Rayos Gamma proveniente justamente de un agujero negro ubicado en la región central de nuestra galaxia, que sería la fuente que estaría provocando alteraciones en los ciclos solares.
Para sintetizar, el universo funciona y es regido bajo un sistema que podríamos llamar la "ley del más fuerte". Es decir, nuestro planeta es dominado por nuestro Sol y a su vez nuestro Sol es regido por el Centro de la Galaxia. O sea que, si existe un ciclo solar, debemos ligarlo a un ciclo Galáctico. Los mayas decían que cada 26 mil años el Sol Central de Galaxia o el Sol Manásico al que denominaban Hunab Kú, emitía una frecuencia a toda la Galaxia que armonizaba todas las frecuencias del sistema.

Las profecías mayas

La sonda estadounidense Soho, encargada de estudiar los ciclos solares, ha aportado las pruebas científicas necesarias para comprobar la veracidad de los datos aportados por los mayas. El científico y matemático Maurice Cotterell, que descubrió los ciclos de explosiones solares utilizando una supercomputadora del Cranfield Institute of Technology, logró datar el proceso del astro, dando solidez científica a la información matemática sobre los procesos solares que nos legaron los mayas en su Calendario Tzolkin. Los datos de los estudios descubiertos por Cotterell coincidían con los 1.366.040 días que eran conocidos por los mayas. Maurice Cotterell asegura que durante el cumplimiento de este proceso, los polos magnéticos del Sol se desestabilizan y cambian, produciendo como consecuencia serios cataclismos en la Tierra. Los mayas aportaron gran conocimiento al respecto, dejando un legado profético para futuras civilizaciones que debían comprender su información, aceptarla y prepararse para un cambio geológico y climático de grandes proporciones.

Esta conexión Sol-Tierra es desconocida por el "común" de los científicos, pero mediante la comprensión de la dinámica de correlación universal, que esgrime la idea de que todo está entrelazado por un orden universal que todo lo abarca, es fácil entender el proceso. Existe una gran fuerza energética que opera en y a través del sistema solar entero, presumiblemente proveniente del Centro de la Galaxia. A primera vista esto se podría explicar como las fuerzas de gravedad de los astros trabajando, pero no es tan simple. La fuerza gravitacional del Sol es también una energía hiperdimensional en sí misma. Entonces la aparición de las llamadas "manchas solares" que originan "tormentas solares" y que usualmente son consideradas nada más que disturbios magnéticos, son en realidad liberación de partículas solares que actúan como aceleradores vibracionales que cambian la geometría "divina" que da forma a la materia. Para decirlo de manera más sencilla: cambian la forma de la realidad tal como la conocemos y concebimos, transmutando por ende la composición biológica del ser humano y su comportamiento.

Coincidencias

El libro +Las Profesías Mayas+, de Cotterell y Gilbert, muestra sorprendentes coincidencias entre los pasos de los ciclos de manchas y explosiones solares que descubriera Cotterell y los singulares cambios en los procesos terrestres y humanos. Estas transformaciones pudieron detectarse observando los grados de radiación del Carbono 14 de los anillos concéntricos, que resultan del crecimiento de los árboles y que se registran en sus troncos. Los cambios también pueden evidenciarse en los trastornos climáticos provocados por las alteraciones en las temperaturas de las corrientes oceánicas, el avance o retroceso de los glaciares, los ciclos de nacimientos humanos y el avance y la declinación de las civilizaciones. Los niveles de radiación de C-14 decrecen y la actividad de las manchas solares se incrementan proporcionalmente durante esos períodos. Se supone que altas actividades solares se asocian con el nacimiento de sofisticadas y evolucionadas civilizaciones. La baja actividad solar se asocia, por su parte, con los períodos "oscuros" de la humanidad, los cuales son seguidos por procesos de declinación del nivel cultural general, coincidiendo con la caída de importantes civilizaciones.

Cotterell sugiere que la radiación solar de alguna forma afecta a la conciencia humana y al desarrollo de nuestra cultura. El comportamiento humano entonces está influido por estos procesos solares y el efecto físico, que altera tanto a las personas como al clima, estaría causado por partículas cargadas de radiación provenientes del espacio. De forma inexplicable, esta verdadera lluvia de radiación invisible está causando cambios traumáticos pero positivos al planeta y a sus habitantes. El ser humano comienza a expandir su conciencia, aprendiendo a ver sus propios errores mientras transita un proceso de grandes conflictos y pérdida de rumbo, consecuencia de su propio cambio colectivo. Este incremento hiperdimensional, que lo conducirá a una nueva estancia evolutiva, producirá un punto de quiebre en el momento en el que se produzca la "Ascensión", tal como se la conoce en metafísica. De acuerdo al chamanista Terence Mc Kenna, la Tierra durante el fin del calendario maya (en el año 2012), entrará en un alineamiento con el centro de la Vía Láctea durante el cual el tiempo lineal colapsará y nos reencontraremos con un tiempo universal conocido como "Tiempo Real del Universo".

AGRADECIMIENTO A REVISTA 'EL PLANETA URBANO' - SECCION PLANETA X

Por Brad Hunter

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