09/08/2019

Venezolanos en Latinoamérica: Su talento sigue conquistando espacios.

La diáspora venezolana produjo uno de los éxodos más grandes de la historia. Los emigrantes buscan oportunidades laborales que les permitan vivir mejor y ayudar a quienes se quedan en la tierra de Bolívar, a la cual muchos anhelan volver.

Pequeñas grandes historias de venezolanos en Latinoamérica, que sueñan con pasar por el emblemático piso cromático de Cruz Diez para quedarse en su patria o para salir a otras naciones, pero como turistas.

Andrea Romero (29) Ingeniera en Petróleo. Buenos Aires, Argentina.

"Salí de Venezuela buscando un mejor bienestar para mí y mi familia, porque sabía que afuera podía tener más oportunidad para ayudarlos, y así fue gracias a Dios".

"Para conseguir empleo tardé tres meses y medio, creo que tuve suerte; para todos, otros tardan mucho más".

Mis consejos son:

Carlos Rivera (32) Ingeniero Electricista. Buenos Aires, Argentina.

"Salí de Venezuela por la inseguridad, porque no había bienestar económico ni personal. Estamos padeciendo una crisis que se nos escapa de las manos. Y eso lleva a muchas personas a salir y buscar algo mejor".

"Hace tiempo fui a Ecuador en búsqueda de algo mejor, pero no resultó como esperaba, los procesos son más lentos. Mi experiencia me llevó a conocer que luego de la cédula y otras documentaciones en regla, es cuando tienes la oportunidad de entrar al mercado laboral".

"Me devolví en ese momento a Venezuela, tratando de resistir la crisis, que hoy es más evidente. Luego intenté en Argentina, el proceso en ese momento era más corto en cuanto a trámites del DNI, ya que se podía hacer el trámite desde Venezuela, viajar semanas antes y asistir a la cita".

Consejos para quienes quieren viajar a Argentina.

Brayant Quintero (20) Bartender Profesional. Santiago de Chile.

"Decidí salir de mi país Venezuela, para poder tener una mejor calidad de vida y poder ayudar a mi mamá de forma monetaria".

"Al principio fue complicado, llegué en pleno invierno (sólo tenía una chaqueta) y hacía -2º C de temperatura, ¡acostumbrado a un clima caribeño!

"Mi primer empleo fue como ayudante de cocina. Allí trabajaba mucho y el pago era poco. Luego renuncié y me dediqué al bar, donde me ha sido súper bien. Hoy en día trabajo en un bar top de Santiago, con la barra al aire libre más grande de Chile".

Consejos para sortear adversidades en el país transandino

Para ganarse el afecto, respeto y apoyo de los empleadores; realizó capacitaciones en el área:

Melanny Mojica (20). Bartender y Profesional en Hotelería y Turismo. Medellín, Colombia.

"Me fui de Venezuela para ayudar a mi familia, y poder tener un buen estilo de vida sin lujos, pero con lo necesario, pues en Venezuela no podía".

"Mi experiencia no fue tan complicada, debido a que venía recomendada a un trabajo en una heladería, donde iba a trabajar de mesera y ayudar a hacer malteadas. Ya lo había hecho anteriormente en Venezuela por cursos en barismo y preparación de café profesional, malteadas artesanales y bartender. Además realicé pasantías en una posada turística, donde desarrollaba estas tareas, pues egresé como Técnico Superior Universitario en Hotelería y Turismo. Allí aprendes protocolo y otros detalles de atención al público que te ayudan a trabajar bajo presión y al mismo tiempo con eficiencia en varias áreas".

"Viajé con una de mis amigas -mi papá nos acompañó-, nos instalamos en la residencia y conocimos parte de la ciudad. A mi amiga pude recomendarla luego en este mismo empleo. Ahora trabajo en otra sucursal de la misma heladería, gracias a mis empleadores iniciales. Mis jefes siempre me han tenido presente, me valoran como persona y recurso humano. Ahora tengo aquí más responsabilidades y he adquirido nuevos conocimientos. Estoy preparando copas de helados, atiendo la barra, hago bebidas innovadoras y me va bien gracias a Dios".

Sus Consejos:

Jesús Manrique (27). Ingeniero ambiental. Buenos Aires; Argentina.

"Llegué el 16 de enero de 2016. Me fui de Venezuela porque había tenido problemas con la inseguridad. Trabajé en el centro del país y tenía futuro dentro de la empresa; pero ya Venezuela empezaba a sufrir los malestares que hoy se convirtieron en un cáncer. Agarré mis macundales -pertenencias-, y me vine a echarle pichón -ganas, ímpetu, coraje- expresiones del argot popular venezolano"

"El contacto lo hice con un compañero de la universidad que ya estaba en Buenos Aires. Me vine con 200 dólares en el bolsillo, mi pareja tenía más dinero. Estuvimos los primeros meses en la zona rosa de buenos aires, pero para nosotros se iba del presupuesto inicial".

"Comencé a caminar y repartí hojas de vida en bares y kioscos. Hasta que un día en Palermo entré a un bar donde tocan música folclórica. Fue mi primera entrevista, para comenzar al día siguiente, donde trabajé por unos meses, de manera informal para subsistir".

"Luego en dos empresas de telefonía. Posteriormente como vendedor. Después de varios meses ingresé en Galerías Pacifico -un shopping-, con mucha gente extranjera; allí fui cajero y mozo de mostrador, seguidamente fui encargado por un año. También buscaba empleo en mi carrea, de forma simultánea, e iba a entrevistas y no quedaba, hasta que ingresé a una empresa de laboratorios, más vinculada a mi área".

"Finalmente fui contactado por un perfil web y hoy trabajo en una empresa de tratamiento de agua, diseño de plantas, puesta en marcha y operación de tratamientos con análisis a nivel de laboratorio de matrices ambientales, como asesor comercial técnico".

"No me quejo se Buenos Aires. Argentina es un país rico en paisajes, cultura… Hay muchas cosas para hacer y aprender. Es un país para surgir y encontrar un buen futuro. Tengo techo, salud y empleo. Todo producto de persistir y tener una perspectiva, ¡así que adelante!

Carlos Carrasco (26). Periodista venezolano en Santiago de Chile.

"Me fui de Venezuela en abril de 2018. Desde que era dirigente estudiantil había tenido un papel de activista. Fui formando redes de apoyo para trabajar por la defensa de Derechos Humanos. Al denunciar algunas irregularidades en distintos sectores de Caracas y otras partes del país; en 2017, en el marco de las protestas, recibí amenazas por informar sobre la violencia a los manifestantes".

"Luego comenzó una persecución a activistas sociales. Tras ello, y pensando en mi familia, decidí tomar una oportunidad académica en Chile, para trabajar temas que también trabajaba en Venezuela; políticas públicas, gobierno abierto y gobierno digital. Tuve el apoyo de amigos chilenos que me respaldaron para estar aquí.

"Mi experiencia ha sido buena, pude trabajar en una organización fiscal de Chile. Esto ha sido extraordinario, al contrastar a Chile con Venezuela, donde no tienes acceso a la información. Estoy haciendo lo que me gusta, pero no todos los venezolanos en Chile pueden decir eso. Algunos están subcontratados. Por eso he tratado de colocar mi granito de arena, para que los demás migrantes, venezolanos o no, se sientan acompañados".

"He pasado por discriminación por mi nacionalidad y color de piel, pero más que generar rencor, esto me invita a reflexionar sobre lo mucho que nos falta como sociedad. Trabajar la tolerancia, el respeto y la apertura a lo desconocido. No le tengamos miedo al que es distinto, tratemos de conocerlo un poco mejor.

Consejos:

"Creo que existen muchas razones por las cuales los venezolanos se encuentran fuera de su país: políticas, sociales, familiares… Es muy difícil que una persona te dé un sólo motivo. Mi invitación es a no ser tan duros con nosotros mismos. Vamos a construir nuestra felicidad y a tratar de contribuir a la reconstrucción del país. Yo no me veo viviendo tanto tiempo fuera de Venezuela. Esto te sirve para nutrirte y conocer otras culturas, pero hay una responsabilidad ciudadana, ética y moral. Independientemente de quienes estén gobernando en el futuro, la mayor garantía para nosotros y los que vienen, es reconstruir el país.

Por Chaimar Mojica

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